El sociópata y yo

Caso 7: La carroza fúnebre vacía. Capítulo 7: La carroza faltante

Alline bajaba las escaleras lentamente al primer piso. Escuchó las voces de los papás de Sherlock, al parecer hacían una visita rápida a su hijo menor. Aún recordaba cómo si fuera ayer, el día que habían hecho la cena de compromiso. Iba a tocar, pero decidió entrar, ya que a lo mejor sería la salvación de Sherlock.

- Siempre pierde cosas bajo el sofá.

Al entrar, Alline vio a Sherlock sentado en su sillón, respirando hondo. Se veía que su paciencia estaba por agotarse. Cosa que le dio risa, después se giró en dirección al sofá, en dónde estaban sus padres.

- Alline- gritaron los padres de Sherlock con mucha emoción haciendo que se levantaran del sofá-. Nos alegra verte.

- A mi igual- dijo Alline mientras le daba dos besos en las mejillas de la señora Holmes-. Yo baje a desayunar algo. Continúen platicando. Haré cómo si no estuviera aquí.

- Cómo te decíamos Sherlock- continuó la señora Holmes-. Deja todo abajó del sofá, ¿verdad querido?

- Sí.

- Las llaves, las monedas, los dulces. Especialmente los anteojos- Alline se rio de cara de Sherlock, no sabía en qué momento dejaría su lado educado.

- Anteojos.

- Cosas de la edad. Le digo que debería de usar una cadena alrededor del cuello. Dice "Larry Grayson"- la señora Holmes trató de imitar una voz, pero la risa le gano.

- Larry Grayson- repitió el señor Holmes.

- ¿Al final encontraron el boleto de la lotería? – preguntó Sherlock levantándose de su sillón.

- Sí, gracias a Dios subimos al carro justo a tiempo. Logramos ver San Pablo, la Torre, pero no dejaron entrar al Parlamento- Alline se asomó para ver cómo Sherlock estaba parado en el sofá, en medio de sus padres-. Había un gran debate.

En eso, John abrió la puerta sin decir nada, vio a los padres de Sherlock, que estaban sentados cómodamente.

- ¿John? – preguntó sorprendido Sherlock.

- Hola John- saludo Alline desde la cocina con un vaso con jugo de manzana.

- Disculpa, están ocupados- dijo John.

- No, no, no, ya se iban. Decía bajando al sofá- contesto Sherlock.

- Sherlock- lo regaño Alline desde la cocina.

- No-dijo la señora Holmes-, ¿de verdad?

- Sí- Sherlock la levantó a la fuerza.

- Sherlock se más amable con ella- grito Alline.

- No, no, si tienen un caso- dijo John.

- No, no lo es. Váyanse.

- Nos iremos el sábado.

- Sí, grandioso, fantástico. Solo váyanse.

- ¡Sherlock! – le gritó de nuevo.

- Te esperamos ver ahí, Alline.

- Lo hare, en caso de que Sherlock, no se le ocurra hacer otro plan ese día.

- Bueno- dijo el señor Holmes-. Háblenos.

- Muy bien, sí, salgan- dijo Sherlock desesperado mientras cerraba la puerta.

Alline salió de la cocina, John se encontraba ahí, se acercó para poder ver a los señores Holmes antes de retomar el trabajo, que había empezado con Molly. Vio que la señora Holmes había puesto el pie, para evitar que su hijo diera un portazo.