Capítulo 3

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- ¿En serio? La gente está más loca de lo que pensaba.- Lisa está en medio de un ataque de risa, secándose las lágrimas con la mano. Yo le golpeo para que se calle, pero solo consigo que se ría más.

- ¡No te rías! Todo esto es por tu culpa.- mi amiga intenta dejar de reír y se coloca un mechón rubio que le había caído por la frente. Por un segundo me siento celosa. Para ella siempre ha sido todo tan fácil: es alta, guapa, divertida...y mírame a mí, haciendo tonterías por tener un poco de atención.

- No me mires así. Después de todo fuiste tú la que pusiste ese anuncio en el periódico.

Me quedo mirándola fijamente, incapaz de decir nada. En eso tiene razón. Podría haberle dicho que no sin más, pero necesitaba hacer algo para cambiar las cosas. Pero, ¿en serio? ¿No tenía otra manera?

Un mensaje de texto interrumpe el hilo de mis pensamientos.

Desconocido: Estás muy guapa hoy.

Paralizada, le enseño el mensaje a mi amiga. Esta abre los ojos como platos, pero un instante después empieza a reírse como una loca otra vez.

- ¡No sé si reírme o llorar!- le quito el teléfono de las manos y vuelvo a leer el mensaje. Guardo el número de contacto y decido que es momento de plantarle cara.

Melanie: ¿Qué quieres de mí, idiota?

Idiota: Ya sabes, enamorarte. ¿No era eso lo que buscabas? Cumplo todos los requisitos, pero si quieres te lo puedo demostrar.

Melanie: ¡Ni de coña! Olvídalo. Era solo una apuesta.

Levanto la cara del teléfono, molesta por la risita de mi amiga. Por un momento pienso que el chico se ha rendido, pero vuelve a sonar el estridente pitido de mi móvil. Tengo que cambiarlo. Y el número de teléfono también, a este paso.

Idiota: Demasiado tarde. Ya estoy enamorado de ti.

- ¡Será gilipollas!- Varias personas se giran a mirarnos, y Lisa estalla en carcajadas. Yo me pregunto por qué soy su amiga y vuelvo a golpearle en el hombro.

- Veo que estás de un humor espléndido hoy.- Levanto la cabeza y me pongo roja cuando Sebastian me extiende una mano para ayudarme a que me levante del suelo. Yo dudo unos segundos, pero acabo por tomarla.

- Bueno...ya sabes...es mi marca.- Sonrío, roja como un tomate. ¡Idiota, idiota!

- Te sienta bien.- Me guiña un ojo y después extiende la mano para que Lisa se levante también. Por un segundo me planteo si él podría ser el desconocido, pero es imposible. Ni siquiera tiene el teléfono cerca.- Bueno, chicas. Tengo que ir a clase de gimnasia. ¡Os veo en el comedor!

- ¡Hasta luego!

Me quedo mirando cómo se marcha, y esta vez es Lisa la que me da un codazo.

- ¡Olvídale, Melanie! Recuerda lo que pasó la última vez por capullos como él! Van de santos y luego...

Las palabras de Lisa me hacen volver a la realidad. Tiene razón: no existen chicos como Sebastian. Y si lo hacen, son unos impostores. He tenido que aprenderlo a la fuerza. Mi amiga me extiende una mano y yo la entrelazo con la suya. Quiero matarla la mitad del tiempo, pero la otra mitad es la mejor amiga que tengo. Nos vamos a clase así, juntas contra el mundo.

¡Y que le den a los príncipes! ¡Y a los idiotas!


Idiota busca a idiota [Saga Idiota #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora