Capítulo 11: Seducción

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- ¡Pero si es mi nieto preferido! - exclamó la aparente abuela de Amalia pellizcando las mejillas de Liam, este cerró sus ojos con fuerza por el dolor y luego la miró confundido.

- Eh... ¿Abuela? Estoy por aquí. - Jace agitó su mano.

- Oh. - abrió mucho sus ojos. - Perdóname, lindura. Es que no veo bien y ya lo sabes.

Liam soltó una carcajada mientras que Will rió sarcástico, luego los tres hermanos se acercaron a su abuela para abrazarla delicadamente.

- Vaya... como has crecido, Will.

- No soy Will, soy Jace.

- Aquí está Will. - respondió su hermana señalándolo.

- No, claro que no. Tú eres Will y él es Jace, el de ojos bonitos.

- Kate, nos estás cambiando los nombres...

- ¿Por qué le dicen así y no abuela? - le susurré a Amalia.

- Porque piensa que si le dicen abuela le recuerdan el día en que se casó, y ella aún se cree una señorita.

- Pasen, por favor. Tu abuelo sigue durmiendo así que acomódense en las habitaciones.

- Katherine, ella es Emma. - me presentó Liam y la señora sonrió dándome un beso en la mejilla.

- ¿Es tu novia? - alzó una ceja.

Él le susurró algo en su oído por lo que ella asintió y luego se fue dejándonos a todos en la sala.

- ¿Qué le dijiste? - lo miré cuando me agarró de la cintura para acercarme más a su cuerpo.

- Luego te explicaré. - me guiñó un ojo.

- Bien, hay que compartir habitaciones.

- Will, tú vas a dormir conmigo. - le dijo Alex.

- Genial, son gays. - Jace soltó una risa y su hermano le golpeó el hombro. Ahora que lo pensaba, Alex jamás había hablado de una chica y cabía esa pequeña posiblidad. Aunque sería extraño que no lo supiéramos ya que nunca podríamos juzgarlo en ese caso.

- Bueno, Brooke y Jace van a dormir juntos, Emma y Liam... y por último...

- Oh, claro que no. - se adelantó Emily furiosa. - Ni de chiste voy a compartir mis sábanas con Christopher.

- Te recuerdo que sigo aquí. - el susodicho levantó la mano provocando que yo riera por lo bajo.

- Emma, por favor duerme conmigo. - me suplicó mi amiga. Sentía lástima, era obvio que la cercanía de Chris la lastimaba muchísimo después de todo lo que pasaron.

Pensé unos segundos, era mi perfecta oportunidad para que Liam cayera en la tentación de tener sexo conmigo así perdía la apuesta ¿Qué? Merecía que me comprara un almuerzo en McDonald's, y no sólo eso, sino que también perdiera su dignidad.

- Es que... creo que sería mejor que arreglaran sus cosas de una vez por todas. - acaricié el brazo de Liam al mismo tiempo que hablaba y él me miró con el ceño fruncido.

- Luego te acordarás de mí cuando necesites ropa, Price. - entrecerró sus ojos.

No me había dado cuenta pero nos quedábamos solo nosotros cuatro en la sala porque, al parecer, todos ya estaban en sus respectivas habitaciones.

Liam entrelazó nuestras manos y subimos por las escaleras hasta llegar a una habitación con la puerta abierta, indicando que estaba desocupada.

- Sé lo que quieres hacer, Emma.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora