Pov. Peeta
Algo sucedió. Puedo sentirlo. El residuo de tiempo perdido me cubre. Mi mente esta confusa mientras lo demás comienza a enfocarse, y mis pensamientos dejan de estrellarse entre sí. Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que perdí el control a este extremo y sin importar cuánto tiempo me haya ausentado; sé que ha pasado algo de tiempo porque mi cerebro siempre se siente frito cuando regreso. Miro a mi alrededor y descubro que no estoy en casa, al menos no en Michigan, sino en Chicago. Recuerdo este baño de la última vez que estuve aquí. ¿Qué es lo último que recuerdo?
Estaba en casa, en la cocina de mi mamá, y Aidan y Katniss estaban allí.
Estaban molestos. Me siento a un lado de la tina, y mi corazón comienza a acelerarse cuando recuerdo a Lisa. ¡Lisa me dijo... que se había estado acostando con mi papá! Le conté a mamá, y a todos los demás porque debían saberlo. Me trago la ira, el arrepentimiento, y la incredulidad que irradia por mi ser y se mezclan todos. ¡Lisa tiene una hija! ¡Tiene una hija de mi padre! Mi estómago se revuelve mientras la habitación comienza a dar vueltas.
—¡Enfócate, enfócate! —me grito. Pearce debió haber tomado el control en ese momento. ¿Por cuánto tiempo tuvo el control, y qué demonios ha hecho? Me duele la cabeza, y la sangre circula por mi cuerpo como si hubiesen abierto una compuerta.
—¿Te encuentras bien? —Mi corazón da un brinco cuando escucho la suave y tímida voz de Katniss.
Me doy cuenta que no tengo puesto el reloj y que mi teléfono ha desaparecido. No tengo idea de qué día es o en qué fecha estamos.
—¿Pearce? —dice, y su nombre hace que las lágrimas me irriten los ojos. De nuevo estoy perdido, no tengo idea de lo que ha estado ocurriendo, y para que él haya regresado, significa que algo realmente malo ha pasado.
¿Qué puede ser peor que enterarme que mi padre ha estado tirándose a mi mejor amiga? Mi pulso está por las nubes, y mi pánico empeora al no saber cuánto tiempo ha pasado.
Ese solo pensamiento me aterroriza. Abro la puerta, y ahí está ella. Cada vez que me recupero de estos lapsus me sorprende que aún esté aquí. No está lidiando con un solo tipo que esta jodido sino con dos, y, aun así, sigue aquí. Luce una sonrisa vacilante, con los ojos muy abiertos y esperanzados, pero eso tiene que ser una máscara, ¿verdad? ¿Quién podría estar feliz en medio de todo esto? Su sonrisa debe ser un curita sobre cualquiera que sea el desastre que acaba de ocurrir. Aun cuando no estoy seguro de si es real, el ver su sonrisa y sus esperanzados ojos grises me traen la calma en medio de esta incertidumbre. Sus ojos me revisan, inspeccionando mi rostro y traga cuando el reconocimiento se refleja en su expresión.
—¿Peeta? —Su voz es temblorosa pero más ligera, estrecha los ojos viéndome mientras se acerca tentativamente. Esbozo una lastimera sonrisa. Ni siquiera puedo hablar. Soy patético y me siento avergonzado. Ella suspira y me rodea con sus delgados brazos. Su energía y calidez me envuelven más de lo que uno pensaría que alguien tan pequeña como ella puede.
—¿Todos están bien? —pregunto luego de aclarar mi garganta. La veo asentir, y descansa su cabeza en mi pecho. Puedo sentir su corazón palpitar contra mi pecho.
—Todos están vivos y bien —dice tan alegre como puede. Se echa hacia atrás y me mira con ojos cálidos pero tristes—. ¿Qué es lo que recuerdas?
Atrapa su labio inferior entre sus dientes. La suelto y suspiro
profundamente.
Antes de poder decir algo más, toma mi mano guiándome bajo las escaleras y hacia la cocina. Me siento a la mesa y miro alrededor buscando señales de Willow, pero no hay ninguna.
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Pedazos
Romance¿El amor lo puede todo? ¿Realmente se conoce a la persona con quien vivimos y amamos?