Extra #2®

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Feliz día de San Valentín❤🌷

INSEGURIDAD

— Mami...

— Unos minutos más. —  murmuré colocándome la almohada que se encontraba a mi lado sobre la cabeza.

— Pero mami...

— Vamos Emma. —  escuché decir a Liam y luego de eso sacó todas mis almohadas de un tirón. Gruñí frustrada ¿Acaso no entienden que trabajé hasta las cuatro de la mañana y merezco dormir?

— Tú llevarás a Dylan así que no me molestes. —  le dije quitándole mis almohadas.

— Tengo una reunión, por favor levántate. —  vi que tomó a nuestro hijo en brazos supongo que para llevarlo a desayunar.

Bufé levantándome pero mis ojos se cerraban solos prácticamente por lo que tuve que tomarme una ducha rápida. Cuando bajé a tomar algo me topé con toda la mesa llena de comida. Wow, y yo pensé que en el lado paternal iba a superar a Liam pero nuevamente estaba equivocada. En la punta de la mesa se encontraba mi esposo leyendo el periódico mientras tomaba café y al lado de él nuestro pequeño hijo de cuatro años.

— Buen día. —  murmuré sonriendo. Elevó su vista y frunció el ceño.

— Aún no te has cambiado.

— ¡Oh vamos! —  me quejé.  — Recién me despierto ¿Puedes ser comprensivo conmigo una vez en tu vida?

— Dylan empezará la guardería hoy y tú seguías durmiendo Emma.

— No es mi culpa que estés de mal humor, anoche apenas pude dormir tres horas. —  le dije fríamente así como él me estaba tratando. Era muy asqueroso comenzar la mañana peleándonos pero tampoco iba a dejar que se comportara conmigo como se le daba la gana. Me senté al lado de él y tomé una de las tostadas para untar mermelada en esta. Cuando terminé de comerla y empecé a tomar jugo sentí su mano sobre la mía.

— Perdón. Últimamente estoy muy estresado y tienes razón. —  sonrió mirándome con pena.

— ¡Quiero escuchar los dibujitos! —  escuchamos el gritito de nuestro pequeño y volteé a verlo ofendida. Su vista estaba puesta en el plasma que había frente al desayunador, donde debíamos aguantar todas las mañanas un estúpido programa de naves espaciales.

— Nos gritaste. —  le dijo Liam con tono amenazante. Muy despacio los ojos de Dylan se posaron en su padre, con algo de miedo.

— Sí. Nos gritó. —  añadí haciéndome la enojada, porque realmente no era así.

— Perdón, no lo hago más. —  murmuró agachando la cabeza mientras jugaba con su cereal.

— Ve a buscar tu mochila. Histérico. —  reí y rápidamente salió corriendo de la cocina. A los dos segundos volvió y se puso de puntas de pie para alcanzar mi altura y así dejarme un tierno beso en la mejilla. Sonreí enloquecidamente enamorada de mi hijo cuando otra vez corrió a su cuarto. Dirigí la vista a Liam que me miraba divertido, y luego movió su silla hacia atrás.

— Ven aquí. —  murmuró y fui a sentarme justo en su regazo. Mis labios se pegaron a los suyos desesperadamente y me siguió con la misma intensidad.

— Me vuelves a tratar así y dormirás en el sofá. —  le sonreí cínicamente, él sólo soltó una risa mientras sus manos acariciaban mis muslos.  — No te pases, Dylan está arriba. —  le advertí.

— No es mi culpa tener una esposa tan sexy. —  murmuró acariciando mi cuello con sus labios y yo suspiré de placer. Dios no quiero dejarme llevar por esto pero me cuesta demasiado. Sus manos elevaron un poco mi camiseta de pijama y casi alcanzan a tocar mis senos, pero el sonido de los pasos de Dylan hizo que nos separáramos bruscamente.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora