Capítulo 28: Ya no está

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Desperté lentamente removiéndome en las sábanas blancas de la habitación de Liam.

Solo hay un pequeño problema...

Mis padres.

Abrí mis ojos de golpe al recordarlo y ahí me di cuenta que no estaba en la habitación. Todo a mi alrededor era blanco, salvo las persianas celestes de la ventana.

Era un hospital.

- Despertaste. -  dijo una voz masculina y dirigí mi vista hacia la puerta, por donde entraba un médico.

- ¿Q-qué me pasó? -  hablé con dificultad.

- Luego hablaremos, ahora necesito hacerte unos estudios.

Comencé a desesperarme.  - ¡Díganme que pasa! No entiendo.

- Por favor, Emma. Cálmate, voy a llamar a tu madre.

Tenía ganas de seguir gritando barbaridades por ser tan poco comprensivo pero mejor que contenía.

- Ay Dios, Emma. -  mi madre suspiró una vez que me vio postrada en la camilla.

- Mamá, puedes decirme que pasó.

- Nos diste un susto terrible, cariño. -  dijo acariciando mi cabeza.  - Solo espera un momento, necesito llamar a tu padre para que venga.

- ¿Y Liam? ¿Dónde está él?

- Está esperándote.

- No entiendo nada. -  me frustré.

- Permiso... -  el doctor nos interrumpió.  -... Pero el chico de afuera se está desesperando por ver a Emma. -  dijo rodando los ojos.

- Será mejor que te vea. -  sonrió.  - Luego quiero que descanses. -  dejó un beso en mi frente y salió.

El doctor se quedó un rato apoyado en el umbral de la puerta mientras miraba lo que se suponía que tendría que ser la sala de espera. Hizo una mueca de incomodidad y salió para dejar que Liam lo reemplace. Sonreí tristemente al verlo y ahí fue cuando me di cuenta que estaba totalmente pálido.

- ¿P-por qué estás así? -  pregunté con cautela cuando se acercaba sin decir nada.

- ¿No sabes lo que te pasó?

- No. Dime, por favor.

- Emma ¿Tú tomaste alcohol?

- ¿Alcohol? -  fruncí el ceño.  - Claro que no, desde que me enteré del embarazo dejé de tomar.

- Parece que te equivocaste.

- No entiendo nada ¡¿Puedes decirme que está pasando?!

- ¡Perdiste el bebé, eso pasa! -  respondió exaltado consiguiendo que me asustara.

Al ver mi expresión, se calmó un poco pero bufó escondiendo su rostro detrás de sus manos.

- Pe-pero... yo... -  no alcancé a terminar porque las lágrimas que invadieron mis ojos no lo permitieron.

- No lo sé, tus estudios dicen que ingeriste alcohol.

- Eso es imposible, no he tomado absolutamente nada.

- ¡Dile eso a los papeles, Emma! Ugh, yo sabía que no querías ser madre. -  suspiró.

- ¿Dices que fue a propósito? ¿Que tomé alcohol para matar al bebé? -  hablé sin poder creerlo.  - Pero ¡¿Qué clase de persona piensas que soy?! Nunca en la vida podría hacer una cosa así, estoy totalmente en contra del aborto y si bien mi embarazo no fue deseado, jamás hubiera hecho una cosa así.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora