Capítulo 11

6.8K 562 34
                                    

- Un segundo más y empezamos sin vosotras.- dice mi hermano a modo de saludo. Yo pongo los ojos en blanco y suelto un bufido, pero Lisa se ríe como una tonta. Esta es una de esas veces en que la mataría.

- Hemos tardado exactamente cinco minutos en bajar, así que no digas tonterías.- Ben pone mala cara y se lleva un trozo de pizza a la boca. Evan y Sam sueltan una risita por lo bajo y se sientan uno a cada lado de Ben, por lo que Evan se queda sentado a mi lado y Sam al lado de Lisa.

Evan me mira por el rabillo del ojo, y yo le miro con los ojos entrecerrados. Cuando veo su cara de susto suelto una risita por lo bajo. ¿No querías loca? ¡Tómate dos tazas!

- Mel, compórtate.- me suelta mi hermano. Yo le saco la lengua y tanto Lisa como Sam se ríen de él, divertidos. En momentos así, casi parece que nos conocemos.

Una vez al año, mis padres hacen una escapadita durante todo un fin de semana. Cuando era pequeña me quedaba en casa de la abuela, pero desde que mi hermano cumplió la mayoría de edad nos dejan a los dos solos con unos cuantos billetes para pedir comida a domicilio. Eso quiere decir que Ben aprovecha la situación para traer a sus amigos y que a mí me toca soportarlos en silencio. Por eso este año he arrastrado a Lisa conmigo. Aunque tampoco he tenido que insistir mucho...

Por un segundo, mientras los observo, me da la impresión de estar contemplando una imagen congelada, como una instantánea en tres dimensiones. Juntos conformamos una estampa curiosa: Ben, con su metro ochenta, su cabello negro y sus ojos castaños; Lisa, una rubia de ojos azules con una sonrisa embobada en la cara...Evan y Sam, tan opuestos como el día y la noche: uno tan rubio, tan menudo y tan tímido...Sam alto, esbelto, de cabello negro y ojos marrón claro. Y yo, enana, pálida, insegura, con el pelo como el de mi hermano pero no los ojos. Él los tiene marrones, de un color miel que te hace pensar que puede ser un buen chico. Los míos son negros, duros, intimidantes. Pero yo no soy intimidante, solo soy idiota.

No tiene mensajes nuevos

- ¿Por qué no has invitado a Pete?- pregunta Lisa de pronto. Es la única persona del mundo que conozco que es capaz de comer tal cantidad de pizza de golpe sin perder la dignidad.

- ¿Pete?- responde mi hermano por mí- ¿Todavía sigue detrás de ti ese imbécil?

Lisa me mira con expresión interrogante, pero yo le indico con un gesto que no le haga el menor caso. Por supuesto, a la que no hace caso es a mí.

- Peter es gay.

- ¡Lisa!- le reprocho. Ella me mira sin entender.

- Mel, es gay. ¿Qué sentido tiene negarlo?

- ¡Todo el sentido! No tenemos ninguna confirmación de que lo sea.

- ¿Tienes algún problema conque lo sea?- añade Sam.

- Por Dios, no.- no puedo entender cómo hemos llegado a esto.- Me va bien tanto si lo es como si no, pero ella no para de decirle eso todo el tiempo y él lo niega. Eso es molesto en cualquier caso.

Nos pasamos discutiendo sobre el tema toda la comida. Lisa sigue en sus trece, mientras que mi hermano insiste en que Peter está enamorado de mí. ¡Qué antiguo! ¿Es que no sabe lo que es la zona de amigos? En un momento dado me retiro de la conversación y vuelvo a mis propios pensamientos. Al menos parece que el calor de la conversación ha hecho que todos hablemos un poco, rompiendo esa tensión que había las últimas veces que me había quedado a comer con ellos.

A veces pienso en los clichés de las películas juveniles. En la chica perfecta con complejos de nerd que conoce al chico perfecto. Este se enamora perdidamente de ella y se lanza, insistiendo a la insegura protagonista hasta que esta decide ceder ante él. No es que envidie una situación tan surrealista, pero a veces me gustaría ser esa chica genial que se cree imperfecta, y no al revés.

- Melanie, ¿adónde vas?- me pregunta mi amiga cuando ve que me levanto.

- Voy a tumbarme un rato.- Sonrío, intentando tranquilizarla. Estoy un poco cansada.

No miento, estoy cansada. No sé cómo he logrado rodearme de gente genial, capaz de aguantar mi temperamento y mis manías. Y a veces creo que ese brillo es contagioso, que puedo sentirme parte de ese resplandor. Hasta que descubro a mi novio con una rubia de bote, o un chico idiota me roba la poca cordura que me quedaba.

Miro el teléfono de nuevo. ¿Qué estoy haciendo? Si se ha cansado de acosarme, mejor. Así podré seguir con mi vida.

No, no voy a escribirle. No lo haré.

Melanie: ¿Estás vivo?  

---------------------------------------------------

Wolaaa! Veo que cada vez somos más :D

Muchas gracias a todos por leer esta historia! Intento subir cada día, pero tengo un examen pronto y no voy a poder subir capítulo mañana o si no mi amiga Debi me mata jaja. Nos vemos en dos días con un capítulo más de esta historia. ¡Un abrazo!

Idiota busca a idiota [Saga Idiota #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora