Capítulo 69

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Y, como siempre, al lunes no le importa cómo estoy. Cuando mi hermano me deja en la puerta del instituto me quedo unos instantes observando el lugar, sintiéndome como esa enana asustada a la que le intimidaba tanto empezar una nueva etapa. Pero esa niña ya no existe, y esta versión de Melanie no puede huir de sus problemas como cuando era una niña. Suelto un sonoro suspiro y entro en el instituto.

Se me hace todo muy raro, como si ahora que sé la verdad tuviera los ojos de otra persona. Me quedo mirando el interior de mi taquilla, recordando cómo me sentí cuando el idiota...cuando Sam dejó dentro de ella los acordes de nuestra canción. Me he pasado todo el fin de semana encerrada en mi cuarto, intentando procesar lo que ha ocurrido. He tenido tiempo de pensar, de recordar cada pequeño detalle de mis momentos con Sam...y de darme cuenta de las palabras de Sally cuando le dije que me había desahogado con Sam después de la fiesta...me dijo que escuchara mis propias palabras, como si dentro de ellas estuviera la respuesta a todas mis preguntas. Y sí, ahí estaba: Sam.

- Melanie- cierro la taquilla de golpe, asustada por su aparición de la nada. Estaba tan enfrascada en el interior de mi taquilla que no había visto cómo se acercaba Sam.- Yo…
No termina la frase, dejando esa última palabra suspendida en el aire. Yo me quedo mirándole unos segundos, recordando momentos que hemos compartido en nuestros encuentros a oscuras que hacen que se me salten los colores.
- Todavía no puedo.- le respondo, aunque en realidad me lo estoy diciendo a mí misma. Doy media vuelta y literalmente huyo de él, refugiándome en el aula. Me siento al lado de Sally, que me mira con ojos inquisitivos. Yo me dejo caer sobre el escritorio, dando a entender que no es un buen momento para interrogatorios.
Pero sé que tampoco puedo ser muy injusta con Sam. He estado pensando en lo que me dijo Evan, y no puedo acusarle de haberse reído de mí...Pero…¡dios mío! Él me estaba ofreciendo una imagen diferente: me escuchaba, me daba consejos, me ayudaba a estudiar...jamás pensé que podría estar buscando algo, y menos conmigo.
- ¿Habéis hablado ya? - me pregunta Sally.
- No.- le respondo, sin levantar la cabeza del pupitre.- Él se ha acercado, pero yo he salido corriendo. Es mejor así. Total...él está igual de confuso que yo.
- ¿Cómo lo sabes, si no le has dejado hablar?- por toda respuesta, le enseño el teléfono móvil. Sam ha puesto de foto de perfil una foto de las que hizo Ámbar en la fiesta, justo en el momento en que Sam me sacó a bailar. Cuando supe de la existencia de esa foto casi me muero.
- ¿Qué se supone que tengo que ver?- me pregunta mi amiga.
- Espera...ahora.- Sam empieza a escribir algo, pero enseguida lo borra. Ocurre lo mismo un par de veces, hasta que Sally entiende lo que está sucediendo.
- Pero ha puesto una foto vuestra.- dice ella, sin poder evitar sonreír. Yo entrecierro los ojos, planteándome cómo matarla sin que nadie me relacione con el crimen.
- Porque este no es su número original.- le contesto, poniendo los ojos en blanco.- Lo que da todavía más mal rollo.

Nos pasamos el resto de la clase fingiendo que estudiamos con bastante éxito, hasta que al fin suena el timbre y salimos todos de clase con aire apresurado. Al salir nos encontramos “casualmente” con Sam, pero bajo la mirada y paso de largo por delante de él.
- ¡Ya he tenido bastante! - dice Sally repentinamente seria. Quiero preguntarle a qué se refiere, pero antes de darme cuenta me ha agarrado por la muñeca y me ha arrastrado hasta el laboratorio de química.
- ¿Qué hacemos aquí?- le pregunto a mi amiga, que tira sus cosas sobre una mesa y me obliga a sentarme en el suelo con ella.
- Melanie, estás siendo idiota. No, no me mires así. Lo eres.
- ¿En serio, Sally? Hace años que conozco a Sam, y meses que el idiota apareció en mi vida. ¿No te parece que podría haberse acercado a mí de otra manera?
- ¿Acaso tú hubieras dejado que lo hiciera? No sé qué es lo que tú crees que sientes por Sam, pero no es ni de lejos lo que sientes de verdad. Yo lo he visto, Mel. Mira esta foto. ¿No ves con qué expresión le estás mirando?
- Estaba preguntándome si hablaba en serio con lo de sacarme a bailar.- le respondo, sonriendo.- Nunca había estado tan cómoda con un chico como en aquél momento…

En ese momento me giro hacia Sally, que me mira con una sonrisa pícara. Yo me ruborizo al instante, agradeciendo la oscuridad en la que nos encontramos.
- Necesito procesar todo esto, Sally. Siento que me han cambiado al Sam que conocía por otro, y tengo miedo de que este no me guste tanto.
- Lo entiendo.- me contesta, poniéndome una mano en el hombro.- Pero todo esto tienes que decírselo a él, no a mí.
Por toda respuesta miro el teléfono, observando cómo escribe y borra cada pocos segundos. Hasta donde yo sé, solo hay tres personas que sepan lo de Sam: Evan, Sally, y yo. No he querido hablar de ello con nadie más, ni siquiera con Lisa. Pero está claro que necesito hablar con Sam, cara a cara.
- Después de la escenita de Harry- dice Sally, rompiendo el silencio.- le metí en un taxi y volví a la fiesta. Pero justo antes de entrar en el gimnasio vi a Evan dirigirse al sótano y le seguí…

Sally hace una pausa, esperando mi reacción. Pero yo solo puedo contener la respiración, expectante,
- ¿Él apagó las luces?
- Sí, y estoy segura de que no es la  primera vez. En cuanto le vi, supe que mis sospechas eran ciertas. Me escondí debajo de la escalera, y esperé hasta que saliera. Pero entonces oyó un ruido raro y se marchó, pensando seguramente que algún profesor había bajado a arreglar el tema de la luz.
- ¿Entonces?
- Entonces entré, y encendí todas las luces.
- ¿QUÉ?
- Lo que oyes.- repite Sally.- Lo hice porque no sabía lo que estaríais haciendo, pero sí que alguno de los dos acabaría por escaparse. Necesitabais ese empujón.
- Más bien un salto al vacío.- le contesto, irónica.- Pero de los grandes.
- ¿Estás enfada?
- Claro que no, al contrario. Si llega a pasar un día más sin saber quien era, me daba algo.
- Entonces tendrás que perdonarme esto.- me dice, mientras me devuelve mi teléfono. Yo lo cojo, horrorizada, al ver que ha escrito un mensaje a Sam. Un mensaje que ya tiene respuesta.

Melanie: hablemos esta tarde.
Idiota: pasaré a buscarte a las siete.

Me quedo mirando esas dos líneas, tan simples pero tan letales. Me gustaría responderle, decirle que no se atreva a venir a buscarme con mi hermano en casa. Pero no soy capaz.
- Vas a matarme, ¿verdad?
- No, pero déjame sola.
- Estás enfadada.
- ¡Claro que lo estoy! No tienes derecho a decidir por mí.- le contesto, molesta. Me levanto y recojo mis cosas, intentando evitar una escena, Ella se levanta de un salto y se pone a mi altura, muy seria.
- Sé que tienes razón, y entiendo que estés molesta. Pero antes de irte quiero que escuches lo que tengo que decirte.- para unos segundos, pero al ver que no digo nada continua- Vi la cara que ponías cuando pensaste que Harry era el idiota, ¿vale? Estabas decepcionada. ¿Y sabes por qué?- yo niego con la cabeza- Porque en cierto modo esperabas que el idiota fuera una persona desconocida, alguien con quien empezar desde cero. Pero cuando viste que era Sam, te diste cuenta de que es alguien que te importa de verdad. Porque he visto cómo te mira, pero también cómo le miras tú. Sé que lo de Robert no fue bien, pero tienes que ser valiente, ¿vale? No te digo que te lances a sus brazos, pero al menos escucha lo que tiene que decirte.

Después de eso, ninguna de las dos dice nada más. Cuando salimos de la clase, tomo una decisión. Antes de cambiar de idea decido responder a su último mensaje.
Melanie: Las siete es muy tarde…¿tienes un momento ahora?
Idiota: Te estaré esperando en el patio trasero.

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Sorry por tardar, internet no me va. De hecho, si no contesto los mensajes es por eso. Pero mañana estaré en un sitio con mejor cobertura, disponible para todos jajaja.
Saluditos.

Idiota busca a idiota [Saga Idiota #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora