Caso 3: El gran juego. Capítulo 5: El coche abandonado

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A la mañana siguiente Alline, John y Sherlock se encontraban en la oficina de Lestrade en Scotland Yard. Greg les estaba pasando la información de la mujer que había sido tomada como rehén.

- Ella vive en Cornwall- dijo Lestrade viendo a Alline con melancolía-. Dos encapuchados la obligaron a conducir al estacionamiento, le colocaron explosivos como para volar una casa y ella lo llamó. Ella leyó de este buscapersonas- les dio un pequeño aparato a Alline.

- Si omitía algo, el francotirador la hacía explotar.

- O de no resolver el caso- dijo John.

- No me gustaría estar en su lugar- dijo Alline mientras le devolvía una de las evidencias.

- Elegante- dijo Sherlock con fascinación.

- ¿Elegante? - pregunto John.

- ¿Cuál es la idea de hacer algo así? - preguntó Alline.

- No puedo ser la única persona en el mundo que se aburre- dijo Sherlock.

En eso le llegó otro mensaje, Alline vio a Sherlock algo preocupado, John volteo y Lestrade trato de desviar su vista hacia otro lado, ya que la presencia de Alline ahí no ayudaba mucho en superar su relación.

- Tiene un mensaje nuevo- dijo la grabadora.

Se volvieron a escuchar unos pitidos, pero esta vez eran cuatro.

- Cuatro pitidos- dijo John.

- Pasamos la primera prueba y ésta es la segunda- dijo Sherlock.

Sherlock les enseño la foto de un coche destrozado, los tres se acercaron para verlo detenidamente.

- Parece abandonado- dijo Alline.

- Veré si fue denunciado- dijo Lestrade.

- Psicópata- dijo Sally entrando a la oficina de Lestrade-, es para ti.

- Sherlock- Alline le agarró la manga de su abrigo- ten cuidado.

Sherlock solo le asintió con la cabeza mientras a sus espaldas Lestrade sentía celos de cómo la pelirroja se preocupaba por su vecino, detalle que nunca tenía con él. Alline lo soltó y agarro el teléfono que traía Donovan, era la foto de un coche abandonado, en eso el teléfono que habían imitado el caso en rosa empezó a sonar, salió de la oficina de Lestrade para poder hablar. Alline y John se sentaron y vieron preocupados a Sherlock.

- Otra vez eres tú- dijo Sherlock-. ¿Robaste otra voz? ¿Quién eres? Ese ruido.

- ¿Sherlock? - dijo la pelirroja, viendo la cara de preocupación del mencionado.

- Lo encontramos- dijo Lestrade triunfante.

Se fueron en la patrulla de Lestrade al lugar en donde ubicaron el coche, Alline fue en de un lado de las ventanas pensando en su amigo que había sido asesinado, al fin le iba decir a los Powers que había pasado con su hijo.

- Carl Powers- afirmó Sherlock.

- Sí- dijo la chica- y pensar que el destino de todos modos nos hubiera unido tarde o temprano. Pudo ser con Carl o con Lestrade, pero decidió que fuera por la señora Hudson.

- Supongo que no nos hubiéramos tratado de la misma forma- concluyo Sherlock con una sonrisa.

Mientras tanto en el asiento del piloto, Lestrade trataba de tranquilizarse pues a pesar de que habían cortados hace algunas semanas, él seguía sintiendo algo por Alline. Llegaron a la escena del crimen y a Lestrade le dan una carpeta mientras se dirige al coche abandonado.

El sociópata y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora