Caso 13: El problema final. Capítulo 3: El tiro de gracia

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Sherlock caminaba de un lado a otro. Mientras que John aún seguía inconsciente en la cama. El jefe encargado de Sherrinford se encontraba en aquella habitación también, al igual que Mycroft. No paso mucho tiempo hasta que John se despertó.

- ¿Cómo estas?- preguntó Sherlock viendo a su amigo.

- Con un chichón- respondió John.

- Sí, pero tienes tu utilidad.

- ¿Viste a tu hermana?- preguntó John mientras se levantaba.

- Sí.

- ¿Y qué tal?

- La familia siempre es complicada.

- ¿Y Alline?

- No sé en donde esta. Y no me gusta no saberlo.

- ¿Estamos tiempo para estas tonterías?- preguntó Mycroft.

- Tienes razón.

- ¿Vamos a llamar a alguien?- preguntó John.

- Aparentemente.

- ¿Qué hace aquí?- John vio al supervisor.

- Lo que le mandan. Eurus tiene control.

Un ruido interrumpió la conversación haciendo que los tres se quedaran completamente sorprendidos al escuchar el llanto de una pequeña niña, que sonaba muy desesperada.

- Ayuda. Por favor. ¡Estoy en un avión y todos duermen! ¡Ayuda!

Las luces del cuarto se tornaron de color rojo.

- Hola, me llamo Jim Moriarty- decía una grabación-. Bienvenidos al Problema Final.

- No pasa nada- dijo Sherlock-. Está muerto.

- No suena muy muerto- comento poco convencido John.

- Esto es un mensaje grabado. Saluden algunos viejos amigos míos.

La luz de la habitación se torno a su color habitual, una vez que termino la grabación.

- ¿Hola? Lo oigo hablar- intervenía la niña-. ¡Ayuda por favor! ¡Voy en un avión y se va a estrellar!

- ¿Qué pasa?- preguntó Mycroft desesperado-. ¡No hay tiempo para esto!

- Cierra la boca, querido- lo reprimió Sherlock.

- ¿Hay alguien ahí?- preguntó la niña.

- ¿Se supone que es un juego?- preguntó Mycroft.

- Silencio- comentó Sherlock.

- ¡Ayuda por favor!- volvió a hablar la niña.

- Hola. Intenta tranquilizarte- comento Sherlock-. Dime como te llamas.

- No debo de decirle mi nombre a desconocidos- comentó la chica.

- Claro que no, muy bien. Te voy a decir mi nombre. Me llamo... - la llamada se corto-. ¿Hola?

En una de las pantallas apareció Eurus sentada, en lo que parecía ser la oficina de Mycroft.

- Vaya querido- empezó a hablar la menor de las Holmes mientras los tres hombres se dirigían a la pantalla-. Parece que no hay cobertura.

- ¿Cómo lo has hecho?- la regaño Mycroft-. ¿Cómo es posible?

- Tú me metiste aquí, Mycroft. Me dejaste mis obsequios.

El sociópata y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora