Capítulo 3: Popular, arrogante, mujeriego

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He decidido seriamente que denunciaré a todos los que fabriquen relojes con alarma y luego los mataré, los resucitaré y los volveré a matar.

«Deja de hablar tanto que vas a llegar tarde.»

Es cierto.

Tuve que bañarme en diez minutos, cosa que odio. Los baños se tienen que disfrutar, aunque bueno también hay que cuidar el agua y así no se puede.

Concéntrate.

Me puse un suéter celeste que decía Relax, con unos jeans azules y unas vans negras. Sinceramente no sabía que usar el primer día de clases, pero luego lo pensé bien y descubrí que no me importaba para nada ese asunto.

Salí corriendo de mi habitación y atravesé todo el campus buscando el edificio en donde se encuentra la escuela. Cuando entré me di cuenta que no eran las 8:00 am sino las 7:00 am, es decir que estoy una hora antes de la hora de entrada.

Luego de maldecir profundamente a quien programó mi reloj, decidí ir a comer algo a la cafetería. Por cierto, no había nadie, literalmente. Iba a ahogarme en soledad hasta que entró una chica rubia de ojos marrones con la misma cara de muerta que tengo yo por despertarme tan temprano.

— ¿Tienes atrasado el reloj verdad? — me dijo en un bostezo.

— Sí. — sonreí suavemente.

— Eso lo hacen a pedido de tus padres. Si eres una vaga que ama su almohada como yo, atrasan tu reloj. — me estiró su mano en forma de saludo. — Me llamo Brooke.

También le tendí mi mano para presentarme. — Emma, un placer.

Hablamos como media hora contándonos por qué estábamos en este internado, y por suerte nos toca la primer clase juntas, matemática, ugh. No hay nada que odie más.

Bueno sí, eso y el olor a libro. Casi todo el mundo ama el olor de sus hojas aunque sea nuevo o viejo, yo no lo soporto pero me encanta leer, es curioso ¿No? Si se preguntan qué hago, les echo perfume.

«Eres rara.»

Sí. Apenas compro los libros, les echo mi perfume a chocolate.

(...)

Ya estábamos en clase y yo me senté con Brooke, esa chica es muy parecida a mí en cuanto a sus actitudes e intereses. Puedo decir que no me es fácil darme tan rápidamente con alguien, pero siento que esta vez puedo entablar una linda amistad aunque sea sólo el comienzo.

Quince minutos después de que comenzó la clase, entró al salón un chico alto de ojos cafés y pelo marrón. Debo admitir que a simple vista era muy lindo, qué digo lindo, hermoso, pero al ver su sonrisa arrogante luego de que el profesor se molestó por su tardanza me di cuenta cómo es.

«He aquí el arrogante y posiblemente mujeriego.»

— Yo no lo observaría tanto. Detecta las hormonas femeninas. — me susurró Brooke. — Él es Liam White, popular, arrogante, mujeriego, ¿entiendes?

— Ya lo noté. — dije al ver que le guiñó un ojo a una pelirroja sentada en frente de donde estaba él.

Pasó una hora y justo cuando creí que la clase era eterna sonó la campana del receso.

— Ay Dios, gracias por escucharme. — decía Brooke para sí misma, lo que me causó gracia.

Me quedé unos minutos más porque no encontraba mis audífonos, y siendo sincera no podía ni respirar sin ellos. Hasta que una mano se extendió frente a mí con mis amores en ella.

— Perdón, ¿son tuyos? — ahí reconocí al dueño de esa mano. Sí, Liam. Era increíblemente guapo de cerca, no me extraña que sea un mujeriego.

— Eh... sí, gracias. — respondí tomando mis audífonos y comencé a caminar en dirección a la puerta cuando su voz volvió a detenerme.

— ¿Eres nueva? No te había visto antes. — dijo, pero esta vez entendí sus intenciones al ver como mordía su labio inferior de manera seductora.

«Y bien que lo está consiguiendo

¿Qué? No.

— Sí. — dije cortante.

Noté que seguía viéndome fijamente y poco a poco comencé a sentirme incómoda.

— ¿Qué? ¿Te pasa algo?

Juro por la nutella que si me llega a decir que soy linda usando esas tipicas frases como "¿Te dolió cuando caíste del cielo? Porque eres un ángel" lo mataré.

— No. — gracias. — Es sólo que eres muy linda.

Asentí sonriendo falsamente y me volteé. Quería salir de ahí cuanto antes, preferiblemente sin cruzar más palabras con ese idiota.

— Hey, antes de que te vayas... — comenzó a decir y justo sentí su mano rozarme la parte baja de la cintura, queriendo seguir su recorrido para tocarme el trasero.

Y todo pasó muy rápido.

Mi mano tomó su muñeca doblándola hacia atrás y dejando a ese estúpido completamente estupefacto. Lo solté de golpe y por su expresión, sé que mi agarre le debe haber dolido.

Estuve a punto de irme.

«Oh no, pero antes...»

— A mí no me vas a tratar como a las zorras hormonadas que con un "eres linda" ya andan locas por ti. Oh no, te metiste con la chica equivocada, Liam.

(...)

— Wow ¡Lo que acabas de hacer es genial!

Solté una carcajada ante las palabras de Brooke cuando le conté lo sucedido.

— ¡Emma! — escuché un grito que provenía de atras mío, pero rápidamente reconocí la voz de Amalia. — ¿Es verdad lo que me contaron? ¿Le pegaste a Liam White? Espera, ¿Brooke? ¿Ya se conocen? — su rostro quedó algo confundido al ver con quién estaba.

— No lo golpeé, pero hubiera deseado hacerlo. Brooke está en mi clase de matemática ¿Por qué?

— Ella es quien te quería presentar, es una de mis mejores amigas.

— Ah, ¿Ella es tu vecina? ¿La nueva?— habló Brooke.

— Sí, y miren ahí viene Emily. — Amalia señaló a una chica detrás de mí. — Es mi otra amiga. — susurró.

— Lo siento. — habló toda agitada. — Tuve que correr porque mi hermano se accidentó y no sé qué cosa más.

La chica se veía amable. Era morena de ojos azules, y sus gestos me recordaban a alguien pero aún no me daba cuenta quién .

— Em, ella es Emma Price, mi nueva vecina.

— Ah hola, es un placer. Yo soy Emily White. — me extendió su mano para poder saludarla.

Esperen.

¿Qué?

Acaso dijo...

«¿White?»

Ahora entiendo a quién me recuerda.

«Es la hermana de Liam.»

Oh, oh.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora