Caso 4: Escándalo en Belgravia. Prólogo

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En el aire se sentía tención por lo que estaba pasando en aquella piscina, un silencio inundaba el ambiente, hasta que de repente se escuchó la música de Staying Alive. Alline, John y Sherlock se le quedaban viendo a Moriarty.

-      ¿Te importa si atiendo? – pregunto Moriarty.

-      No, por favor- le contestó Sherlock-. Tienes el resto de tu vida.

-      ¿Hola? – contestó Moriarty-. Sí, por supuesto. ¿Qué quieres? – Moriarty se veía algo desesperado, todos se les quedaban viendo-. ¡Repite eso! Repite eso y recuerda que, si me mientes, te encontraré y te despellejaré. Espera.

Todos estaban en silencio esperando a que algo asombroso pasara, solo vieron cómo se acercaba Moriarty a la chamarra con bombas.

-      Lo siento. Mal día para morir.

-      ¿Recibiste una oferta mejor? – dijo Alline.

-      Tendrán noticias sobre mí, Sherlock, Cath.

En eso solo vieron cómo se iba caminando mientras atendía a su cliente, de repente Moriarty hizo un chasquido, pero nada impresionante había pasado, solo los puntos rojos empezaron a desaparecer. Alline corrió hacia Sherlock para poder besarlo de nuevo, algo que muchos, incluyendo la misma Alline, pensaría imposible de que pasara.

-      ¿Qué fue eso? – preguntó John una vez que ambos se separaron.

-      Alguien cambio de opinión- contestó Sherlock.

-      La pregunta es... ¿Quién? – preguntó Alline

-      Eso no importa ahora. Ya es hora de regresar a Baker Street.

Sin pensarlo dos veces, se fueron nuevamente a Baker Street a descansar, luego del juego que había planeado Moriarty.

El sociópata y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora