Caso 10: La novia abominable. Capítulo 3: El suicidio de Emelia Ricoletti.

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Alline veía hacia la ventana esperando a que Sherlock llegará, esperando poder darle la noticia, escucho cómo su hija empezó a llorar, cuando volteo, vio que William tenía la muñeca de su hermana en su mano, ella solo dio un suspiro de frustración.

- Will, devuélvele su juguete a tu hermana- dijo Alline, el niño le dio la muñeca a Michelle-. Y estas castigado una semana sin salir con tus amigos.

- Pero mamá...

- Pero nada- lo interrumpió Alline-. Hablare con tu padre sobre esto.

- Papá tardará en regresar.

- Tu papá regresa hoy. Ahora a tu cuarto si no quieres que tu castigue aumente.

William se subió lentamente las escaleras, carga a su hija para consolarla. Su hija tenía los tres años recién cumplidos, era Noche Buena, lo cual hacia que fuera mejor ese día.

- Vamos Michelle- Alline cargo a su hija con su muñeca.

- Quiero a papá- dijo la pequeña.

- No te preocupes, regresará hoy.

Vio cómo un carroza se paraba en frente de su casa, saliendo una figura negra. Toco la puerta, haciendo que la señora Hudson le abriera la puerta. Subió al primer piso, llevaba un velo que tapaba su cara completamente.

- Necesito hablar contigo- escucho la voz de una mujer con acento alemán.

- Marian, sabes que no necesitas el velo cuando vengas- comento Alline.

Marian era la tercera esposa de John, la primera murió meses después de que se casará y poco antes de que John se fuera a Afganistán. La segunda murió a principios de ese año, su nombre era Mary, le había ayudado mucho cuando nació Michelle. Mientras que Marian, se había casado hace unos meses, siempre la iba a visitar cuando John no estaba en casa.

- Vine aquí para ver si hacía más caso que sus casos- dijo enojada-. Sólo llega, pasa un par de días, con suerte una semana y se va por semanas e incluso meses. A veces siento que se va para olvidar que Mary ya murió y yo estoy casado con él. Mary, Marian. Marian, Mary- soltó un grito de frustración- hasta en las primeras tres letras se parece.

- Llegan hoy- sintió como Michelle se recargaba en su hombro-, puedes hablar con él.

Alline se acercó a la puerta vio cómo John y Sherlock bajaban de su carroza, con ayuda de algunos niños de la calle, que trabajaban para Sherlock. Dejo a Michelle en el sillón mientras que Marian se dedicaba a tranquilizarse, lo cual era difícil para ella misma. Bajo las escaleras en donde vio a la señora Hudson abriendo la puerta.

- Señor Holmes, me encantaría saber cuándo planea a casa- dijo la señora Hudson.

- No lo sabía ni yo mismo- comentó Sherlock-. Ese es el problema de los terratenientes desmembrados. Son significantemente difíciles de concertar

- Hola Sherlock- dijo Alline abrazando a su esposo.

- Alline.

- Señora Holmes- escucho la voz de Archie-. ¿Puede William salir a jugar?

- Lo siento, pero está castigado.

- ¿Qué hay ahí? – preguntó Archie a John.

- Da igual.

- ¿Atrapo al asesino, señor Holmes?

- Atrapo al asesino- respondió Sherlock, la señora Hudson abrió la puerta para que dejaran pasar a todos-, pero sigo buscando las piernas. Lo dejaré en empate.

El sociópata y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora