Capítulo 6: Primer día

1.4K 86 6
                                    

Emma POV

Me desperté con un terrible dolor de cabeza, todo debido a un comportamiento bastante idiota de mi parte. Simplemente traté de pegarle a la alarma y olvidé que la había cambiado de lugar, hasta que me caí. Es mi segundo día en este lugar (cárcel de tiempo completo) y el primero en "mantener" mi estado físico con el idiota de Liam.

¿Acaso mis padres me tienen tan poca confianza que acuden a alguien más para "cuidarme"? Pensándolo bien, seguramente no están enterados de que Peter no es quien se encargó de eso, sino un adolescente hormonado y experto en el género femenino.

Para lo único que tuve tiempo fue darme una ducha y vestirme con mi ropa preferida, la deportiva.

¿Por qué no estoy en la escuela? Porque, desgraciadamente, entro más tarde y en lugar de eso mi querido instructor me pidió que comencemos con el ejercicio hoy.

Y no saben cuántas ganas tengo a levantarme más temprano, nótese el sarcasmo.

Así que aquí estoy, en el ascensor esperando que llegue al piso diez en donde está la habitación de Liam. Estoy segura de que cualquiera de las animadoras fresitas se mueren por estar en mi lugar e ir a la habitación del imbécil.

Un golpe. Dos golpes. Tres golpes. Y nada. Aún no abre la puerta, estúpido. Tal vez ni siquiera está aquí, sino en la habitación de Amber o cualquier otra perra.

— ¿Quién es el imbécil? — preguntó del otro lado furioso, qué amable, al menos está y no vine en vano.

— Soy Emma idiota, abre antes de que me arrepienta y te haya despertado para nada.

Un Liam despeinado con pantalones azules a cuadros y una camiseta blanca abrió la puerta bostezando.

Se veía tierno...

¡No!

Estúpidas hormonas.

— ¿Vas a pasar o te vas a quedar mirándome con ternura todo el día? — una sonrisa arrogante se dibujó en su rostro. Lo detesto.

Le mostré mi dedo medio y entré a su habitación. Era igual a la mía, sólo que azul con cuadros blancos, y una segunda cama, eso quiere decir que él sí tiene un compañero, pero extrañamente no se encontraba allí.

— Voy a bañarme, ya vuelvo. Ah, y no te robes mis cosas para luego guardarlas y así recordarme.

— No tengo ningún interés en sacar algo de esta habitación tan desordenada y asquerosa. — fui sincera; todo estaba tirado, zapatos, camisas, hasta creo que había un IPhone abajo de su cama.

(...)

Me desperté de golpe asustada cuando vi a Liam reír divertido mientras sostenía un vaso que al parecer tenía agua, ahora derramada sobre todo mi rostro.

— ¿Puedes dejar de soñar conmigo? Hay que ir a entrenar, vámonos.

— A veces creo que tu ego está tan inflado que imaginas cosas. Soñé con una chica a la que le decían que su instructor ya no le hacía más falta y lo despidieron así que quedó libre, ah y luego murió. — lo miré con una sonrisa falsa y fui al baño para secarme la cara.

— Ja ja qué graciosa.

Pero Liam seguía algo dormido ya que no se dio cuenta que había una pared delante de él por lo que chocó con ella, lancé una carcajada y no paraba de reír hasta que él me fulminó con la mirada y salí corriendo.

Liam POV

Se veía tan extrañamente tierna mientras dormía, me puse observar cada parte de su rostro pero me detuve en sus labios. Rápidamente borré esa idea de mi cabeza y le tiré un vaso de agua fría para que despertara. Claro, eso era mejor que llamarla suavemente.

— Liam ¿Me estás escuchando?

— Eh... no, ¿qué decías?

— Ugh, nada. ¿A dónde vamos?

— A correr.

— ¡¿Qué?! ¡¿Correr dices?! ¡Claro que no! ¡Mil veces no! ¡Ni muerta! ¡Yo no pienso correr! — gritó bastante exaltada por la noticia. La miré como si estuviera loca, qué digo, lo está.

Emma POV

Mi pulso aumentaba cada vez más a medida que los minutos pasaban y nosotros seguíamos corriendo. En cualquier momento me dará un paro cardíaco y a Liam lo torturará su consciencia.

Ya ni autoridad tengo. Todo porque él es el instructor.

Por lo menos está callado, porque si llega a decir una sola palabra explotaré. Odio correr por deporte, pero al parecer al señor instructor le gusta.

Imbécil.

«Es su trabajo.»

No importa, me las pagará.

Luego de una hora corriendo sentí que mi celular sonaba en mi campera indicándome una llamada

(Luke)

— Pensé que te habías olvidado de mí. — vi de reojo cómo Liam me miraba.

— Ja, eso nunca hermanita ¿Cómo te está yendo?

— Bien, creo ¿Y a ti? ¿Ya me extrañas o no? — esta vez me veía con el ceño fruncido mientras hacía unas señas raras con sus manos que no lograba comprender y agaché la cabeza para concentrarme en mi hermano. Liam podía esperar.

— No es lo mismo sin ti, pesada. Aunque bueno, claramente no porque la vida de hijo único es de lo más genial.

— Vas a llorar por mi ausencia en cualquier momento.

— No creo... — se escucharon unas voces femeninas. —... Tengo que irme, tendré una cita con Ana.

— ¡¿Con Ana?! Qué perra, no me dijo nada.

— Tal vez no quería que me asesinaras.

— Ja. Eso lo haré igual. Cuídala Luke, te quiero adiós.

— Yo más pequeña, un beso.

Cuando finalicé la llamada noté algo inusual, mi compañero ya no estaba ¿A dónde fue este idiota ahora?

Comencé a buscarlo pero no lo encontré en ningún lado, así que decidí volver al internado caminando, sin embargo me detuve en una heladería y terminé rondando por cualquier lado más o menos media hora.

El portero me saludó amablemente cuando crucé los portones del establecimiento y seguí mi camino hasta el edifico de mujeres.

Al llegar vi una melena rubia prendida como garrapata a Liam mientras ambos reían sin parar. Sus risas se me contagiaron porque esa chica es amiga de Amber. Parecía que mi lindo instructor anda jugando a dos puntas.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora