Caso 10: La novia abominable. Capítulo 4: El regreso de la novia

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Había pasado algunos meses desde que el inspector le había llevado el caso de Emelia Ricoletti a Baker Street. Todo parecía igual en todos los días. Sherlock y John resolvían casos mientras que Marian y Alline se iban de la casa cuando sus esposos no estaban y evitaban llegar tarde ante cualquier sospecha.

Un día Lestrade se presentó en Baker Street para presentarle un caso de nuevo.

Alline subió lentamente las escaleras de Baker Street con la charola para el té en caso de que alguno de los dos quisiera tomarlo. Entro al estudio viendo como Sherlock paseaba de un lado a otro con un libro en la mano, tratando de analizarlo.

- Ahora son cinco- escucho la voz de Lestrade-, todos igual, cada uno de ellos.

- Silencio, por favor, es un tema de importancia suprema.

Dejo la charola en una de las mesas del estudio para no interrumpirlos en el caso.

- ¿El qué? – pregunto Lestrade.

- La oblicuidad de lo elíptico. Tengo que entenderlo. Alline, sírvenos té por favor- dijo Sherlock.

Alline cerró los ojos para maldecir en su mente de no pasar desapercibida. Alline empezó a servir el té en lo que Sherlock seguía en la conversación con Lestrade. Esperando que pronto se fuera, vio a Lestrade que estaba sentado y no tenía intención de levantarse y mucho menos de irse.

- No lo sé- dijo Sherlock-, todavía estoy intentando entenderlo.

- Creía que usted entendía todo- respondió confundido Lestrade-. ¿Usted que piensa señora Holmes?

- Mi esposo puede saber muchas cosas, pero a veces es un poco ciego por otros- respondió Alline-. Sin decir que se especializa en algunas cosas. Me alegro que nuestros hijos no sean así.

- ¿Y qué es tan importante de eso? – preguntó Lestrade a Sherlock.

- ¿Qué tan importante de cinco aburridos asesinatos?

- Sherlock- lo dijo Alline, sabiendo que el detective se tranquilizaría un poco.

- No son aburridos- se defendió Lestrade-. Cinco hombres muertos asesinados en su casa, arroz en el suelo como en una boda, ¡y la palabra "tú" escrita con sangre en la pared! Es ella, es la Novia. De alguna manera se ha levantado otra vez.

- O alguien quiere hacer un mal chiste sobre eso- respondió Alline.

- Lo he resuelto- Alline se le quedo viendo a Sherlock sorprendida por su respuesta.

- ¡No puede haberlo resuelto! – dijo Lestrade.

- Claro que lo he resuelto, es perfectamente simple. El incidente de la misteriosa señora Ricoletti, la asesina desde más allá, ha sido ampliamente retratada por la prensa popular. Ahora la gente está enmascarando sus pequeños y aburridos asesinatos como el trabajo de un fantasma, para confundir la increíblemente imbécil, Scotland Yard. Ahí lo tienes resuelto. Visite a la señora Hudson antes de irse, le gusta sentirse involucrada.

- Sherlock, eso fue grosero- respondió Alline en frente del inspector.

- ¿Estás seguro? – pregunto Lestrade.

- Ciertamente. Márchese. ¡Watson! Estoy listo. Su sombrero y las botas tenemos una cita importante.

- ¿No se mudó el Doctor Watson hace unos meses?

- Sí, pero Sherlock cree que aún vive aquí- respondió Alline.

- ¿A quién le he estado hablando? – pregunto confundido Sherlock.

- Al sillón de John.

- Hablando en nombre de la increíblemente imbécil Scotland Yard la silla está completamente vacía.

Alline se alejó con la bandeja de té para que se pudieran despedir sin que ella estuviera ahí. Salió sin ponerle mucho caso a la conversación.

El sociópata y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora