Capítulo 28: Viaje

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Ya era viernes por la mañana, hoy a las 6:00 pm nos juntaremos todos en la puerta del internado para ir a la casa en la playa de una amiga de Emily. Ella ha estado rara conmigo desde que terminó con Chris, a veces era dulce y comprensiva pero otras se mostraba distante. Brooke y Jace seguían ignorándose mutuamente, sinceramente no sabía cómo podrán soportarse todo el viaje. Y en cuanto a Liam, tampoco hemos hablado desde lo que pasó el miércoles cuando le dije que conocía a los chicos como él. Pero prefería que las cosas entre nosotros se mantuvieran así.

— ¿Este o este ? — dijo Amalia sacando dos trajes de baño.

— El que haga que te calles. — contestó Brooke con una falsa sonrisa en sus labios.

— Qué estúpida e insensible eres cuando estás en tus días. — le dijo Emily fulminádola con la mirada.

— ¿Y qué esperaban? Iremos a la playa y al maldito Andrés se le ocurrió hacer su mágica aparición justo hoy.

— Ugh, déjenla. El azul es mejor, Ami. — hablé restando importancia a las anteriores palabras de Brooke.

— Perfecto, entonces todo está listo. — me respondió mirando una lista en sus manos con las cosas que llevaba mientras observaba detenidamente su maleta.

— Bueno, yo me voy a ir a cortar las venas por estar así justo cuando iremos a la playa. — dijo Brooke levantándose de la cama de Amalia.

— Pero puedes usar un tampo... — comenzó a decir Emily pero la interrumpió.

— No menciones esa cosa, la vez que lo usé me sentí mal y pensé que me estaban violando. Nunca más me lo pondré. — le dijo señalándola con su dedo índice.

Dicho esto salió de la habitación para guardar sus cosas e ir a la escuela, yo debía hacer lo mismo así que salí detrás de Brooke. A diferencia de Amalia que hizo todo a último momento, yo tenía las cosas que necesitaba guardadas en una maleta desde ayer. Lo único que me aliviaba era que no tenía que soportar a Liam ya que él no iba a ir. Era irónico porque la idea de irnos el fin de semana a la playa fue suya, pero mejor así, evitaremos momentos incómodos si él no va.

Me arreglé rápidamente y comencé a caminar en dirección a la escuela, ni siquiera había desayunado por lo que antes de entrar a mi clase pasé por la cafetería y tomé una manzana que iba comiendo en el camino. Me detuve en seco cuando vi a Liam entrar corriendo a un salón todo despeinado y desaliñado, seguido de él iba una rubia que nunca antes había visto.

Bueno, como lo imaginaba. Y para colmo se atrevía a contradecirme diciendo que no era como yo pienso. Hay veces en las que las apariencias no engañan, y muestran a la persona tal como es.

Cuando me di cuenta que quedé "congelada" ante la escena que vi, decidí seguir caminando a mi salón y al mismo tiempo él volvió a salir del
suyo corriendo y chocando conmigo.

Eso provocó que la pobre manzana cayera al suelo.

— ¿Por qué no te fijas? Idiota. — bufé.

— Si hubiera sabido que eras tú ni siquiera pasaría cerca tuyo. Pero bueno, compartimos escuela.

Sólo lo miré entrecerrando mis ojos y tomé la manzana arrojándola a la basura. El muy imbécil se quedó observándome para ver si descifraba algún gesto por mi parte, pero yo esquivaba su mirada así evitaba golpear otra vez su perfecto y maldito rostro.

— ¿Qué me miras tanto? ¿Estás esperando que diga algo? Porque no lo haré. A menos que lo que esperes sea un golpe porque de ser así con gusto cumpliría ese deseo. — sonreí falsamente.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora