Capítulo 49

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Lo estoy intentando con todas mis fuerzas, pero es difícil. ¿El qué? Seguir hablando con el idiota como si hace dos días no me hubiera besado en un pasillo a oscuras. Casi nada.

Melanie: Hola

Idiota: ¡Al fin aparece la princesa!

Melanie: Veo que sigues tan idiota como siempre...

Idiota: Para servirla.

Suelto un largo suspiro, intentando normalizar una situación que es como mínimo surrealista. Debería plantarle cara, exigirle que me hablara. ¿Quieres tener alguna oportunidad? ¡Ven a buscarla! Ups...¿acaso estaría dispuesta a dársela? No, mejor me callo.

No...tampoco puedo hacer eso. Si dejo de hablarle, si nos distanciamos...¿qué pasaría si él se cansara? Jamás sabría quién es. No me imagino soportando la incógnita por el resto de mi vida.

¿Cómo empiezo? Antes de todo esto le hubiera hablado de Harry. O al menos lo hubiera mencionado de una manera indirecta. Pero no puedo hacerle esto. Desde el beso, todo es diferente. Es un antes y un después, una declaración de intenciones...y ahora debería hacerle la mía. Pienso en lo que me dijo Sam, y me repito varias veces: le va a gustar. Le va a gustar. ¡Le va a gustar! Al menos, la primera parte de lo que tengo que decirle.

Melanie: He estado trabajando en la letra de la canción. Es mucho más fácil ahora que tengo la base...

Idiota: ¿En serio?

Melanie: Sí...

Veo que me está escribiendo un mensaje, pero hace aquello de borrarlo y reescribirlo varias veces antes de contestar. Yo estoy que me subo por las paredes. ¿Qué ocurre? Le he dicho que estoy continuando su canción, no que me haya tatuado su no-cara en mi brazo.

Melanie: ¿Hola?

Idiota: Perdona. No consigo acostumbrarme.

Melanie: ¿A qué?

Idiota: A nada...¿me envías la canción?

Melanie: ¡Ni de broma! ¡Me da una vergüenza que me muero!

Idiota: Jajajaja. ¿Entonces...?

Melanie: Puedo mandarte la letra. Pero si quieres escucharla de mi voz, vas a tener que aparecer. ¡Y esta vez a plena luz del día!

Idiota: ¿Segura? Pensé que te había gustado nuestro momento romántico.

Cuando leo esto último, tengo que contenerme para no tirar el teléfono por la ventana. En cuanto recuerdo lo que pasó me pongo irremediablemente colorada, y la imagen (o más bien la no-imagen) del idiota besándome hace que mi necesidad de conocerle aumente aún más. Cojo aire e intento pensar en una respuesta adecuada.

Idiota: Quién calla otorga...

Melanie: Otorgo que no te mando la letra, por listo.

Idiota: ¡Melanie...!

Melanie: Nada. Si quieres saber cómo es, aparece. Te doy como máximo hasta la noche del baile, o si no te bloquearé y seguiré con mi vida. Sé que tienes miedo a no ser como yo me espero y todo eso, pero todo esto va a acabar conmigo...y necesito esto.

Te necesito -Pienso. Pero no, eso no se lo digo. No todavía.

Idiota: Lo entiendo.

¿Lo entiendo? ¿Eso qué significa? Mantengo la respiración, esperando que diga algo. Pasan cinco, diez, veinte minutos. Pero no recibo ningún mensaje más. Esta vez soy yo la que le escribe mil mensajes, pero justo antes de darle al botón de enviar me arrepiento y los borro. Descubrir qué es lo que siento es difícil, pero mucho más decirlo en voz alta. No estoy preparada para concretar nada, y si quiero estarlo algún día tengo que ponerme seria. Me repito a mí misma: He hecho bien. Y, cuando pienso que no me va a contestar más, recibo una respuesta.

Idiota:¿Recuerdas lo que hablamos el otro día? Soy un cobarde. Tengo miedo de no ser lo que tú estás buscando, y también de que apostar por ti signifique perder a otras personas que también me importan. Pero también te lo he dicho mil veces: estoy enamorado de ti. Así que acepto el desafío, aunque eso suponga poner en riesgo todo mi mundo. Pero a cambio, dame tiempo. No va a ser tan fácil como quitarse una máscara.

Ahora soy yo la que se ha quedado sin habla. Es difícil digerir algo así...pero voy a tener que hacerlo, aunque eso suponga adaptarme a lo inadaptable.

Melanie: No soy buena dando discursos, ¿sabes? Yo soy más de acción que de palabras. Por eso tengo tu canción metida en la cabeza, porque es lo único que me dejas hacer para acercarme un poco más a ti. Pero si darte ese tiempo va a servir para que aparezcas...lo haré.

Idiota: Te lo prometo, Mel.

Melanie: Tenemos un trato.

Apago el teléfono y me preparo para irme a dormir. Sé que no he conseguido gran cosa, pero de alguna manera me siento un poco más cerca de él. Lo que tengo claro es que no pienso rendirme, pero tampoco puedo seguir obsesionada de esta manera. Justo antes de caer en los brazos de Morfeo (un Morfeo un tanto idiota), tomo la siguiente decisión: a partir de mañana, voy a seguir con mi vida, sin obsesiones. Y si él quiere formar parte de ella...¡que me busque!

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Siento la tardanza de nuevo. Los viernes son también un lío jajaja.

Parece que Melanie ha movido ficha...Mujajajajaa.
Hasta mañana :)

Idiota busca a idiota [Saga Idiota #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora