Lestrade hojeaba la libreta de registros, Alline se sentó a un lado, John solo miraba de lejos mientras Sherlock hacia café. Los dueños del hotel se veían algo nerviosos. Sherlock le ofreció el café a John.
- ¿Qué es esto? – pregunto John.
- Café. Hice café- dijo Sherlock.
- Nunca haces café- contesto Alline.
- ¿No quieres? – Sherlock ignoro a Alline.
- No necesitas seguir disculpándote- contesto John-. Gracias.
John empezó a tomar el café que Sherlock le estaba dando. Dejo de tomarlo, porque al parecer había algo fuera de lo normal en el café de John.
- No tomo azúcar- dijo John.
John volvió a tomar otro trago algo inseguro. Alline se dio cuenta como Sherlock veía atentamente a John, como si esperara que reaccionara de cierta manera.
- Estos registros se remontan a casi dos meses- empezó a decir Lestrade.
- Está bien- decía John-. Es bueno.
- ¿Cuándo tuvieron la idea? – pregunto Alline-. ¿Luego de que saliera el programa de televisión?
- Soy yo- comento Billy-. Fui yo. Lo siento Gary. No pude evitarlo. Comí un sándwich de tocino en la boda de Cal y una cosa condujo a la otra.
- Buen intento- comento Gary-. Mire, solo intentamos darle un poco de impulso, ¿sabe? Un perro grande corriendo por el páramo. Vino del cielo. Fue como si estuviéramos nuestro propio monstruo del Lago Ness.
- ¿Y dónde lo tienen? – pregunto Lestrade.
- En un viejo pozo minero. No queda muy lejos. Estaba bien allí.
- ¿Estaba? – pregunto Alline.
- No pudimos controlar la maldita cosa. Era bestial. Y luego, hace un mes, Billy lo llevo al veterinario y ya saben...
- ¿Está muerto? – pregunto John.
- Sacrificado- respondió Gary.
- Sí- contesto Billy-. No hubo elección. Así que terminó,
- Fue solo una broma.
- Sí- comento Alline-, divertidísimo.
Los dos se pararon de su asiento. Sabían a lo que procedía, lo cual no era muy buena idea.
- Casi vuelven loco a un hombre- dijo Lestrade.
Se salió del cuarto en donde estaban. Alline se quedó viendo a Billy y Gary, después a John y Sherlock, decidió seguir a Lestrade, quien se veía entre molesto y enojado.
- ¡Greg! – grito Alline.
- Alline- la chica solo sonrió.
- Que bien que vengas aquí. Me alegra verte.
- A mi también. ¿Alline?
- ¿Qué paso?
- ¿Quieres tomar un café conmigo?
- Greg- dijo algo apenada Alline-. No puedo aceptar tu invitación esta vez.
- ¿Por qué? – pregunto sorprendido.
- Bueno, Sherlock me pidió matrimonio hoy... y los dos... bueno... estamos comprometidos.
- Felicidades- decía algo triste.
- ¿Sabes que está contento de que hayas venido? – dijo Alline mientras empezaban a caminar al exterior-. En secreto.
- ¿En serio? Bueno. Supongo que le gusta tener todos juntos. Le sirve a su... su... ¿Asperger? – en eso Sherlock salió del hotel, Lestrade se dirigió a Sherlock-. entonces, ¿Le crees que destruyeron al perro?
- No hay razón para no hacerlo- contesto Sherlock poniéndose delante de Alline.
- Ojalá no haya causado daños. No estoy seguro de qué podría acusarlo. Hablaré con la policía local. Bien, eso es todo. Estoy disfrutando esto- dijo emocionado viendo una última vez a Alline, quien no se había movido de su lugar-. Es bueno salir de Londres un rato.
- ¿Así que fue su perro lo que vieron en el páramo? – pregunto John.
- Así parece- contesto Sherlock.
- Pero eso no fue lo que tu viste- comento Alline-, no fue un perro común y corriente.
- No, era inmenso. Tenía ojos rojos fuego y brillaba, Alline. Todo su cuerpo brillaba- sacudió su cabeza como tratando de olvidar aquella sensación y empezó a caminar-. Tengo una teoría, pero necesito volver a Baskerville a probarla.
- ¿Cómo? – preguntaron ambos al mismo tiempo y lo empezaron a seguir.
- No puedes usar el truco de la identificación otra vez- dijo John.
- Tal vez no sea necesario- respondió Alline.
Sherlock saco su celular para poder hablar con Mycroft.
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El sociópata y yo
ФанфикLa vida de Alline Smith cambio radicalmente desde el día que llegó a Baker Street, ella es detctive en Scotland Yard, siendo una de las mejores pero siempre tiene de sombra a su vecino de abajo Sherlock Holmes. Su vida es tan normal como cualquier p...