Capítulo 24

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He intentado sonsacarle a Sam quién es el chico que me espera abajo, pero solo ha sabido decirme que no es ninguno de los que conoce. Mientras bajo las escaleras, una estúpida esperanza me sacude el pecho. ¿Quién puede ser? Barajo todo tipo de posibilidades, pero en cuanto llego al recibidor y le veo me quedo paralizada por la sorpresa.

- ¿Harry? ¿Qué haces aquí?
Durante un segundo que a mí me parece un siglo, los dos nos evaluamos el uno al otro.  Aunque no hemos hablado en todo el curso, es difícil no haberse fijado en él. Es el único chico del instituto que rompe absolutamente todos los esquemas: es alto y delgado, pero de complexión atlética. De las mangas de la camiseta le sobresalen varios tatuajes que le recorren los brazos, haciendo que llame la atención entre los demás compañeros. En nuestro instituto, el prototipo de chico popular suele venir acompañado de la chaqueta azul del equipo de atletismo, pero Harry es un caso aparte. Y está aquí, en el recibidor de mi casa...

- Hola, Melanie.- me saluda con un gesto de cabeza, al que yo respondo con una mirada interrogativa. Nunca se me han dado bien las situaciones inesperadas, y menos si vienen una detrás de otra.- Me manda mi prima. Me ha dicho que habíais quedado esta tarde pero se ha puesto enferma y cómo no tiene tu número...aquí estoy.- concluye, abriendo los brazos.

- ¿Sally es tu prima?- le interrumpo, intentando atar cabos. Harry asiente con energía, y sus rizos castaños se sacuden en el aire.
- Sip. Sus padres están de viaje por temas de trabajo y no vuelven hasta el año que viene. Sally no quería irse con ellos, así que va a vivir con nosotros hasta que vuelvan. Vivimos a dos manzanas de aquí, así que no dudes en venir a vernos cuando quieras.

A vernos. Lo dice con cierto énfasis. Entonces me doy cuenta de que tiene los ojos azules, como los de Sebastian. Sin esos puntitos azules que me gustan tanto, pero sí de un azul claro de los que quitan el aliento.
- Qué raro que no me lo dijera.- le respondo, preguntándome si realmente ha llegado a contarme algo sobre sí misma. Solo hemos hablado un poco en la comida, y luego hemos quedado para ponerle al día de las clases.
- Es un poco tímida- por la forma en que me sonríe, puedo ver que él no lo es en absoluto. Sonrío automáticamente, casi sin darme cuenta.- En fin, me marcho a casa. Entiendo que esto pueda ser un poco violento. ¡Nos vemos en clase!
- De acuerdo.- él asiente y se marcha, pero justo cuando se da la vuelta le llamo para que se gire.- ¡Espera! ¿Me puedes pasar el número de Sally?
- Claro- sonríe de nuevo, y yo le doy mi teléfono para que guarde su número.- Te voy a apuntar también el mío, por si no contesta. Es bastante despistada.
- De acuerdo, gracias.- después me devuelve el teléfono, se despide con la mano y se va por donde ha venido.

He estado a punto de invitarle a la fiesta de Lisa, pero no he querido hacerlo todavía más extraño. Ha sido bastante amable, y se ha tomado la molestia de venir hasta aquí...pero bueno, ya es tarde. Me quedo mirando su número, anonadada.

Decido mandarle un mensaje a Sally para que tenga también mi número. En cuanto la agrego me aparece su foto de perfil y compruebo que la historia de Harry es real.

Melanie: No sabía que eras la prima de Harry.
Sally: Pensé que lo sabrías. Como todas babeáis por él...
Melanie: Jajaja qué va. Al menos no yo.
Sally: ¡Mejor! No hay nada peor que ser “la prima del guay”.
Melanie: Bueno, puedes ser “la mejor amiga de la guay”.

- ¿Cómo ha ido? ¿Tengo que soltar a los perros?- Sam asoma la cabeza por la puerta, llevando consigo un plátano que seguramente ha robado de mi cocina. No puedo evitar soltar una sonora carcajada.
- Mejor no, Sam. Estoy convencida de que si los sueltas van a ir diréctamente a por ti. ¿Es que no tienes casa?

Sam se ríe, ignorando mi provocación. ¡Maldición! ¿Cuándo han dejado de tenerme miedo?
- Eso díselo a tu hermano. Creo que está secretamente enamorado de mí.
- Se lo preguntaré- le contesto, antes de volver a mi cuarto.- Si ves a mi padre por ahí, recuérdale que tiene que echar a dos intrusos. Uno es rubio y el otro moreno, tienen entre dieciocho y veinte años y no se separan de mi hermano.
- Lo haré.- contesta Sam, pero yo ya me he marchado.

Idiota busca a idiota [Saga Idiota #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora