Pov. Peeta
Venir aquí fue una mala idea. Nunca he visto a Katniss tan enojada desde el día que apareció enfrente de mi porche. Quiero decirle que necesita consultarlo con la almohada. Eso de venir aquí cuando está tan enojada no va ayudar a los asuntos de nadie. Sé que está molesta y tiene todo el derecho de estarlo, pero no puede actuar primero y pensar después. Pero ella dice que solo quiere hablar con Helen, y pienso que hablar le ayudaría.
Hablar estaría bien, creo que la doctora Lyce y Dexter pueden arrojar un poco de luz a la situación. Tengo mis propias preguntas sobre algunos recuerdos que he tenido. Pero, lo que me preocupa es la mirada en blanco que Katniss ha tenido en su rostro en todo el camino hacia aquí. Su expresión me hizo desear que los de seguridad no nos dejaran pasar. Desafortunadamente eso no paso y estamos adentro. Este edificio es más lujoso que en donde Katniss vive y cuando aprieta el botón 86 que es el tope de todos me siento completamente enfermo. Ellos viven en el ático, por supuesto. ¿Dónde más podrían vivir?
—Lo siento, Peeta —murmura y segundos más tarde estamos subiendo, subir está bien. Bajar es el problema. Trato de concentrarme en las decoraciones colocadas en las puertas doradas del ascensor, probablemente cuestan más que la casa completa de mis padres—. ¿Estás bien, Peeta? —pregunta tensamente. Asiento mientras el ascensor sube más y más alto. No ayuda que todo sea de vidrio y pueda ver qué tan alto estamos subiendo.
—Pienso que esto es una buena idea —digo, hablando en voz alta para distraerme.
—Genial idea —responde con fuerza.
—Hay tanto que ella puede decirnos. Dexter también podría decirnos algunas cosas —digo observando su expresión permanecer impasible, ella asiente, pero es bastante obvio que no me está escuchando—. Solo tenemos que tener la cabeza fría — digo.
—Por supuesto. La cabeza fría —repite. Cuando las puertas se abren, una mujer mayor vestida toda de negro nos saluda con una pequeña sonrisa.
—El señor y la señora Mellark. Qué bueno verlos. Los Crestfields los están esperando. —Es lo más que logra decir antes que Katniss pase a su lado a toda prisa.
—Lo siento —le digo a la mujer rápidamente siguiendo a Katniss quien está caminando tan rápido por el largo pasillo que debe haber viento detrás de ella. No se detiene hasta que llegamos a una puerta que deja ver a Dexter sentado en el sofá con una copa en su mano y Helen sentada junto a él. Katniss se detiene tan pronto los ve, pareciera congelada. Helen se levanta.
—Peeta —dice ella reconociéndome, sus ojos fijos antes de dirigirse a Katniss. Noto que sus manos se juntan—. Katniss. He estado esperando este día desde hace mucho tiempo —dice la doctora Lyce con suavidad, pero su voz revela su tensión. Katniss no dice nada, todavía tiene la misma mirada inexpresiva que tenía en el auto.
—Sabemos que tienen un montón de preguntas que deseas que te contestemos — dice Dexter fríamente cambiando su bebida de una mano a la otra.
—Las hay —digo cruzando los brazos sobre mi pecho. Katniss está de pie como una estatua, pero puedo ver su angustiada respiración por la forma en que su pecho se agita de arriba hacia abajo.
—Si gustan podemos pasar al comedor —dice la doctora Lyce gesticulando hacia una habitación.
—Katniss —digo en voz baja, ella todavía no se ha movido o dicho una palabra.
Creo que esto va a ser realmente malo.
—Entiendo lo que puedes estar sintiendo —dice la doctora Lyce en tono calmado.
ESTÁS LEYENDO
Pedazos
Romance¿El amor lo puede todo? ¿Realmente se conoce a la persona con quien vivimos y amamos?