Idiota: ¿Cómo estás?
Melanie: La verdad es que estoy de buen humor, aunque todos parezcan empeñados en que no lo esté. ¿Y tú?
Idiota: Yo estoy sorprendido de que me contestes jaja.
Melanie: ¿Prefieres que no lo haga?
Idiota: No, mujer, eso nunca.¡Con lo que me ha costado...!
Melanie: La verdad es que no sé por qué lo hago. ¡No tengo la menor idea de quién eres!
Idiota: Pronto lo sabrás, te lo prometo.Ese pronto, por alguna razón, hace que sienta un leve escalofrío. El timbre suena marcando el inicio de las clases, y de repente la idea de encerrarme en un aula durante una hora ya no me parece tan interesante como hace unos minutos. Pero también sé que sería una tontería no ir, y más ahora que no tengo con quién escaparme.
Melanie: Tengo que irme a clase. ¡Hasta luego!
Idiota: Después pásate por tu taquilla. A lo mejor te llevas una sorpresa.¿Una sorpresa? Me paso toda la hora de clase dándole vueltas. Por un lado, el hecho de que sepa cuál es mi taquilla significa dos cosas: o que sigue el perfil de un acosador o que me conoce mucho más de lo que yo pensaba. Y no sé cuál de las dos cosas me inquieta más.
- El profesor te está hablando.- La fría voz de Lisa, que a pesar de todo se sigue sentando a mi lado, me saca de mis pensamientos. Levanto una mirada temerosa hacia el profesor Renninson, que desde que el otro día me negué a resolver los ejercicios de la pizarra no me deja pasar ni una.
- Como estaba diciendo, señorita.- dice el profesor, poniendo énfasis en la última palabra.- los resultados del último examen han sido muy malos. Como no aprobéis el examen final estaréis suspendidos.- mientras dice esto reparte los exámenes mesa por mesa, disfrutando del momento. Sé la nota que tengo desde mucho antes de que me la diga el profesor. Un suspenso.Paso el resto de la hora con un nudo en el estómago. No es que sea la más lista de la clase, pero contaba con aprobar todas las asignaturas. Si me queda una no podré trabajar en verano, y mis planes de ahorrar para el carnet de conducir se irán al traste. ¡Adiós, libertad! Y todo por unas malditas ecuaciones...
- Lisa, ¿qué es lo que pasa?- le pregunto, justo después de que suene la campana. No ha vuelto a dirigirme la palabra desde que me ha llamado la atención al principio de la clase.
- Melanie, en serio, déjame tranquila.- me paro en seco, y ella también lo hace. Parece que se arrepiente de lo que ha dicho y va a rectificar, pero luego sacude la cabeza- Solo necesito un poco de distancia, ¿vale? Cuando se me pase hablamos.Después se despide con un gesto y se va a su siguiente clase. Yo me quedo allí parada, sin saber muy bien qué hacer. Me quedo paralizada durante un minuto entero, haciendo cálculos de qué puedo haber hecho. Sin éxito. Está claro que las matemáticas no se me dan bien.
- ¡Melanie, espera!- Peter viene corriendo desde el final del pasillo.- ¿Vas a gimnasia?
- Sí.- asiento, todavía perdida en mis pensamientos.- Pero antes tengo que recoger una cosa de mi taquilla.
Peter se pone a caminar a mi lado, sin hacerme demasiadas preguntas. Sabe cuándo tiene que dejarme sola. Nos paramos enfrente de mi casillero y marco la combinación. En cuanto abro la pequeña portezuela de aluminio, un sobre se cae al suelo.- Mel, se te ha caído algo...- Peter habla, pero yo no le escucho. Me agacho y recojo el sobre, un pequeño rectángulo de color azul cobalto. Viene sin remitente, pero no necesito firma alguna para saber de quién se trata. Con manos temblorosas, lo abro y saco lo que hay en su interior.
- Peter...- le digo, emocionada.- Mira esto.
- ¿Qué es?- mi amigo inclina la cabeza por encima de mi hombro, intentando ver qué tengo en la mano.
- Del idiota.- es lo único que puedo decir. Aunque no sé si me atreveré a llamarlo así nunca más.
- No entiendo nada.- Coge el papel y lo estudia detenidamente.- Son...¿notas?
- Son acordes de guitarra.- repaso los dibujos con los dedos, intentando imaginar cómo sonarán.
- Vaya, parece que va en serio, ¿eh?Sí...
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Idiota busca a idiota [Saga Idiota #1]
Teen FictionDespués de que le rompan el corazón, Melanie decide tomar las riendas de la situación y buscar por sí misma a un chico que valga la pena. ¡Ya está cansada de los príncipes azules que luego se convierten en ranas! *** Cuando Melanie publicó el anunci...