Capítulo 19

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- Soy toda oídos.
Ben coge una silla y se sienta delante de mí con el rostro serio, y yo pongo los ojos en blanco. Odio cuando se pone en plan sobreprotector.
- ¿Quién es ese chico que te manda mensajes?
- ¿Hola? ¿Eres mi padre?- me levanto del sofá, enfadada. ¿EN SERIO?
- No, pero puedo contárselo. Seguro que le parecerá genial que un tío anónimo te hable día y noche.
- Ben, mírame.- le digo, cogiéndole por los hombros.- Como le cuentes algo de eso a papá o a mamá, todos y cada uno de los secretos que te guardo saldrán a la luz, ¿me entiendes?

Ben se me queda mirando sin decir nada. Sé que es un golpe bajo, pero con él es la única manera de bajarle los humos cuando se pone tonto. Sin embargo, no parece enfadado. Más bien preocupado.
- ¿Por qué lo defiendes? Es un desconocido.
- No lo sé.- le suelto los hombros y vuelvo a mi sitio.- Estoy segura de que no es peligroso, ¿vale? Haz el favor de confiar en mí por una vez.
- Ponte en mi lugar- me contesta, dolido.- ¿Qué harías tú?
- Darte la opción de elegir.

Nos miramos durante unos instantes más, tensos. Sabe que no tiene ninguna autoridad sobre mí, pero reconocerlo es otra historia. Después de lo que parece una eternidad, toma la palabra de nuevo.
- Si un día te dice algo o te hace algo raro, quiero que me lo digas. ¿Entendido?
- Entendido.

Ben me deja y yo suelto un suspiro. Como no quiero pasarme toda la tarde mirando el teléfono obsesivamente, me voy al comedor y reparto por la mesa tooodos los apuntes de matemáticas. A ver si es verdad eso de que la letra con sangre entra. Después de pasarme más de dos horas intentando sin éxito resolver uno de los ejercicios más difíciles, pongo la cabeza contra la mesa y suelto un grito de rabia.
- ¡Ey, ey, ey! Tranquila.- levanto la cabeza y ahí están los dos amigos de mi hermano. Sam se sienta a mi derecha y Evan a mi izquierda.- No te vuelvas más loca.
- Casi os prefería cuando me teníais miedo.- les respondo, enfadada. Ambos sueltan una risita y se ponen a cotillear lo que estoy estudiando.
- Matemáticas, ¿eh? Renninson es un profesor horrible.- Sam coge uno de mis cuadernos y se pone a hojearlos. Entonces recuerdo que metí los acordes ahí dentro, así que se lo quito para que no los vea.
- Sí que lo es...y encima yo odio las matemáticas.
- Pues has tenido suerte.- Evan me guiña un ojo.- Estás delante de dos de los cinco alumnos que consiguieron aprobar a la primera hace dos años.

Me quedo mirándoles sin saber qué decir. Es un poco raro, pero ¿qué tengo que perder? Ahora que ya no me tienen miedo, ya es hora de que se lo pierda yo...
- ¿Alguno de los dos sabe cómo hacer este ejercicio?

Los dos se inclinan ante la hoja, con gesto serio. Por un momento pienso que se van a rendir, pero al cabo de unos instantes Sam coge mi cuaderno de nuevo y empieza a resolverlo para que vea cómo se hace. Está a punto de conseguir que me entere de algo cuando el pitido de mi teléfono hace que pegue un saltito.

Lisa: Sal, por favor. Te espero fuera.

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¡Guau, ya hemos llegado a las mil visitas! Muchísimas gracias a todos por leer :)

Hoy he subido capítulo un poco más tarde, sorry. He empezado las clases y he dejado de tener vida otra vez jajaja. 

¡Nos leemos pronto! :)

Idiota busca a idiota [Saga Idiota #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora