Caso 9: Su último voto. Capítulo 2: Plan en marcha

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Alline subió al piso en donde se encontraba Janine, Sherlock y John. John se veía realmente confundido por la situación. Alline vio como Janine estaba realmente en su lugar haciendo que se molestara.

- Soy la única que sabes cómo eres, ¿recuerdas? – dijo Janine divertida.

- Eso es mentira- dijo Alline aventando su bolsa en el sillón.

- Entonces no me delates- le contesto Sherlock ignorando a Alline.

- Quizá lo haga, en realidad.

- Largo de mi casa y de mi esposo.

- Sherlock ya no te quiere.

- Sherlock seguirá siendo mi esposo hasta el momento en el que él y yo firmemos los papeles y luego puedes hacer lo que quieras con él.

- Bien- contesto Janine levantándose del sillón de Sherlock- debo correr. Me dio un gusto conocerte, John.

- Igualmente – contesto.

- Que tengas buen día- le dijo Sherlock-. llámame más tarde.

- Quizá lo haga- Alline solo rodo los ojos-. Quizá te llame. Si no conozco a otro más bonito.

En eso Sherlock le abrió la puerta a Janine. Janine se dio la media vuelta, esperando a no pegarle en la cara a Janine e ignorando cada palabra que se intercambiaban. Ella salió tranquilamente, cuando Sherlock cerró la puerta, Alline se fue directo a los brazos de Sherlock, dándole un tierno beso.

- Estuviste fantástica- le susurró a Sherlock.

- ¿En serio? – pregunto Alline.

- En serio.

- Sólo que no me gusta que te esté besando cuando estoy yo.

- Vas a ver que pronto acabara- Alline le sonrió y le dio un tierno beso.

Sherlock la volvió a besar, haciendo que fuero un poco subido de tono. Iban a seguir cuando escucharon que John hizo un ruido que les recordaba de su presencia.

- Magnussem es dueño de diarios- le empezó a decir John-, pero es mucho más que eso. Con poder y riqueza consigue información. Mientras más obtiene, más crece su riqueza y poder- Sherlock se sentó en su lugar-. No exagero al decir que conoce el punto de presión de toda persona importante o influyente en todo el mundo occidental y quizá más allí. Él es Napoleón del chantaje. Ha creado una arquitectura inexpugnable de información prohibida. Se llama Appledore.

Sherlock le enseño lo que había buscado, era una casa enorme en la mitad de la nada. Era una mansión mucho mayor que la de Henry. Se quedó sorprendida por el edificio.

- ¿Cena? – dijo John sorprendido.

- Disculpa, ¿qué cena? – pregunto Sherlock.

- Mary y yo cenando con ustedes, tú y Janine- dijo John-, bebiendo y conviviendo.

- ¿En serio? ¿Acabo de decirte que el mundo está dirigido desde esta casa y hablas de la cena? – preguntó Sherlock viendo a Alline, ella solo encogió los hombros.

- Puede ser una cita triple- comento Alline-. El hermano de Charles vendrá a visitarme, así que puede ser una cita triple.

- No entiendo nada- dijo John.

- Luego te explicamos- comentó Alline.

- Bueno- dijo John poco convencido-, habla de la casa.

- Es el deposito más grande de información sensible y peligrosa en el mundo. Una Biblioteca de Alejandría llena de secretos, escándalos y nada en computadoras. Es listo, evita hackers. Hay copias físicas en bóvedas subterráneas, mientras estén ahí, la libertad personal de todos tus conocidos es una fantasía- en eso escucharon que tocaban la puerta.

El sociópata y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora