15 de Abril del 2008
Pov. Katniss
Algunos días en el trabajo son divertidos y fáciles. Otros días te succionan, y hoy es uno de esos días.
—¿Así que, serían dos tónicos de Vodka, un Long Island Iced Tea, y cuatro cervezas? —pregunto tratando de oír sobre la pulsante música que viene con el territorio de ser camarera de uno de los locales nocturnos más ardientes de Chicago. El Vault: donde la música siempre está alta, las bebidas no están rebajadas y que está garantizado para echarle un vistazo a las celebridades de la ciudad. Aún, después de seis meses, no me he ajustado a la misma. Inicialmente, ser camarera iba ser algo parcial, solo un par de semanas. Poco a poco, esas semanas se convirtieron en un par de meses y aquí estoy a los seis meses y contando.
No es que me queje. Las propinas son geniales, me pagan bastante bien. Ahora estoy acostumbrada a lo que llamo gente "después de horas". Ellos son tus compañeros de clases, compañeros de trabajo y familiares, pero con sus ropas de puta, tres veces con más maquillaje y más borrachos de los que los he visto nunca. La mayoría de las chicas matarían por este trabajo. Sé que es un hecho que hay fila de espera para obtener una entrevista, alrededor de un kilómetro de largo.
Aun así, no puedo evitar sentirme cansada de esto. Es mejor que trabajar en un restaurante de comida rápida, pero la atmósfera es intoxicante. He visto a tantas chicas ser arrasadas en el corto tiempo que he estado aquí. Estoy agradecida de no haber caído presa de ello.
—¿Podrías verter una de las cervezas en un vaso, con hielo extra? —pide débilmente la chica en la mesa que estoy atendiendo.
—No hay problema. —Le doy una sonrisa calmante.
—Juro por Dios, que a veces eres una pequeña "priss" —anuncia en voz alta su amiga sentada frente a ella para que todos escuchen. Perra detestable. La piel de mi cliente se sonroja de un color rosa fuerte, y me siento mal por ella; si no estuviera trabajando, sería ella. Dios sabe que he tenido suficientes amigos detestables en mi vida.
—¿Están contratando? —pregunta el chico sentado con ellas. Una pregunta que me hacen cinco veces cada noche.
—Sé que estamos buscando otro cantinero. El nombre de mi gerente es Cato. Llama mañana al medio día. Su asistente toma las llamadas entonces y puede concertarte una entrevista si tienes experiencia.
—¡Perfecto! Gracias —dice, su entusiasmo es evidente.
—Debes amar trabajar aquí: buena música, hombres ardientes y puedes arreglarte para salir todas las noches. Muy lindos zapatos, por cierto —añade la odiosa.
—Está bien. —Encojo los hombros y me alejo.
La verdad es, que los lindos zapatos me asesinan los pies cada noche, el arreglarme para salir fue divertido hasta que ellos implementaros los shorts escala-traseros que se volvieron obligatorios. Pero pagan bien y la universidad no es barata. Me meto entre la multitud y me dirijo al área del bar. Mi amigo Darius está parado con mi ex, Gale, el señor Peor Error de mi vida. Deslizo el ticket de mis pedidos y cuento los minutos que faltan para que mis pies puedan descansar.
—Realmente está lleno esta noche, ¿verdad? —grita Gale sobre la música. Nuestra relación no termino exactamente en términos amistosos. De hecho, esta es la primera vez que siquiera estoy considerando contestarle desde que rompimos hace dos meses. Lo más que puedo hacer es ser civilizada con él, pero es tan difícil.
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Pedazos
Romance¿El amor lo puede todo? ¿Realmente se conoce a la persona con quien vivimos y amamos?