Conocerte Es Difícil ©

Capítulo 2: El regreso

Emma POV

- ¿Segura que no quieres que me quede?

- Oh vamos, no bromees. Brooke es como tu hermana, no puedes faltar a la boda.

Apreté los labios.

Era verdad, pero el problema no es dejar sola a Ana en Canadá para ir a Londres, sino que hace poco me enteré de que Liam es el padrino.

¿Y quién va a ser la madrina, eh?

Yo.

¿Coincidencia?

- ¿Y tú? Brooke también quería que fueras.

- Prefiero no hacerlo, ya sabes, Luke...

- ¡Mierda, Ana! Deja de lado esa estupidez, mi hermano cortó con su novia el fin de semana ¿Acaso no quieres volver con él?

- Pero nosotros terminamos y fue por algo ¿No te parece? - frunció el ceño mirando en cualquier dirección menos a en la mía.

- Eso ya lo sé, justamente terminaron por la distancia ¡Ahora no la hay!

- No fue sólo por eso. - sus ojos se cristalizaron y decidí calmarme.

- ¿Cómo que no? Tú nos dijiste eso.

- ¿De verdad piensas que vine tan repentinamente a Canadá debido al "tour por el campus"? - marcó las comillas con sus dedos.

- ¿Qué quieres decir?

- Luke me engañó, Emma. Y no te lo dije porque es tu hermano. No podría romper su relación por eso.

Abrí la boca totalmente sorprendida ¿Luke era capaz de lastimar a la única persona que amó?

- Eso es... imposible Ana, debe ser un error.

- No, no lo fue. Lo encontré besándose con una chica fuera de tu casa. Por eso decidí adelantar todo el papeleo de mi transferencia.

- Yo... no sé qué decirte. Estoy tan sorprendida. Nunca creí que él sería capaz de eso.

Caí en cuenta.

Después de todo, mi hermano se parecía a mí.

Ambos engañamos a la persona que amábamos.

- No quiero que pelees con Luke por eso, por favor.

- No le voy a decir nada. - mentí.

Ja. Si se cree que no voy a cortarle las pelotas está enferma.

Doblé la última prenda y cerré la maleta. Me sentía extraña, había vivido en este departamento hace demasiado tiempo y algo en mí no quería dejarlo.

- Por favor... ven conmigo. - le rogué nuevamente.

- Emma, entiéndeme. Tal vez a ti no te afecte volver a ver a Liam, pero a mí sí. No quiero pasarla mal otra vez.

Claro, seguramente no me afecta.

Seguro...

- Está bien, respeto tu decisión.

Extendió sus brazos hacia mí soriéndome con ternura y nos abrazamos. Definitivamente la iba a extrañar, pasábamos juntas todo el día, literalmente.

Bajamos hasta la puerta del edificio en donde un taxi me esperaba.

- Llámame cuando llegues. - advirtió con su dedo índice provocando que riera.

- Sí mamá.

- No será por mucho tiempo, pero yo sé que no puedes vivir sin mí.

- Eh... ¿Señoritas? - nos llamó el taxista y volteé recordando que estaba allí.