El frío se colaba por entre los pequeños huecos que había entre las cobijas, los primeros días del mes habían sido el perfecto preámbulo de la estación, las mañanas eran nubladas y las tardes frías, el chico se revolvió en su lugar, intentando guardar el calor que su cuerpo producía, comenzaba a titiritar y los dedos de sus extremidades comenzaban a sentirse cada vez con menos temperatura. Tras un par de minutos de un inútil intento por permanecer con una temperatura agradable debajo de sus sábanas, se incorporó hasta quedar sentado sobre la cama. Observó con detenimiento cada pequeño detalle de su habitación.
La ropa de YiXing regada por todo el cuarto, la estantería de libros vacía con todo su contenido esparcido por los escritorios y las repisas del cuarto. Volteó hasta el recién adquirido reloj digital que yacía sobre la mesita de noche al lado de su cama. Aún no era temprano y a pesar de eso, Lay ya no estaba en su cama.
-¿A dónde fue ahora?- se preguntó a sí mismo, saliendo de la cama, colocándose las pantuflas y yendo hasta el baño para limpiar su rostro y continuar con su día. El agua tibia relajó su piel, haciendo que una pequeña y agradable sensación de confort recorriera todo su cuerpo, secó su cara y salió del baño para vestirse.
Eligiendo un conjunto cómodo y abrigado, colocándose el par de anteojos pasó los dedos entre sus cabellos para estilizarlo un poco.
-Ya tengo que cortarlo- tomó un largo mechón de cabello y lo lanzó con el resto de su melena, su cabello había crecido bastante desde la última vez que lo había cortado, cubrían sus ojos por completo. Tomó las llaves del cuarto, guardó su celular y salió rumbo a la cafetería para desayunar. Le pareció extraño que no se hubiera encontrado a ninguno de sus amigos atiborrándose de comida, supuso entonces que quizás todos estarían todavía dormidos, cortesía del clima. Una brisa comenzó a soplar, helando cada centímetro de su piel, volviéndola más blanca de lo normal, enrojeciendo su nariz y mejillas. Comió solo en una mesa cercana a uno de los grandes ventanales del reciento, observó al resto de los alumnos planear su domingo entre sonrisas y miradas divertidas.
Dio el último sorbo a su taza de chocolate caliente y salió de la cafetería con las manos guardadas en los bolsillos de la calentita chamarra que portaba, comenzó a caminar sin ninguna dirección en especial, solo esperaba hacer tiempo hasta que la hora acordada llegara. Y tras largos minutos de rondar sin rumbo sintió el vibrar de su móvil en su bolsillo, sabiendo ya de quien se trataba, se limitó a leer el punto de reunión.
Y mientras se dirigía hasta la parte de la terraza de la escuela, sobre su cabeza cayó el primer copo de nieve, levantó la mirada al cielo y sonrió al ver las cientos de motas grises caer desde el cielo. Siguió caminando hasta que finalmente lo vio sentado en una de las bancas con vista a los Alpes, se acercó sigilosamente hasta él y se sentó a su lado sin hacer mucho ruido.
-Hola- saludó KyungSoo segundos después de haber tomado asiento, giró con levedad el rostro hasta el más alto y observó expectante su mirada.
-Hola, Soo- devolvió el saludo ChanYeol con una pequeña sonrisa, sus ojos de igual manera se posaron sobre los contrarios. El bajito se acercó un poco más a él hasta recargar uno de sus costados sobre el cuerpo del mayor, el alto sonrió por más tiempo y después soltó un suspiro.
-Ya empiezo a nevar- comentó KyungSoo sacando una de sus manos de la guarida que representaba su chamarra y extendió la mano hacia el frente para alcanzar a tomar algunos cuantos copos de nieve.
-Hará más frío- asintió ChanYeol regresando la mirada hacia el frente para seguir admirando el paisaje frente a ellos.
-Pero me gusta cuando hace frío...
-Lo sé- sonrió ChanYeol una vez más, pero a los segundos su espléndida sonrisa se esfumó –KyungSoo...
-¿Si?- el bajito se recargó sobre el respaldo de la banca y observó junto a su novio la inmensa naturaleza delante de él.
ESTÁS LEYENDO
☆☆The marvelous misadventures☆☆ [ChanSoo]
FanficEn un exclusivo internado, donde los hijos de los políticos más poderosos, herederos de monarquias, hijos de famosos internacionales y uno que otro talentoso becado conviven durante 24/7, las aventuras no se hacen esperar, con edades que oscilan ent...