Capítulo 84

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Después de comer nos vamos a la Biblioteca Municipal para ponernos manos a la obra con el trabajo de biología. Me cuesta muchísimo concentrarme, puesto que no paro de pensar en lo que vendrá después. Lisa, por su parte, hace su mejor esfuerzo para tenerme paciencia. Lleva unos días actuando de manera diferente: primero me dijo que quería cambiar algunas cosas de su vida, luego no se enfadó porque no quisiera volver a sentarme con ella...¡y ahora esto! Al final sí que va a ser verdad que quiere cambiar...

- No vamos a terminarlo hoy ni en broma.- le digo a mi amiga, mirando el reloj con impaciencia.- A lo mejor debería llamar a Sam y decirle que mejor quedamos otro día...

- ¡Ni hablar!- me responde Lisa, alzando la voz.- Solo vas a tener una oportunidad como esta, Mel. Mi hermano solo va a estar unos días, y la novedad pasa pronto.

- Tienes razón...-me quedo con la mirada fija en el móvil, como si tuviera todas las respuestas a mis dudas.- Pero...¿y el trabajo?

- Podemos seguir mañana.- me responde Lisa, con una sonrisa de medio lado.- Pero tú tienes que perderle el miedo a todo esto que está pasando. La excusa de esperar a estar cómoda con Sam para hablar con Ben no te va a funcionar para siempre.

Me quedo pensando en ello el resto de la tarde, y sigo con esa idea en la cabeza cuando nos separamos. Hemos hecho solo la mitad del proyecto, pero nos hemos repartido el trabajo y hemos quedado mañana para terminar de corregirlo. Así que, mientras Lisa termina su parte en la biblioteca, yo espero a que llegue Sam en la parte de atrás del edificio de la biblioteca.

Me peino el pelo con las manos, nerviosa. No tengo demasiado tiempo para estar con él, ya que Lisa tiene que volver a casa antes de que mi hermano sospeche. Miro el reloj varias veces, pero siguen faltando diez minutos para las seis de la tarde, que es la hora a la que le dije que saldría a esperarle. Recuerdo los últimos días como si fueran un sueño. ¿Quién me iba a decir que iba a acabar saliendo con Sam? Cuando buscaba al idiota en cada esquina, jamás me planteé que era él. Y cuando lo descubrí sentí muchas cosas a la vez, pero ninguna de ellas es comparable a lo que siento ahora. Emoción, nerviosismo, ilusión...y un poco de miedo también.

Ahogo un grito de sorpresa cuando Sam aparece de la nada y me estampa un beso en la boca. Al principio me quedo paralizada, pero del susto se me van todas las preocupaciones que rondaban mi cabeza. De manera instintiva alzo las manos y las coloco alrededor de su cintura, buscando la estabilidad. Él me agarra el rostros con ambas manos y me acerca más a él. Puedo sentir cómo el tiempo se detiene por un instante, pero luego Sam y yo nos separamos.

- ¿A qué ha venido eso?- le pregunto con una sonrisa en el rostro. Estamos tan cerca el uno del otro que puedo apreciar cada detalle de su rostro.

- Quería besarte antes de volverme tímido de nuevo.

- ¿Tímido?

- Siempre me vuelvo tímido contigo.

Yo me muerdo el labio, pero no digo nada. Sé lo que quiere decir, ya que a mí también me pasa...no es mi primer novio, pero sí el primero que me hace sentir así. No puedo evitar ruborizarme al pensar esto último. ¿Somos novios? No lo hemos dejado claro...Sam me toma de la mano y me conduce hasta el coche, que ha dejado aparcado unas calles más atrás. Vuelve a besarme antes de entrar en el coche, y cuando entro siento que se me va a salir el corazón del pecho.

- No tenemos mucho tiempo.- le digo, una vez ha arrancado el motor.- Lisa me puede cubrir, pero solo un par de horas. Si volvemos mucho más tarde de que cierre la biblioteca Ben va a empezar a sospechar.

- ¿Dónde está Ben ahora?

- Está en casa de Lisa, con su hermano.- cuando digo esto, Sam me mira con sorpresa.

- ¿Matty? ¿Qué hace por aquí?

- No lo sé, la verdad. Apenas he hablado con él. Pero Ben estaba muy contento de verle, así que los hemos dejado solos y nos hemos ido a la biblio.

- Vaya...espero que sean buenas noticias. Lisa no es la única gamberra de la familia.

Me quedo mirando a Sam con curiosidad, intentando adivinar la expresión de su rostro. Nunca me he planteado qué relación podía tener Matt con el resto del grupo, pero no parece que se lleve mal con Sam. Entonces...¿por qué esa expresión de preocupación? Sacudo la cabeza e intento quitarme de encima esas ideas. No quiero pensar en nada relacionado con Ben ahora mismo.

- ¿Adónde vamos? ¿A la playa?

- No nos da tiempo...tenía pensado ir a otro sitio.- la expresión de su rostro cambia y Sam sonríe de oreja a oreja.- ¿Tienes hambre?

Sam me lleva a una pastelería un poco alejada del centro, seguramente para curarnos en salud respecto a Ben. Escogemos una mesa al lado de la ventana que tiene vistas a un pequeño jardín con una fuente que imita la forma de un ángel con las alas extendidas. Una camarera de más o menos nuestra edad nos toma nota y nos trae dos trozos enormes de pastel.

- Desde luego, esto tiene mejor pinta que el trabajo de biología.- le digo a Sam, justo antes de meterme un trozo enorme de pastel en la boca.

- ¡Y yo que pensé que querías verme...!- Sam me guiña un ojo y se come un trozo de pastel, manchándose la comisura de los labios de nata. Yo levanto la mano y se lo limpio con el pulgar. Sam tiene los ojos fijos en los míos, profundos, mudos. No sé qué está pasando, pero cuando el momento se termina siento como si me arrancaran algo que formara parte de mí. Aparto la mano y me como otro trozo de pastel.

- ¿Cómo fueron las cosas con tu madre?- le pregunto, intentando iniciar una conversación.

- Bien, dentro de lo que cabe.- Sam coge mi tenedor y corta un trozo de su pastel para que lo pruebe. ¡naranja con chocolate!- Me sometió a un interrogatorio exhaustivo, pero me apoya en esto. Sabe cómo es Ben, así que me ha prometido no decir nada con la condición de que se lo cuente yo pronto.

- ¡Qué simpática es tu madre!- le respondo, no sin cierta sorpresa. Sam se ríe ante mi comentario y me agarra la mano que tengo libre.

- Me alegro de que digas eso, porque ella quiere conocerte.

Cuando dice eso se me cae el tenedor de la mano, y Sam suelta una carcajada.. Todo está pasando tan deprisa...Le miro fijamente a los ojos. De repente me doy cuenta de lo que eso implica. ¿Eso quiere decir que él y yo...?

- ¿Quiere conocerme...como tu novia?

Sam abre la boca para responder, pero en ese momento suena la campana que indica que acaba de entrar un nuevo cliente. Cuando oímos su voz, nos quedamos paralizados, y cuando nos volvemos para mirarle vemos que él está igual que nosotros.

- Harry...- digo, muy flojito, mirándole con temor. Él, por su parte, no me mira a mí. Tiene la mirada fija en nuestras manos entrelazadas.

Idiota busca a idiota [Saga Idiota #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora