Capítulo 21: Un impulso

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Emma POV

Reacciona, estúpida ¿Por qué permití que casi nos besáramos? No puedo negar que sí, era lo que quería con todas mis ganas, pero gracias al cielo apareció Amber haciéndome caer en la realidad.

«Mentira, arruinó su momento.»

Sí, pero seguro me hubiera arrepentido de haberlo hecho, ya sufrí muchas desilusiones con respecto a los "mujeriegos".

Aún así me pregunto, ¿de qué quería hablar ella? Parecía algo bastante serio por su cara.

«Cara de perra.»

Cállate. No estoy molesta porque nos haya interrumpido. Mejor así.

— Tierra llamando a Emma, hola. — dijo Amalia moviendo su mano delante de mí.

— ¿Qué?

— Te pregunté a dónde te habías ido en toda la mañana y de repente entraste en uno de tus trances, ¿pasó algo?

— Eh... no. — traté de no verme nerviosa. — Sólo fui a acompañar a un amigo y me tardé poco, es todo.

— Claro... — respondió entrecerrando sus ojos.

Liam POV

No.

Es mentira.

No puedo ser padre, apenas tengo dieciséis años.

¿Cómo pudo pasar esto?

«Tú sabes cómo pasó.»

Sí, pero yo me protejo, es imposible.

— Me hice un examen y los resultados van a estar disponibles mañana. — omití contestarle. Un sentimiento de culpa me invadió completamente ¡Sólo lo habíamos hecho cuatro veces!

Yo sólo asentí y me fui dejando sola a Amber, si esto llegaba a ser verdad estaba muerto.

— ¿Qué? ¿Es en serio? Bromeas, dime que es una broma.

— No lo es, mañana le entregan los análisis. — miedo. Muchísimo miedo era lo que tenía realmente.

— ¿Te das cuenta de la gravedad de esto? Aquí están los resultados de tu imprudencia Liam.

— No sé qué voy a hacer, Emily. — admití.

— Hacerte cargo, vas a terminar de estudiar y luego trabajarás en la empresa de papá como le prometiste cuando salgas de la escuela.

— Esto debe ser un error. — dije agachando mi cabeza y poniendo mis manos sobre esta.

— Tranquilo, te vamos a apoyar igual que a ella. — colocó sus manos en mis hombros. Al menos saber que mi hermana no iba a dejarme solo fue algo fortalecedor.

Salí de mi habitación en dirección al gimnasio para ver si podía distraerme un poco de la reciente noticia que me habían dado.

Y ahí estaba Emma.

Mierda. La iba a besar de no ser porque Amber apareció para decirme que íbamos a ser padres. Tengo dieciséis y ella quince, esto estaba muy mal.

De seguro sus padres me asesinarán pero antes me obligarán a casarme con su hija y torturarme por lo que me queda de vida.

— ¿Estás bien? — sonrió acercándose a mí. Puse mi mejor sonrisa, no quería decirle nada aún.

— Sí ¿Por qué estaría mal?

— No, por nada. Ven. — me tomó de la muñeca obligándome a subir al ring. Debe ser un chiste.

— Estás loca si piensas que voy a golpearte. — reí.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora