14

59 6 0
                                    

Pov. Katniss


Vendrá conmigo.

Peeta y yo volvemos a Chicago. Esta vez no hay duda en el motivo que tiene, me dijo que me ama, que quiere estar conmigo y que criemos juntos a Willow. Debería estar emocionada, todo se está arreglando, pero ¿sobre qué tipo de fundamento? ¿Secretos y mentiras? Esto no se siente correcto. No puedo quitarme de la cabeza la sonrisa lisonjera de Dexter Crestfield. Intento sacudirme de la mente el acechante secreto de Lisa. Las instrucciones de Helen, las cuales básicamente tiré por la ventana, me están haciendo repensarlo todo. Sigo pensando que volver a Chicago puede que no sea el movimiento correcto, pero cada vez que pienso en el padre de Peeta, no puedo imaginarnos quedándonos aquí otro día.

Si nos vamos podríamos evitar el asunto de Lisa hasta... no lo sé, hasta... Si las cosas de alguna forma terminan perfectas entonces ella podría arruinarlo contándole a Peeta. Es egoísta y estúpido, pero realmente desearía que no lo hiciera. Si no es de vida o muerte y solo terminará hiriéndolo, desearía que se lo guardara para sí, pero por otro lado Aidan piensa que puede ser la razón por la cual Peeta creara a Pearce. ¿Qué podría ser tan grande que tenga que ver con Lisa?, ¿pero si ella le dice, podría llegar a ser esa la clave para que se integren? Tengo que estar segura que Peeta está entregado a hacerlo antes de repetir lo que hicimos anoche.

—Hola. —Me volteo para verlo de pie ahí con una sonrisa nerviosa en su rostro la cual instantáneamente me hace sentir mejor.

—¿Cómo va el embalaje? —pregunto, dejando salir un suspiro que estaba conteniendo.

—Iba bien hasta que Aidan me interrumpió. —Suspira.

—¿Aidan está aquí?

—Se acaba de ir —dice, frotándose la parte trasera de la cabeza.

—¿Quería algo en particular?

—Aparte de irritarme. —Se ríe y sonrío aliviada. Aidan no quiso decirme nada sobre lo que Lisa le contó, pero es un tipo muy directo y no parecer ser del tipo de los que pueden guardar un secreto—. Tuvimos una discusión, algo así, pero nos encontraremos en casa de Lisa más tarde. —Encoge los hombros y mi corazón se acelera.

—En casa de Lisa. —No puedo evitar repetir.

—Síp. Aidan dijo que ella tiene algo importante que decirme. Quiero quitar eso del medio antes de que nos vayamos —dice, sentándose en la que ha sido mi cama y la de Willow—. ¿Estás bien? —pregunta preocupado.

Me trago el nudo en la garganta.

—Claro, ¿por qué lo preguntas?

—Bueno has doblado esa camisa como tres veces desde que entré. —Se ríe. Tiro la estúpida camisa en la cama.

—Debo admitir que mis nervios están algo al límite. —Suspiro. Y él también.

—Esto probablemente no ayude, pero mi padre quiere hablar con nosotros.

—¿En serio? ¿No ha abusado verbalmente lo suficiente antes de que nos marchemos? —pregunto sarcásticamente, tomando otra camiseta de Willow y doblándola.

—Dice que quiere disculparse contigo y no quiere que nos marchemos con las cosas como están —añade y no puedo hacer más que mirarlo con incredulidad—. Sé que mi padre ha sido un verdadero idiota últimamente. —Se ríe y asiento. Ha sido más que un idiota—. Pero ese no es el hombre que usualmente es. Ese no es el padre que conozco. Creo que es por lo de Pearce...

PedazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora