Kim JunMyeon: Me declaro perdedor... millonario perdedor.

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Mi familia es una de esas familias, que por familiares muy lejanos consiguieron hacerse de un nombre en la sociedad, y con un simple nombre, puedes abrir muchas puertas, a mi familia se le abrieron infinidad de puertas, puertas que nos permitieron...

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Mi familia es una de esas familias, que por familiares muy lejanos consiguieron hacerse de un nombre en la sociedad, y con un simple nombre, puedes abrir muchas puertas, a mi familia se le abrieron infinidad de puertas, puertas que nos permitieron seguir siendo una familia de renombre, así que el dinero nunca fue problema para nosotros, bien podíamos derrocharlo en lo que quisiéramos y aun así no habríamos perdido ni un quinto.

Nunca pasé por escases, nunca sufrí el acomodamiento económico en tiempos difíciles, nunca he vivido con el miedo de que repente un día ya no haya dinero, no es que el dinero sea infinito, pero los fondos, son en verdad muy grandes, puedo vivir muy cómodamente de ello, sin hacer nada, sólo dedicarme a la buena vida, pero obviamente eso no iba a pasar. Hay un nombre que respetar, un nombre que seguir manteniendo. Debo ser alguien, sí o sí.

Lo único en lo que me he visto desafortunado, es que al contrario de mis decenas de primos, no soy nada popular, la gente no suele invitarme a salir, no me invita a fiestas y no se me acerca para hablar, no es que sea una persona maleducada que es egocéntrica, al contrario, creo que tengo muy buena disposición con la gente. Pero aun así… nadie me toma en serio, es como si fuera un chiste para ellos.

Cuando cumplí 12 años, me enviaron lejos de casa. Tenía que estar en la escuela que la gran mayoría de los familiares pisaron, esa escuela ostentosa de Suiza. Pensé que en una ciudad totalmente distinta sería diferente, creí que me iba a llevar bien con los chicos, pero la verdad es que no había diferencia a las escuelas a las que asistía en Corea, había grupitos designados para cada tipo de persona, y no encajaba en ninguno, había veces en las que me sentía muy solo, pues pasaba todo el día en la escuela y veía como todos los niños jugaban sin mí y cuando intentaba unirme a sus actividades me repelían. A esa joven edad en verdad llegué a creer que me olía mal la boca o que era tan feo que nadie se atrevía a hablarme por miedo a que se les pegara mi fealdad.

Eres muy lindo – fue lo que dijo esa chica que se la pasaba de arriba para abajo y siendo “molestada” por esa otra chica que se desarrolló antes que las demás… nunca me aprendí sus nombres.

Gracias – dije un poco apenado, hice una pequeña reverencia y caminé por el auditorio, era el día de graduación de la secundaria y estábamos todos dispersos buscando un lugar cerca de los amigos, para tomar las fotos y eso. Yo me senté entre los primeros lugares, y ahí tenía a ese camarógrafo que habían contratado para filmar todo el proceso de graduación.

Bromea con tus amigos mientras te grabo – fue  lo que indicó el hombre con la gigante cámara.

No somos sus amigos – fue lo que dijo uno de los chicos sentados a mi lado, sólo lo voltee a ver con cara de desaprobación y el camarógrafo se me quedó viendo como una especie de bicho raro.

Bueno, ya nos las arreglaremos – puso el lente sobre mí y continuó grabándome por el resto de la ceremonia. Después de la entrega de diplomas todos se tomaban fotos con sus grupos de amigos, y la única persona no familiar con quien me tome una foto ese día, fue con la maestra de canto. Fue un día deprimente, ese mismo día partimos de vuelta a Corea, donde pase todo el verano encerrado en casa, prefiriendo eso mil veces a tener que volver a la insufrible escuela. Y esta vez, a la preparatoria, con chicos más pesados aún.

☆☆The marvelous misadventures☆☆ [ChanSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora