Capítulo 95

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Miro alternativamente a Sam y a la caja, intentando asimilar toda esta información. Estamos juntos, solos, y tal vez sea la última vez que podamos hacer algo así. Cierro los ojos y me los presiono con el dedo índice y el pulgar, intentando contener las lágrimas. Con manos temblorosas, deshago el lazo de cinta de raso azul. Me encanta como cuida hasta el más mínimo detalle.

- Ojalá pudiera quedarme así para siempre.- dice Sam de pronto. Yo dejo la caja por un segundo y le miro con una expresión interrogante en el rostro.

- ¿Qué quieres decir?

- Aquí, contigo. Viendo la emoción con la que realizas cada gesto, cómo intentas percibirlo todo. Me gusta mirarte y verme reflejado en ello.

- Dios.- le digo, sonriendo.- Jamás imaginé que algo tan ñoño podría llegarme al corazón de esa manera.

Al oír eso Sam me sonríe con una mezcla de diversión y dulzura. Me gustaría besarle, mandar la caja a volar y encerrarme con él en este montón de madera y clavos mal puestos. Pero sé que el tiempo apremia, y que solo nos quedan dos películas del Señor de los Anillos para estar juntos. Por un instante dejo de sonreír, pero Sam no me deja.

- Abre la caja, Mel.

Asiento en silencio, dejando que la curiosidad y la emoción superen al miedo. Dentro de la caja hay dos libros, uno de color azul y otro de color violeta. Abro el primero, y cuando lo veo se me llenan los ojos de lágrimas.

- ¿Qué es todo esto?

- Es todo lo que he escrito desde que me enamoré de ti.- mientras paso las páginas una a una, Sam sigue hablando.- Pensé que debía compartirlo contigo, a riesgo de parecer un acosador.

- Esto es...- soy incapaz de hablar. Hay de todo: pensamientos, letras de canciones, melodías...incluso algunas fotos de nuestro breve periodo como pareja.

- Esto es mi corazón, Mel. Y ahora es tuyo.- Antes de que pueda decir nada, Sam toma entre sus manos el segundo cuaderno. Cuando lo abre, veo que está en blanco.- Y este espero que podamos escribirlo juntos, esté donde esté el curso que viene.

- Te quiero.- Le respondo sin pensar.- Sé que es muy pronto, pero en realidad siempre ha sido así. Desde el primer momento en que entraste en mi dormitorio porque Lisa te echó para estar con Ben.

- En realidad no me echó.- dice, con una sonrisa.- Yo solo quería estar contigo.

Después de decir eso, Sam retira la caja con los cuadernos y me abraza con fuerza. Al principio me quedo paralizada por la sorpresa, pero lentamente voy subiendo las manos hasta rodearle la cintura. Él tiene el rostro hundido en mi hombro, y yo alzo una mano para acariciarle el cabello. De pronto, levanta la cabeza y clava sus ojos en los míos.

- Después de oír esas palabras salir de tu boca, ya no puedo tener miedo.

- Entonces...- dejo la frase a medias, sonriendo con picardía. Lentamente, nuestros rostros se acercan como atraídos por una fuerza magnética. En lugar de besarme, Sam se inclina suavemente sobre mi cuello, haciéndome cosquillas con la nariz mientras desciende hasta mi hombro. Yo cierro los ojos, sintiendo a la vez como mi pulso se acelera a una velocidad vertiginosa y el tiempo se detiene por completo mientras Sam traza una línea de besos desde mi hombro hasta mi oreja. Con la otra mano recorre mi espalda de arriba a abajo.

- Te quiero.- me responde al oído, casi en un susurro.- ¡Joder! Te quiero tanto como para arriesgarlo todo.

Cuando dice esto último no puedo aguantarlo más y me inclino para besarle en la boca. Empieza como algo suave, lento, pero poco a poco va ganando intensidad hasta que nos convertimos en un amasijo de labios, manos y besos, muchos besos. En seguida noto cómo sube la temperatura entre nosotros, y antes de que me dé cuenta tanto mi chaqueta como su camiseta han desaparecido.

Me quedo paralizada durante un segundo, y los dos nos miramos entre jadeos. Repiro varias veces, intentando volver a un ritmo de respiración normal.

- No es el momento de hacer esto.- le digo, muy a mi pesar.

- Lo sé.- Me responde él. Yo me quedo contemplándole en la penumbra, sin poder retirar la mirada. Tiene el cabello despeinado, y a juzgar por mi estado, seguramente yo estaré igual o peor. De manera distraída coloco una mano por su hombro, siguiendo con el dedo los contornos de su brazo. ¿Por qué tiene que ser el mejor amigo de mi hermano? ¡Mierda!

- Debería vestirme.- me responde, incómodo de repente. Yo le interrumpo colocando un dedo sobre sus labios.

- Shhhh. Ya lo hemos hablado, ¿no? No va a pasar nada esta noche.

- No.- me responde él, con la mirada fija en mis labios.- Pero no por falta de ganas.

- Claro, mejor tirarte a mi hermana cuando yo no me entere, ¿no?- dice una voz tras mi espalda. Aunque la voz proviene del exterior de la caseta, la mirada de pánico de Sam lo dice todo. Estamos en problemas. 

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¡Hola! Lo siento, pero me tengo que ir a la ciudad con mi madre, así que lo dejo aquí. Esta noche sigo escribiendo (tengo que pensar muy bien cómo va a pasar lo de Ben) y mañana se acabará la intriga!! Creo que esta novela acabará en el capítulo 100, pero en seguida empezaré con la segunda parte. Tengo algunas cosas pensadas, pero acepto sugerencias de cómo queréis que haga la siguiente parte. He pensado en darle más protagonismo a los demás, sobre todo a Sally y a un chico que dejo para el final jajajajaaj. ¡Un saludo y hasta mañana!

Idiota busca a idiota [Saga Idiota #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora