Caso 6: La caída de Reichenbach. Capítulo 9: El inicio del fin

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Sherlock saco algunas pistas, por lo cual tomaron un taxi, en donde les explico lo que había encontrado en el piso del internado.

- ¿Cómo se burló del circuito cerrado? – pregunto Alline sorprendida-. Todas las puertas estaban cerradas.

- Entro cuando estaban abiertas- respondió Sherlock.

- Un extraño no puede meterse así sin más a una escuela- comento John.

- Cualquiera puede entrar donde sea si elige el momento preciso. Ayer, fin de curso, padres, choferes y personal en todo lugar. ¿Quién se fijaría en un extraño en esa multitud? Los estaba esperando. Lo único que necesitaba era un escondite.

Llegaron a St. Barth, para hacer un experimento de Sherlock. John, Sherlock y Alline fueron a buscar a Molly. La encontraron caminando mientras caminaba tranquilamente por uno de los pasillos.

- Molly- dijo amablemente Sherlock

- Ya me iba- le respondió Molly.

Los tres hicieron que diera media vuelta antes de que pasara a la puerta. Cosa que le dio risa a Alline por la sincronización de ambos hombres.

- No, no lo harás- dijo Alline.

- Iré a almorzar con alguien- se defendió Molly.

- Cancélalo, almorzaras conmigo- dijo Sherlock.

- ¿Qué? – pregunto sorprendida mientras Sherlock sacaba dos bolsas de papas de su abrigo.

- Necesito de tu ayuda. Estamos buscando a uno de tus exnovios. Se estuvo portando mal.

- ¿Moriarty? – pregunto John.

- ¡Por supuesto que es Moriarty! - dijo Alline.

- Jim no era mi novio- empezó a explicar Molly-, salimos tres veces. Yo lo deje.

- Sí, luego robo las Joya de la Corona- le empezó a decir Sherlock., irrumpió en el Banco de Inglaterra y en prisión de Pentoville. Por el bien de la ley te sugiero evitar todo intento futuro de relación.

Sherlock sacó una de las bolsas de papás y entró directamente, dejando a Molly muy sorprendida. Alline iba a decirle algo, pero John le hizo señal de que entrara, cosa que hizo inmediatamente. Fueron directo al laboratorio de Sherlock, en donde Molly y Alline entraron con varios libros en las manos, que apenas y podían cargar.

- Aceite, John- dijo Sherlock muy animado-. El aceite de la huella del secuestrador. Nos llevara directo a Moriarty. Todos los rastros químicos en sus zapatos fueron preservados. La suela del zapato es como un pasaporte. Si tenemos suerte veremos todo lo que piso.

Sherlock empezó a mezclar químicos, ver las reacciones y muchas cosas más para poder encontrar a Moriarty. Alline saco de su bolsa unas galletas de chocolate. Solo vio como John se le quedaba viendo y sacudió su cabeza como si estuviera desechando una idea que se le estaba ocurriendo.

- Necesito ese análisis- ordeno Sherlock después de largos minutos.

Pasaron unos cuantos segundos hasta que Molly llego con los resultados. Alline decidió sentarse un una de las sillas, porque se sentía realmente agotada de estar todo el día moviéndose. Por un instante creyó que este trabajo ya no se lo permitía porque debía de estar en forma.

- Alcalino- comento Molly.

- Gracias, John- respondió Sherlock.

- Molly.

El sociópata y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora