Capítulo 16: Cada lágrima®

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Su mano se dirigió a mi nuca acariciando levemente mi cabello y consiguiendo despeinarme un poco, mientras que la otra me acercaba a su cuerpo con decisión. Jamás nos habíamos besado de esta forma. Siempre fuimos pacientes, pensando que teníamos toda la vida para disfrutarla juntos, aunque sin darnos cuenta que nos iríamos a separar por tanto tiempo. Estábamos recuperando cinco años sin siquiera vernos en un solo beso que traía consigo una inmensa intensidad. Sigo sin entender cómo hice para vivir sin él, hasta me había olvidado de cómo besaba. Lo extrañaba, definitivamente lo hacía. Y no todo estaba perdido al parecer.

Nos separamos por falta de aire con las respiraciones más que agitadas. Ninguno de los dos decía algo, simplemente nos mirábamos con una mezcla entre pasión y al mismo tiempo impacto, ni siquiera yo me creía capaz de tomar la iniciativa para besarlo de ese modo.

- Gané. -  dije con una sonrisa traviesa consiguiendo que dejara de mirarme así.

- Te dejé ganar.

- Ya veremos cuando me pagarás la apuesta. -  le guiñé un ojo por lo que también sonrió con un poco de perversión, típico de él.

- Estuve esperando que me encontraras desde hace mucho ¿Qué estaban haciendo? -  se quejó Landon a mis espaldas por lo que centré mi atención en su persona.

- Ya es tarde, Lan. Debemos cenar.

- Está bien. -  rodó los ojos dirigiéndose al baño.

No volví a ver a Liam, simplemente salí de aquel pasillo para ir a la cocina y prepararle lo que Emily me había indicado esta mañana.

- Extrañé besarte.

Solté la caja en la mesada sin poder creer lo que acababa de escuchar. Me di vuelta encontrándome su cuerpo apoyado en el umbral de la puerta con los brazos cruzados. Su mirada me transmitía todo tipo de diversión pero, misteriosamente, lo que dijo estaba cargado de seriedad.

- ¿De verdad? -  murmuré sonriendo mientras me acercaba a él.

- No tienes idea. -  dijo bajando su vista a mis labios.

- Landon está cerca, tendrás que controlarte. -  solté una risa volviéndome a alejar.

- ¿Te diviertes haciéndome sufrir?

- Puede ser.

- Mal hecho. -  sentí sus brazos rodearme por la espalda.  - ¿Cuándo piensas seguir lo que dejamos en el pasillo?

- Tal vez cuando estemos solos. Ahora no.

Quitó sus brazos y volteé.

- ¿Qué pasó que de repente muestras interés?

- No lo sé. -  murmuró frunciendo el ceño.  - Ni yo mismo entiendo qué me está pasando.

Reí. Al rato, Landon apareció por la cocina para que los tres cenemos. Casi se habían hecho las doce, por lo que era su hora de dormir.

- No quiero. -  gruñó estirando un poco sus labios en forma de puchero mientras se cruzaba de brazos.

- Vamos Lan, no querrás que mamá se enoje ¿o sí?

- Oh... -  abrió sus ojos como platos mostrando algo de miedo.

- Sí, oh... -  sonreí.  - Te ayudaré a cepillar tus dientes.

Agarré el cepillo negro de Batman y coloqué un poco de pasta dental para niños sobre este. Los dientes de Landon estaban perfectamente alineados y todos eran del mismo tamaño. Cuando terminé, lo acompañé hasta su habitación ornamentada de cars y se puso nuevamente el pijama.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora