Capítulo 35: Chicos nuevos

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- ¿Ya son novios?

Rodé los ojos, Brooke nos había visto a Liam y a mí besarnos desde la ventana en su habitación. No pregunten por qué tengo una amiga tan insoportablemente chusma.

- ¿Qué? No, ni cerca.

- Pero, ¿por qué? ¿Qué problema tienes con Liam?

- Nada, es sólo que no funcionaríamos como pareja y es mejor que las cosas se mantengan así.

- Son tan idiotas que en algún momento comenzaré a cortarme las venas.

Reí y presioné el botón correcto en el ascensor para dirigirme a mi piso. Las puertas se abrieron de par en par dejándome pasar y luego mis ojos divisaron a Amber, sentada en un banco al lado de su habitación. Estaba vistiendo ropa deportiva pero con una campera extremadamente grande mientras su mano derecha acariciaba su vientre. Me miró a los ojos y pude ver cómo lloraba arruinando su maquillaje que se deslizaba por su rostro junto con un par de lágrimas. En lo más profundo de mi ser sentí unas inmensas ganas de decirle Te lo mereces por perra, pero desgraciadamente algo en mí se retorció al ver su estómago sangrar.

- ¡Amber! ¡¿Qué hiciste?! - me agaché a su altura colocando mis manos en su brazo, tratando de hacerla reaccionar.

- Si este hijo no es de Liam, no será de nadie. - me contestó fría.

- ¿Tú lo hiciste? ¿Quieres asesinar a tu hijo por un capricho?

- ¡No es un capricho! - se paró de su asiento y comenzó a temblar.

- No estás bien, por favor déjame llevarte a la enferm... - quise tomar su mano para que me acompañara pero rápidamente la quitó de un golpe.

- Contigo no iría a ningún lado, por tu culpa estoy así. Te dije que te alejaras de mi Liam.

- Amber, entiendo que me odies, yo también te odio, pero en este momento estás sangrando y no puedo dejarte así. Te prometo que luego seguiremos peleando como siempre pero tienes que acompañarme, es por la vida de tu hijo ¿O acaso lo dejarás morir por un idiota como Liam?

Negó tristemente con la cabeza y tomó mi mano para ir conmigo a la enfermería del primer piso. La enfermera la acostó sobre una camilla y me pidió que saliera para poder curar las heridas del vientre de Amber. Esperé casi media hora afuera hasta que volvieron a salir un poco aliviadas.

- ¿Qué pasó? ¿Está bien? - les pregunté.

- Sí, no se preocupen, por suerte el bebé no fue dañado.

Asentí agradeciéndole a la enfermera y me dirigí con Amber al ascensor.

- Que quede claro robanovios. - me dijo extendiendo su dedo índice en frente de mi rostro. - Yo te sigo odiando. - una sonrisa de satisfacción se dibujó en su cara.

- Puedes estar tranquila, porque yo también te sigo odiando.

(...)

- ¿Escucharon las noticias? - dijo una sonriente Emily entrando en mi habitación mientras empujaba a Brooke para sentarse sobre mi cama.

- ¿De qué hablas? - le preguntó Amalia mientras se colocaba un aro.

- Llegaron nuevos estudiantes que vivían en New York ¿Saben lo que significa eso? ¡Chicos! - exclamó fingiendo un desmayo.

- Ah. - le respondimos todas al unísono.

- ¿Acaso no entienden? Chicos-de-New York. - repitió despacio. Nosotras asentimos desanimadas.

- Yo creo que todas entendimos, pero no andamos desesperadas por el sexo opuesto, Emily. - le contestó Brooke

- Ugh, era de esperarse por parte de ti, tienes novio o algo parecido. Pero ustedes dos. - dijo señalándonos a Amalia y a mí. - Están solteras, o casi.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora