Después de todo lo que pasó ayer y de terminar el trabajo de biología me costó un mundo dormirme. Dentro de mí había una infinidad de sentimientos contradictorios. Por un lado, todo lo derivado de lo ocurrido en la cafetería: el desencuentro con Harry, el silencio de Sam, la formalización de nuestra relación...y luego mi casi confesión a Ben. Todo ello había hecho que, una vez pasada la emoción por lo primero, los nervios me dejaran en vela hasta altas horas de la madrugada.
Por eso, cuando alguien descorre las persianas de mi habitación y me da de lleno en la cara toda la luz del exterior, no puedo evitar sentirme como si alguien estuviera confabulando contra mí.
- ¡Ben, por dios! ¿De qué vas? ¡Sabes que han cancelado las clases de atletismo de esta semana!
- ¿Qué Ben ni qué narices? ¡Despierta, tenemos que hablar!
Cuando reconozco la voz de Sally abro los ojos de golpe, pero en seguida tengo que volver a cerrarlos para no quedarme ciega con la luz del sol.- ¿Cómo has logrado entrar?
- Ben está empezando a darse cuenta de que siempre consigo lo que quiero- me dice, por toda respuesta, mientras coge un par de prendas de ropa de mi armario.- Venga, dúchate. Tenemos que hablar.Después de repetirme eso por segunda vez decido hacerle caso. Cojo la ropa que me ofrece sin mirarla tan siquiera y voy a darme una ducha rápida. Cuando le pregunto si ha desayunado niega con la cabeza y se ofrece a invitarme a tomar algo.
- Hombre, pues no te lo voy a negar.- le digo, mientras nos dirigimos a una cafetería que hay cerca de mi casa.- Después de todo me has despertado el único día de la semana que no tenía que madrugar.
- Haberme llamado anoche cuando te lo pedí- me responde Sally, con el mismo tono de burla-reproche que he utilizado hace un momento.Una vez en la cafetería, nos sentamos en la barra y pedimos las dos lo mismo: un café con leche y un donut relleno de chocolate. El camarero, un chico que no debe superar los veinte años, nos atiende con rapidez pero con el cansancio pintado en la cara. Me dan ganas de ponerle una mano en el hombro y decirle “Amigo, sé cómo te sientes”. En cuanto tengo el desayuno ante mí y ya empiezo a hilar dos ideas seguidas, recuerdo el motivo por el que estamos aquí.
- Siento no haberte llamado anoche.- me disculpo- ¡Me pasaron tantas cosas…!
- Creo que me imagino algunas de ellas.- como siempre, Sally va directamente al grano, sin rodeos. Es entonces cuando caigo en la cuenta de que Harry es su primo, y que seguro que sabe lo que ha pasado. O bueno...al menos su versión.
- ¿Qué te ha contado Harry?
- Absolutamente nada.- por un momento, Sally deja el donut a un lado y se queda con los ojos clavados en la taza de café, pensativa.- Antes de marcharse dijo que había quedado con una chica, pero volvió en seguida. Le pregunté qué había pasado y no me respondió, pero cuando le pregunté si tenía que ver contigo se le borró la sonrisa de la cara.
- ¿Y qué te contestó?
- Nada. Que estaba cansado, y se fue a su cuarto. No volvió a salir en toda la noche, y esta mañana cuando me he levantado aún estaba en la cama.- después de decir esto, Sally deja a un lado su desayuno y se inclina hacia adelante, acercándose más a mí.- Melanie, sabes que aunque él sea mi primo siempre he defendido lo tuyo con Sam. Pero tienes que hablar con él. Está mal, mal de verdad.Me quedo pensando en lo que me ha dicho mi amiga mientras me termino lo que tengo delante. En cierto modo sigo enfadada con él por los malos ratos que me ha hecho pasar últimamente, pero en parte entiendo que si lo que siente por mí es tan fuerte como él dice debe estar pasándolo realmente mal. Además, Sally lo conoce mil veces mejor que yo, y si está preocupada...después de desayunar decidimos dar un paseo por el puerto, y mientras nos dirigimos a la parada del autobús le cuento todo lo que ha pasado. A pesar de la preocupación que siente por su primo, Sally no puede evitar emocionarse cuando le cuento lo que pasó después de que él se fuera.
- Algo debió pasar entre esos dos.- le digo, preocupada, cuando llegamos a nuestra parada.- Sam estaba demasiado callado.
- Quién sabe. Quiero mucho a mi primo, pero sabe muy bien cómo liarla cuando le conviene.
- Doy fe...- cuando levanto la mirada y veo dónde nos encontramos, no puedo evitar acordarme de la noche que vi anochecer con Sam, tumbados sobre la arena.- Sam no se merece esto. Es tan bueno...
- Y tú le quieres...- me responde ella, con una leve sonrisa.- Y a Harry también, pero no como él querría. Sé que esto es difícil, pero necesito pedírtelo. ¿Puedes hablar con él?Durante un rato seguimos caminando, en silencio, por el puerto. Miro el horizonte, el cielo limpio y despojado de nubes, y no puedo evitar recordar. Sam siempre ha estado ahí, pero yo no lo sabía. Sin embargo, ahí estaba Harry. Apoyándome, queriéndome, teniéndome más paciencia de la que me hubiera tenido cualquier otra persona en su lugar. Y en cuanto supe lo que quería, le dejé de lado. Intenté tener tacto, pero no tuve todo el que requería la situación. Claro que es culpable, pero no puedo dejarle de lado. Él no lo hizo.
- Hablaré con él.- respondo finalmente.- Pero, por favor, estate cerca cuando lo haga. Ya no sé cómo va a reaccionar.
- ¡Gracias, Mel!- Sally me da un abrazo tan fuerte que casi me caigo para atrás. Hace meses que nos conocemos y hemos vivido muchas cosas en muy poco tiempo, pero creo que esta es la primera vez que hace algo así. Le devuelvo el abrazo, emocionada.- Te prometo que estaré cerca por si pasa algo.
***- ¿Se puede?- pregunto, después de tocar varias veces la puerta del cuarto de Harry. No recibo respuesta, pero oigo unos pasos que se dirigen hacia mí. Al cabo de unos segundos me abre un Harry en pijama y con el pelo alborotado con aspecto de haber dormido peor que yo. Si no fuera por la situación, le soltaría algún comentario gracioso. Pero claro, no creo que esté para bromas.
- Buenos días.- le digo, dubitativa.- Sé que esto es un poco raro pero...
- Pasa.- me interrumpe.- Justo iba a ir ahora a tu casa...supongo que Sally tiene un poco de bruja.
Quiero reírme ante su comentario, pero sigo sin saber muy bien cómo afrontar la situación. Harry se recoge el pelo como puede y se sienta en la cama, todavía adormilado. Yo cojo una silla y me siento frente a él. Se me hace tan raro todo esto...miro a mi alrededor: la habitación de Harry es grande, pero está prácticamente vacía. A parte de la cama tiene apenas un armario ropero, una estantería llena de libros y un escritorio a rebosar de papeles. Las paredes están prácticamente desnudas, a excepción de un par de pósters de cantantes que no conozco. Encima de la cama cuelga una guitarra eléctrica, seguramente la misma con la que intentó colarme que él era el idiota.- Melanie.- empieza él, rompiendo el silencio.- He estado pensando en lo de ayer toda la noche. Lo siento tanto...soy un imbécil.
- Sally me ha contado que ibas a tomar algo con una chica.- Harry asiente, y una expresión culpable aparece en su mirada. Yo intento sonreír, aunque solo consiga que todo sea más raro.- Siento haberte estropeado la cita. Ambos deberíamos poder seguir adelante sin interferir en el otro.
- No debería haberlo hecho. Hay sentimientos que no se pueden forzar.- al decir eso se detiene de golpe, como analizando sus propias palabras. Yo me quedo contemplándole, expectante.- Me gustabas mucho, Mel, y aún me gustas. Pero...sé que he perdido ante Sam y lo de ayer...solo fue una chiquillada.En ese momento Harry se lleva las manos a la cabeza y se estira del pelo, frustrado. Yo quisiera acercarme a él, abrazarle, pero sé que de momento debo mantener las distancias. En lugar de eso acerco la silla unos centímetros para acortar las distancias y le llamo la atención para que me mire a los ojos.
- Lo de ayer fue una chiquillada.- repito, muy flojito.- Pero te perdono, ¿de acuerdo? Sé que lo que te voy a pedir puede ser muy difícil para los dos, pero quiero que sigamos siendo amigos.- cuando digo esto, Harry levanta la mirada, sorprendido.- Amigos de verdad, de los que pueden hablar de sus problemas sin tener que ir sorteando temas comprometidos. Amigos que pueden consolarse cuando están mal sin que tengan que temer estar dando una idea equivocada. ¿Crees que podríamos conseguir algo así?Harry clava sus ojos en los míos, y durante unos segundos nos quedamos los dos así, con la mirada fija el uno en el otro. No sé cómo va a tomarse esto Sam, pero siento que es necesario. No tengo dudas acerca de mis sentimientos, pero sí sé que no quiero perder a Harry del todo. Sobre todo si su único pecado es ser humano.
- Creo que puedo hacerlo.- me contesta al fin.- Pero no ahora. Prometo dejar de acosarte, y dejar las escenas infantiles. Pero necesito tiempo para superar todo esto, Melanie. Y no podré conseguirlo si estás cerca de mí y me recuerdas a todo momento lo que no puede pasar entre nosotros.
- Está bien, lo entiendo.- le digo, con una sonrisa triste. Después de eso me levanto y pongo la silla en su sitio.- Me voy al instituto. Tengo que acabar un trabajo con Lisa.
- ¿Estamos bien?- me pregunta Harry. No sé cuándo se ha levantado, pero cuando me doy la vuelta lo tengo delante de mí. Al tenerlo tan cerca me doy cuenta de que tiene razón. No es tan fácil normalizar las cosas después de todo lo que nos ha pasado. Cuando por fin retiro la vista de su mirada azul doy un paso para atrás y agarro el picaporte, dispuesta a marcharme. No le contesto hasta que estoy fuera de la habitación.
- Claro que sí, Harry. Siempre seremos amigos.O al menos, pienso, siempre podemos llegar a serlo.
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Hola! ¿Y si os digo que estoy pensando en una segunda parte?
Un saludo :D
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Idiota busca a idiota [Saga Idiota #1]
Teen FictionDespués de que le rompan el corazón, Melanie decide tomar las riendas de la situación y buscar por sí misma a un chico que valga la pena. ¡Ya está cansada de los príncipes azules que luego se convierten en ranas! *** Cuando Melanie publicó el anunci...