10

53 6 0
                                    

Pov. Katniss


Soy una idiota. No puedo creer que haya sido tan estúpida. No sé por qué, probablemente porque soy una idiota, pero una parte de mí como que pensaba que las cosas estaban por cambiar. Inicialmente, pensé que el que nos quedásemos aquí era un ardid que usó su madre para tener más tiempo con Willow, pero cuando me dijo que no había otro lugar en el que prefiriera que estuviéramos, pensé que había una oportunidad.

Una oportunidad para que Peeta me viera como lo hacía Pearce. Ahora sé que no hay oportunidad de que eso pase. Ni siquiera pude desempacar una maleta antes de que la ilusión se viniera abajo frente a mí. Debí haber esperado esto, realmente debí hacerlo.

Como dijo Effie, le dije a él que estaba dejando el pasado atrás, y está comprometido con otra mujer, una mujer que eventualmente tendría que conocer a Willow. Su vida no ha dejado de avanzar.

Aún soy la chica tonta que Pearce dejó esperándolo, y aún sigo esperando, aparentemente soy la única. Delly ya no será la extraña mujer que vi una vez, será parte de todo esto. No está esperando nada ya que va a conocer a Willow de una vez, y si va a conocer a Willow, no tiene intenciones de irse a ningún lado. En algún lugar dentro de mí, estaba esperando que la loca situación hiciera que saliera corriendo en dirección contraria, pero aparentemente es tan estúpida como yo y está en esto a largo plazo.

¿Cómo se supone que la enfrente? ¿Cómo te comportas amable y pretendes ser cordial con la mujer que tiene al hombre del que estás enamorada? Ya he sonreído y pretendido bastante, pero no soy tan buena actriz como para que me crean en esto. Pero tengo que intentarlo porque no hay forma de que se lleven a Willow a algún lugar, solos.

Llámame egoísta o sobre protectora, pero hasta que llegue a conocer a esta mujer, eso no va a ocurrir. Lo que significa que tengo que llegar a conocer a esta mujer.

—¡Poo! ¡Poo! ¡Poo! —murmuro.

Willow no tiene idea de nada de esto, gracias a Dios. Limpié su rostro que estaba lleno de chocolate y migajas de galleta, y la vestí en un lindo enterito amarillo. Nuevamente luce adorable. Terminé de arreglarla hace cinco minutos, pero estoy pegada a la cama. ¿Cómo voy a salir ahí afuera y dejar que esta mujer vea que estoy enamorada de ese hombre? Va a notarlo. Peeta es el único que no se da cuenta, o simplemente no le importa. Recojo a Willow y me recuerdo por qué estoy aquí. No estoy aquí por mí, realmente no estoy aquí por Peeta o por Pearce. Estoy aquí para que mi hija pueda tener una relación con su padre tan normal como sea posible, y si él quiere que esta mujer, la mujer con la que piensa pasar el resto de su vida, la conozca...

Entre más intento convencerme de hacer esto, más me encuentro siendo empujada profundamente dentro de un agujero negro. Le sonrío a Willow y beso su mejilla antes de abrir la puerta. Puedo escucharlos en el comedor. Ella está hablando de la universidad. Dice algo sobre su profesor de leyes, y me trago el nudo en la garganta y práctico mi sonrisa falsa que parece transformarse en una débil cuando entro en la habitación.

Peeta luce aliviado, como si alguien hubiese levantado el peso del mundo de sus hombros. Tal vez pensó que no iba a salir. La señora Mellark me da una sonrisa reconfortante, y entonces veo a Delly. No hay sonrisa en su rostro, pero sus ojos se estrechan sobre los míos y se sienta recta en su silla. Su mirada está sobre mí. Ni siquiera ha intentado mirar a Willow. Me está estudiando, y no trata de esconderlo. La sonrisa practicada que estaba usando se ha caído completamente. Realmente me estoy esforzando por no terminar frunciendo el ceño.

Somos completamente diferentes, ella tiene cabello rubio platino cayendo cuidadosamente sobre sus hombros, y penetrantes ojos azules. Sus pestañas son largas y sus cejas son del mismo color que su cabello así que definitivamente es rubia. Tiene puesto un suéter de casimir marrón con un largo y elaborado prendedor de oro. Cuando mis ojos llegan a su mano ahí está el anillo de compromiso. No sé si nota donde aterrizaron mis ojos, pero juro que sus labios se curvan en una sonrisa y el frío que la cubría desaparece cuando se pone de pie.

PedazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora