-...Y después de multiplicar las patas del unicornio por las alas del dragón, los dividendos...- Sam sigue hablando, pero yo no le presto atención. No puedo parar de dar golpecitos a la mesa con el lápiz, intentando memorizar el ritmo de la canción del idiota. Hay algo que me dice que detrás de esos acordes está la respuesta. Termina la canción, y encontrarás al idiota. Sí, lo sé: estoy como un cencerro.- ¡MELANIE! ¿Me estás prestando atención?
Pego un salto, sobresaltada, y el lápiz sale volando. Hago un intento de cogerlo en el aire, pero solo consigo caerme hacia adelante y acabar con la cara sobre la mesa. Sam no puede evitar soltar una risita de la que yo no me puedo vengar. Me froto la cara, molesta.
- ¡Eh! Sí... Los dividendos...
- Si realmente me hubieras prestado atención, me hubieras pegado por hablarte de unicornios y dragones.- Sam suelta un suspiro y se frota la sien. Demasiada paciencia tiene conmigo.
- Perdónperdónperdón.- le digo, apoyando la frente sobre la mesa y fingiendo que me quiero golpear con ella.- tengo mil cosas en la cabeza y no sé cómo colocarlas para que no se me salgan por las orejas.
- Creo que es hora de tomarnos un descanso.- Sam estira los brazos y ladea la cabeza, como si viniéramos de un maratón de atletismo. Yo sonrío y me acomodo en la silla.- Cuéntame, pequeño torbellino. ¿Qué te pasa?
Dudo antes de responder. Sam me mira con una expresión franca en la mirada, una expresión que me invita a ser sincero con él. No me había parado a pensar en ello, pero esta es la primera vez que estamos completamente solos desde aquél día en que subió a mi habitación para escapar de Lisa. Durante un segundo me detengo a fijarme en su rostro, en su pelo desgarbado. Recuerdo cómo me ayudó cuando me peleé con Lisa, cómo supo cuándo tenía que apoyarme y cuándo hacer como si no pasara nada.
- ¿Me prometes que no se lo contarás a Ben? Mira que me mata a mí, pero luego te entierra conmigo.
- Mis labios están sellados.- me dice, guiñándome un ojo. Cierra el libro de matemáticas y lo deja a un lado. Después cruza las manos sobre la mesa y se inclina sobre mí, en actitud confidente.- Cuéntame.
- Me da un poco de vergüenza.- le digo, soltando una risa nerviosa- tengo un...ehe...amigo, que es muy bueno con la guitarra pero muy perezoso con las letras. Y yo no sé cómo se me da componer, pero lo que es tocar...no acabo de pillarle el ritmo.
- ¿Y...?- Sam hace un gesto con la mano, invitándome a seguir. Conforme lo voy diciendo en voz alta, me siento más y más pequeña.
- Es del idiota- Sam abre los ojos, sorprendido.- Me has dicho que no se lo contarías a Ben, no lo olvides .
- Sí, tranquila. Pero...¿cómo es eso? Sabía que el chico te hablaba pero no que le respondieras.
- Al principio no lo hacía.- sonrío.- Pero poco a poco se ganó mi confianza...en fin.- sacudo la cabeza. No quiero que Sam saque sus propias conclusiones antes de que saque yo las mías.- Que quiero acabarla, pero no puedo. No me sale igual.
- ¿Por qué no la tocas delante de mí? Ya que no consigo despertar por ti una pasión desenfrenada por la geometría, al menos puedo intentar ayudarte.- yo niego con la cabeza, pero saco el móvil y le enseño el audio que me mandó el idiota. Mientras Sam la escucha yo voy susurrando la letra, intentando encajarla con la melodía. Sam deja el teléfono a un lado y me mira con un gesto de sorpresa en su rostro.- No sabía que cantabas.
- ¿Yo? ¡NO LO HAGO!- le digo, callándome de golpe.- O sea sí...pero solo para...ya sabes...es más fácil saber las notas si van con una letra.
Noto cómo mis mejillas se encienden, por lo que inclino la cabeza hacia delante para taparme la cara con pelo. Sam extiende una mano y me retira un mechón de cabello que coloca detrás de mi oreja.
- Me parece muy bonito lo que estás haciendo, Melanie. No te avergüences de ello. Seguro que le encantará.
Sam retira la mano, y yo me quedo mirándole, pensativa.
- Todo esto es una locura.- digo, en un susurro. Él me pone una mano en el hombro y hace ademán de decir algo, pero entonces suena el timbre y se queda callado. Me inclino para ver mejor, y veo a Sally y a Harry inclinados sobre la ventana. Sally mueve los brazos por encima de su cabeza mientras grita mi nombre, y Harry saluda con una mano.
- ¡Lo que faltaba!- se lamenta Sam. Veo cómo recoge sus libros, y yo le agarro por la muñeca.
- Si quieres los echo. Tú estás primero.
Sam se queda mirándome, pensativo, pero no dice nada. Supongo que debe tener ganas de ver a Ben un rato, así que no insisto. Me levanto y voy a abrir a aquellos dos, un poco contrariada por la visita inesperada. Antes de girar la manivela del picaporte, respiro profundamente. Es la primera vez que vienen los dos juntos, así que no sé muy bién cómo va a ir la cosa. Por lo general no estoy incómoda con Harry, pero si está Sally siento que nos está observando continuamente...y todavía no estoy muy segura de qué piensa respecto a nosotros.
Sacudo la cabeza, alejando todos esos pensamientos absurdos, y abro la puerta. Y que pase lo que tenga que pasar.
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¡Buenas! Sorry si es corto, tengo que estudiar. Y tampoco sé si voy a poder subir mañana...tengo que estudiar para dos exámenes que tengo el jueves y en los que me va la vida! Pero el jueves sin falta, nuevo capítulo.
PD: Por favor, no digáis en instagram quién es el idiota, ni lo mencionéis en capítulos anteriores al 42. Me gustaría mantener la intriga todo el tiempo que pueda. ¡Un saludo!
PD2: Este es Sam Way, el que le da vida a nuestro Sam -->
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Idiota busca a idiota [Saga Idiota #1]
Novela JuvenilDespués de que le rompan el corazón, Melanie decide tomar las riendas de la situación y buscar por sí misma a un chico que valga la pena. ¡Ya está cansada de los príncipes azules que luego se convierten en ranas! *** Cuando Melanie publicó el anunci...