Capítulo 98

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Y aquí estoy/ deseando estar entre tus brazos/

Ahora por fin te puedo comprender/ Pase lo que pase/ junto a ti estaré.

Cada vez que termino con la canción miro el teléfono, esperando un mensaje de Sam, pero solo consigo encontrarme con su buzón de voz. Por eso, en cuanto veo una llamada perdida suya siento que me da un vuelco al corazón. Al ver que no contestaba, me ha enviado un mensaje.

Idiota: Ya estoy en casa. Evan me llevará por la mañana para recoger el coche.

Melanie: Sam, ¡Lo siento tanto...! No debería haberos dejado solos.

Idiota: Al contrario, la culpa es mía. Tendría que haber hecho las cosas de otra manera.

Fijo la mirada en la pantalla del teléfono, sopesando la respuesta. Sí, tal vez tenga razón. Pero, entonces...¿cómo hubiera surgido todo? ¿Me hubiera enamorado de Harry? Sacudo la cabeza, intentando apartar ese pensamiento de mi cabeza. Quiero pensar que Sam es el único chico de mi vida, pero al igual que estaba enamorada de Robert...todo podría haber sido diferente, y solo de imaginármelo me entra el pánico. Tomo una decisión, y es dejar de perder el tiempo con problemas que no han sucedido y centrarme en lo importante: Sam.

Melanie: No pienses en eso ahora. Lo importante es curarte esa herida...¿Cómo tienes la nariz?

Idiota: Bien, gracias. No está rota.

Melanie: Tenemos que solucionar esto, Sam.

Idiota: ¿Has hablado con él?

Melanie: Todavía no. Está encerrado en su cuarto. Lo haré mañana.

Nos pasamos el resto de la noche buscando argumentos que podamos usar para convencer a Ben de que lo nuestro no es tan malo como él piensa, pero nada de eso sirve si sigue con a puerta cerrada con llave. Como no se nos ocurre nada, decidimos que improvisaremos sobre la marcha, dependiendo de como se muestre Ben en el desayuno. Pero cuando al día siguiente bajo a desayunar, Ben ya se ha marchado.


***


Al ver que Ben me ha abandonado, Evan aprovecha que tiene que llevar a Sam hasta su coche para llevarme a clase. Sam quería que fuera con él, pero hemos pensado que es mejor que por unos días no nos vean juntos. Al menos hasta que consigamos hablar con Ben...

- Pequeña, ¿estás bien?- me pregunta Evan cuando ve que no me bajo del coche.

- No me llames así.- me quejo, con una sonrisa torcida.

- Si te lo dice Sam no te molesta.- Evan me mira haciendo muecas como un niño pequeño, y yo suelto una pequeña carcajada. Me apoyo en su hombro, desinflada de golpe.

- Ben y yo siempre nos hemos peleado por todo, pero no me esperaba esto.- le contesto, prácticamente sin voz.- Que es mi hermano, joder.

- Precisamente por eso...siente que quiere protegerte, pero no sabe cómo hacerlo. Y esperaba que nosotros sí supiéramos...

- Sabéis protegerme.- le contesto.- Pero no como él quiere. Tendrá que entenderlo. Es mi hermano, pero no mi padre. Y aunque lo fuera...he crecido, y debo tomar mis propias decisiones.

No veo a mi hermano en toda la mañana, pero tanto Sam como Evan me avisan por mensaje de texto de que ha asistido a clase. Por lo que parece no les ha dirigido la palabra a uno ni a otro, que de momento es mejor a que hubiera aparecido con un hacha para matarlos a los dos. Supongo que solo necesita tiempo.

Todavía dudo si contárselo o no a las chicas cuando a la hora de comer Sally me pregunta por enésima vez si estoy en la luna.

- Como sigas tan distraída, te vas a quedar sin patatas fritas.- Contesta Lisa, a la vez que me agarra un puñado y se las lleva a la boca. En otras circunstancias le hubiera hecho un placaje digno de un jugador de fútbol profesional, pero hoy no me importa quedarme sin unas cuantas patatas. Lisa me mira, preocupada. Desde que me mandó aquél mensaje diciéndome que muchas cosas iban a cambiar, ya no parece la misma. Y, aunque eso le ha ayudado a volver a convivir con Sally, no puedo evitar preguntarme si esto es realmente bueno para ella. Lo peor que pueden quitarle a uno es su libertad.

- Estoy llamando al médico.- Dice Peter, quitándome otro puñado de patatas con una mano y marcando un número de teléfono en un móvil invisible con la otra. Yo pongo los ojos en blanco y finjo que lo voy a morder la mano. Sebastian, Damien y las gemelas rompen a reír, pero aún así puedo ver la preocupación en sus rostros. Cuando los demás se van a buscar el postre y solo quedamos nosotras dos, Lisa se inclina hacia mí y me habla en voz baja.

- ¿Tiene esto que ver con la desaparición de Ben y sus dos inseparables? Últimamente venían a comer con nosotros.- No me atrevo a responder, pero parece ser que la expresión de mi rostro lo dice todo porque Lisa abre mucho los ojos y alza la voz, boquiabierta.- ¡No me digas que Ben se ha enterado de todo!

- ¡Shhhhhhhh!- le digo, haciéndola callar.- Baja la voz. Sí, anoche íbamos a contárselo pero quedamos un rato antes y...y nada, que nos pilló.- le resumo.

- ¿QUÉ BEN SE HA ENTERADO?- Exclama Sally, que al parecer ha oído toda nuestra conversación. Aprovecha que Peter no está para quitarle su silla y sentarse a mi lado.- ¿Cómo dejasteis que sucediera eso?

- Pues...- me sonrojo, dudando de si es buena idea contarles los detalles.- Solo íbamos a charlas, pero me regaló una especie de diario en el que anota sus letras...

- Oh.- exclama Lisa, sorprendida, a la par que Sally se golpea en la frente. Sé exactamente lo que están pensando las dos, y aunque las mataría por llamarme la cabeza de mariposas por un lado y preocupaciones por el otro, sé que tienen las dos razón. La hemos liado.

- Vamos, que se ha enterado de todo de la mejor manera posible.- dice Sally con ironía.

- Bueno, podría haber llegado diez minutos más tarde...eso sí hubiera sido peor.

Antes de ponerme más roja de lo que estoy, decido pasar a la peor parte.

- Ben se puso hecho una fiera, bastante peor de lo que me imaginaba.- le cuento a mis amigas, decidida a no omitir detalle.- ¡Incluso pegó a Sam! Le dio tan fuerte que se cayó de espaldas.

Conforme voy contándoselo a las chicas, Lisa se va poniendo más y más seria, hasta el momento que temo lo que esté por su cabeza. Cuando acabo mi relato lo hago prácticamente en susurros, ya que los demás ya han regresado de la cola para recoger el postre.

- Melanie, Ben no puede ser así.- responde en voz alta, y todos se la quedan mirando.- Sé que lo que me has contado es cierto, pero necesito creer que hay algo más. Y voy a hacer lo posible por demostrarlo.

Dicho esto, Lisa se levanta de golpe y sale a toda velocidad de la cafetería. Me levanto para ir tras ella, pero Sally me agarra de un brazo y me dice que la deje hacer, que es una chica responsable y que si va a hacer algo será afrontando las consecuencias. Temo que meta la pata...lleva muchísimo tiempo enamorada de mi hermano, y si algo he comprendido en estos últimos días es que el amor nos vuelve impulsivos y a veces un poco tontos. En cierto modo me siento culpable...he hecho con ella lo mismo que hizo Ben con Sam: alejarla de la persona que le gustaba, argumentando que Ben es un idiota y puede hacerle daño. Pero Sally tiene razón: Lisa es responsable de sí misma, no yo. He tardado en comprenderlo, pero lo he entendido porque me ha pasado lo mismo con Ben. Ahora solo falta ver qué tenemos que hacer para que él lo entienda también. 

Idiota busca a idiota [Saga Idiota #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora