- Dime que esto no es un sueño.- me pregunta Sam justo al despertar. Yo me quedo mirándole a los ojos durante unos instantes, sin saber muy bien cuál de las dos Melanies debería contestarle, si la feroz o la chica ñoña en la que a veces temo en convertirme. Opto por inventarme una tercera Melanie, y le sonrío mientras me inclino para darle un beso en la frente.
- No lo es, como tampoco el hecho de que mi hermano está en el comedor, justo bajo nuestros pies..- cuando digo esto, Sam se levanta de golpe.- No te preocupes, te da tiempo a inventarte una excusa de por qué te has quedado dormido en mi cuarto.
Contemplo con una sonrisa burlona cómo se frota los ojos en un desesperado intento de despertarse mientras abro todas las cortinas de mi cuarto. Realmente me gustaría saber qué hacía aquí. Cuando he llegado de clase estaba ahí, y no quiero saber cuánto tiempo lleva dormido. Ni siquiera sé cómo ha sido capaz de pasarse tanto tiempo ahí sin que mi hermano haya reclamado su presencia. ¿Acaso ha empezado a vivir con nosotros y no me he dado cuenta?
Mientras Sam acaba de despertarse del todo, bajo al comedor para entretener a mi hermano, que le espera impaciente mientras intenta programar la videoconsola.
- Está arriba.- le respondo, con fingida inocencia.- ¿Se puede saber qué hace aquí todavía? Mamá llegará pronto de trabajar...
- ¿Tanto te molesta que esté? Ni que tuvieras que aguantarlo tú.
- Me basta con aguantarte a ti.- le respondo, intentando ser más rápida que el rubor que empieza a subir por mis mejillas.
- Pensé que ahora éramos todos amigos.- dice Ben, sin apartar la mirada de los mandos. A veces es tan controlador y otras es tan zapato...sacudo la cabeza y me siento a su lado.
- Era solo por curiosidad. Trae.- le digo, arrancándole el mando de las manos.- La última vez que intentaste sintonizar esto casi te lo cargas.
Después de tocar unos cuantos botones y de conseguir que la videoconsola funcione, aprovecho para hacerme con uno de los mandos. Justo cuando Ben se abalanza sobre mí para quitármelo aparece Sam y se sienta entre los dos, poniendo fin a la discusión. En cuanto hace eso me pongo tensa. Hace una semana que decidimos que le contaríamos a Ben lo que pasa entre nosotros, pero lo cierto es que aún no le hemos dicho nada. Y, aunque cada vez me siento más cómoda a su lado, cuando estamos juntos delante de más gente no puedo evitar sentir que estoy haciendo algo malo. Sobre todo ahora que lo saben Lisa, Sally, Harry y Peter. Puedo sentir sus miradas sobre mí, unas divertidas, otras curiosas y otras dolidas.
Jugamos varias partidas seguidas, y a pesar de lo distraída que estoy consigo ganar la mayoría. En momentos así, en que los tres nos reímos y olvidamos esa estúpida relación de hermano mayor y hermano pequeña (más Sam), no puedo evitar preguntarme cómo sería todo si no hubiéramos perdido tanto tiempo discutiendo y nos hubiéramos preocupado en ser amigos. En una de tantas Ben pierde y Sam le manda a por refrescos. Y todo son risas hasta que nos quedamos a solas...
- ¿Qué pasa, pequeña?- me pregunta Sam cuando nadie nos ve. Intenta retirarme un mechón de pelo de la cara, pero yo se lo impido.
- Ni me toques.- le susurro.- Si Ben se entera antes de que se lo contemos nosotros nos mata.
- Habrá valido la pena.- me dice con una sonrisa. De nuevo intenta acercarse a mí, pero yo le pongo una mano en la cara y le empujo contra el respaldo.
- Ya sabes que con mi hermano a menos de veinte metros soy la primera Melanie.- le digo, haciendo referencia a mi reflexión de hace un rato.
- ¿La qué?- me pregunta. Yo sacudo la cabeza y fijo la mirada en la pantalla. Sam me pone una mano sobre la rodilla, y esta vez no opongo resistencia. Al ver que no me aparto, Sam se acerca más a mí y me susurra al oído.- Ya sabes que a mí me gusta todo de ti.
Cierro los ojos instintivamente. Sin comentarios.
- ¿Por qué estabas durmiendo en mi cama?- le pregunto en un susurro.
- Te estaba esperando, pero no venías...- mientras habla, Sam se va acercando poco a poco, pero yo no puedo estar tranquila con mi hermano tan cerca.
- ¿Estás loco? Si no vas a contárselo a Ben no tientes a la suerte.
- Necesitaba hablar contigo y no había manera de encontrarte.
- Pues márchate, y hablemos.- bromeo.
Justo en ese momento, mi hermano entra en la habitación y los dos nos separamos disimuladamente. No quiero que deje tirado a Ben, pero no puedo soportarlo más. Así que me atribuyo un falso dolor de cabeza y me retiro a mi cuarto.
Cuando me quedo sola, me dejo caer en la cama y me pongo a pensar en mil cosas con la mirada fija en el techo, algo que parece ser que se está convirtiendo en una costumbre. Le he prometido a todo el mundo que se lo contaré a Ben. También me lo he prometido a mí misma. pero cada día que pasa entiendo mejor qué movió a Sam a esconderse detrás del idiota: el miedo a la pérdida, a equivocarse...no sabemo si va a reaccionar bien o mal, pero sí que no habrá vuelta atrás.
Me paso casi una hora dándole vueltas a todo lo que ha pasado desde que la identidad del idiota salió a la luz. No he vuelto a hablar con Harry, o al menos no más de dos palabras. Entiendo que necesite espacio, pero aún así se me hace difícil saludarle y que no me devuelva el saludo con aquél entusiasmo del principio. Recuerdo cómo me ayudó cuando lo necesité, los momentos que hemos vivido juntos...y sencillamente no puede renunciar a ello. Es lo que decía Peter...no tengo que renunciar a mis amigos por Sam, aunque puede que me lleve un tiempo normalizar la situación. Cuando oigo la puerta de abajo cerrarse suelto un suspiro de alivio. Se me estaba haciendo demasiado angustioso todo esto. Realmente necesito hablar con Ben, y tengo que hacerlo pronto.
Melanie: Idiota. Tenemos que hablar.
Idiota: hablemos.
Melanie: ¿dónde estás?
Idiota: delante de ti.
Miro a mi alrededor sin comprender, hasta que por fin lo veo y siento que se me cae el alma a los pies.
Melanie: ¿Se puede saber qué haces ahí?
Idiota: ¿No está claro? Vengo a por ti...
Vuelvo a alzar la mirada, y esta vez me levanto de la cama y voy directamente hacia la ventana. Fuera ya está oscuro, pero si me esfuerzo puedo ver dónde se encuentra. Rezando para no caerme, alzo el cristal por el marco y me encaramo en el árbol hasta entrar en la caseta del árbol. Una vez dentro casi tropiezo con Sam, que me sujeta para que no me caiga.
- ¿Pero qué coj...?- empiezo a quejarme, pero Sam me aprieta contra sí y me calla la boca con un beso. Al principio intento alejarme de él, pero en seguida sale a la luz la segunda Melanie. Pero cuando nos separamos consigo que volver en mí y le aparto de un empujón.
- Necesitaba verte.- me dice con una sonrisa que por poco hace que me olvide lo que tanto me ha costado decidir.
- Hemo estado juntos todo el día.
- Sabes a lo que me refiero.
- Y tú sabes de qué quiero hablarte.
Cuando digo esto, Sam se aparta de mí y se lleva las manos al rostro.
- Tienes razón.- quiero acercarme más a él, pero necesitamos esto.- Es solo que cada vez que te veo yo...
- ¿Te vuelves idiota?- Sam asiente, y yo me salto mis propias normas y pongo una mano sobre su hombro, salvando la distancia entre nosotros..- Creéme, te entiendo. Pero esto no puede durar más.
Sam no dice nada, pero agarra la mano que tengo sobre su hombro y la acaricia con el pulgar. Me pregunto cuándo pasó a ser así: cómo pude acceder a meterme en este lío, y cuán feliz estoy de haberlo hecho. Justo cuando pienso que debería romper el silencio, Sam lo hace por mí.
- ¿Se lo decimos mañana?
Asiento, temerosa de arrepentirme. Dentro de mí, suplico a quien pueda escucharme para que esta vez sea la definitiva.
Aunque en secreto, esa parte de mí que no puede aceptar la idea de separarme de Sam me pide que espere un poco más antes de hacer la gran revelación.
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Idiota busca a idiota [Saga Idiota #1]
JugendliteraturDespués de que le rompan el corazón, Melanie decide tomar las riendas de la situación y buscar por sí misma a un chico que valga la pena. ¡Ya está cansada de los príncipes azules que luego se convierten en ranas! *** Cuando Melanie publicó el anunci...