Ni esperado, ni planeado

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Observó el recuadro sin poder creer lo que sus ojos veían, el corazón le dio un vuelco y cerró con mucha fuerza los ojos, esperando que todo fuera un sueño... más bien una pesadilla. Pero en cuanto separó los párpados, se volvió a encontrar en el mismo lugar frente al mismo recuadro. Llevó sus manos hasta su rostro y luego a su cabello, despeinándose ligeramente.

-. . . - se había quedado sin palabras, soltó un gran suspiro y se levantó. Hizo un poco de desorden y salió a la recámara.

Se cambió de ropa al uniforme deportivo y tomando su mochila de entrenamiento caminó con pasos decididos hasta el campo de futbol, ya todos se encontraban en sus posiciones, calentando y practicando.

-Lamento la tardanza- comentó pasando sus dedos por el cabello, peinándolo de manera cuidadosa y sujetando toda su sedosa cabellera en una coleta alta.

-Está bien, Bae- sonrió una de las chicas más cercanas.

Irene mostró una sonrisa más bien forzada y comenzó a estirar sus brazos a un lado y a otro, realizó una serie de ejercicios de calentamiento y en pocos minutos estuvo lista para unirseles al resto del equipo. Estaban ensayando una nueva rutina que inlcuía más baile y menos acrobacias.

-¿Y si agregamos un par de mortales más?

-Paso.

-Paso.

-¿Podrías hacerlo, Bae?- preguntó la chica rubia con el distintivo sello de capitana.

-Podría, si- asintió la bajita con las manos en la cintura, relajó todos sus músculos, sacudió sus piernas y brazos. Tomó un poco de distancia antes de empezar a correr, dio una vuelta sobre sus manos, una pirueta hacia atrás y antes de volver a lanzar su cuerpo hacia atrás, quitó las manos, haciendo que su cuerpo pareciera volar, sus piernas extendidas hacían lucir la acrobacia, y finalmente cayó sobre sus pies, estirando los brazos hacia arriba.

Todos aplaudieron la habilidad de una de sus principales acrobatas, Irene había estado metida en clases de gimnasia y ballet desde sus primeros pasos, la chica de largo cabello permaneció en aquella posición y quizás fue la cantidad de giros dados, el que no había provado bocado desde el desayuno o  el laboratorio de biología y la practica con hongos, pero la desagradable sensación de las naúseas se albergó en su garganta y sintiendo el escaso alimento regresar desde su estómago, salió corriendo al baño más cercano para vomitar.

-¿Estás bien, Bae?- preguntaron desde el pasillo del baño.

La chica no podía responder porque aún sentía las arcadas en el abdomen y un repulsivo sabor amargo en la boca.

-Dani dice que puedes saltarte la practica de hoy, pero tienes que ir a la enfermería.

Irene abrió la puerta de baño y recibió el pañuelo extendido para limpiar su boca -Lo haré, gracias.

-Méjorate pronto, Bae- la chica de piel morena le dio un par de palmaditas en el hombro y dejó a su compañera enjuagrase la boca.

La pelinegra lavó sus manos y limipó sus dientes con agua del grifo, volvió a peinar su cabello en una coleta alta y acomodó su ropa, dio un ligero suspiro y se quedó un par de segundos viéndose en el espejo.

-Bae- dijo apenas, salió del baño y fue a buscar sus cosas al campo de futbol, se despidió del equipo y fue directo a su habitación, no pasó por la enfermería como le habían dicho, sólo quería acostarse en la cama, cubrirse con cientos de cobijas y dormir durante días.

Ahora estaba hecha un ovillo en la cama, abrazando fuertemente el oso de felpa que SeHun le había traído de Nueva York, su celular sonó y contestó de inmediato.

☆☆The marvelous misadventures☆☆ [ChanSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora