Pov. Katniss
Sabía que era ella. Antes de escuchar el acaramelado timbre, lo supe por su expresión. Por cómo se derretía lo que fuese que le estuviera molestando en el instante en que ella le contactó. No hubiera sido tan malo si no luciera tan feliz. Si no tuviera esa sonrisa que solía ver cuando Pearce me miraba. No he visto esa sonrisa en años, y él se la da por un estúpido mensaje. Ella ni siquiera puede verla. No estoy molesta. En serio, no lo estoy. Ni siquiera estoy irritada.
¿Cómo pudo alardear tan flagrantemente que la ama en frente de mí? Le dije que intentaría lidiar con esto pero que cosas como esas sucedan no es parte del trato. ¡Ugh! Sé que estoy siendo completamente ridícula pero no puedo evitarlo. Ni siquiera quiero estar cerca de él en este momento. Así es como terminé en el asiento trasero de mi propio auto. No me sentí como una gran tonta hasta que Peeta me miro como si fuera un bicho raro. Pero no me importa, es mejor de esta manera. Si fuera Pearce, ya lo habría golpeado.
Pensé que podía superar esto. Siento como si los dos años anteriores no hubieran ocurrido y mis emociones hubiesen tomado el control de mi sentido común otra vez. Esto es demasiado. Todo esto va a ser demasiado. Ahora me doy cuenta, y se supone que pase todo el día con él y con su familia. ¿Qué si ella se aparece? No pensé en preguntarle sobre ella. ¿Qué si va a la cena? No voy a ser capaz de hacerlo. No seré capaz de manejar que él se roce con ella, o que ella pase sus manos por su cabello. Me dan ganas de vomitar el solo pensarlo. ¿Qué demonios estaba pensando?
Escucho bostezar a Willow y que se mueve en su asiento, me recuerdo por qué estoy aquí y por qué tengo que hacer esto. Por qué no puedo hacer rabietas, cruzarme de brazos y hacer pucheros. Tomo su pequeña mano en la mía y suspiro. Atrapo a Peeta viéndome por el retrovisor. Rápidamente voltea cuando se da cuenta que lo han atrapado. Tal vez no me estaba viendo a mí. Tiene que ver el espejo retrovisor para manejar, pero ya que prácticamente no hay vehículos en el camino, supongo que es seguro asumir que me estaba mirando.
Él no me conoce. He entendido eso. Solo soy una mujer con la que tiene una hija. Nada más. No recuerda una sola cosa de mí. No siente nada hacia mí. Mientras estuvimos en el Zoológico, por un momento, dejé de pensar en la situación en la que nos encontrábamos. Solo éramos nosotros. Fue agradable. Es agradable, gracioso, y es divertido estar cerca de él. Pude imaginarme que las cosas eran fáciles estando con él. Delly tiene lo fácil. Yo tengo lo complicado, lo arrogante, egoísta y secreto. No es difícil estar con alguien tan sencillo. Probablemente ellos nunca discuten o pelean. Peeta no parece ser de ese tipo. No es difícil amar a alguien así. No desaparece por varios días a la vez, no usa el sexo para jugar con su cabeza. Ella no tiene que lidiar con cambios de humor, actitudes condescendientes, y pasar sola todo un embarazo.
Pero ella consigue la sonrisa.
Ella obtiene la parte fácil. Las cosas nunca serán fáciles entre Peeta y yo, nuestra, bueno, la de Pearce y mía, historia nunca dejara que tengamos lo que ellos tienen.
Suspiro e intento enfocarme en todo, cualquier cosa, menos en la situación en la que nos encontramos. Comienzo a prestarle atención a la manera en la que conduce, usando la señal de giro cuando va a cambiar de carril, aun cuando no hay nadie detrás de nosotros, y manteniéndose dentro del límite de velocidad. Cuando lleguemos al punto de que este con Willow sin mí, al menos no tendré que preocuparme por como conduce. Mi estómago se aprieta. Eventualmente serán Peeta y Willow. No, no Peeta y Willow, eso no es cierto. Serán Peeta, Delly, y Willow.
Ni Pearce. Ni yo.
Finalmente nos estacionamos frente a la casa de los Mellark, y apaga el auto.
ESTÁS LEYENDO
Pedazos
Romance¿El amor lo puede todo? ¿Realmente se conoce a la persona con quien vivimos y amamos?