Capítulo 30: Una vez más

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Era de esperarse. Pero dolía demasiado.

Aún sin detenerme continué mi camino por ese interminable pasillo hasta que llegué a la habitación.

Dios.

¿Qué nivel de masoquismo hay que tener para hacer algo como esto?

Me armé de valor y abrí la puerta. Adentro estaba todo perfectamente ordenado.

Hasta que me encontré una camisa celeste tirada en el suelo, seguido de un vestido negro, un par de tacones...

Seguí caminando a la habitación y me detuve sin entrar.

¿Cómo fue que estuve tan enamorada al punto de esta ceguedad?

Abrí la puerta con cuidado y mis ojos automáticamente fueron al bulto que había entre las desordenadas sábanas blancas.

Una buena persona no puede hacer algo así ¿Será que estuve al lado de una mala persona todo este tiempo?

La mujer morena se removió incómoda pero aún dormida dejándome ver más piel de su espalda.

Una vez que vi su rostro tan relajado, un sentimiento de ira comenzó a recorrerme el cuerpo.

¿Acaso era la primera vez que hacían esto o ya me estaban viendo la cara de idiota antes?

No soporté verlo más y con los ojos totalmente aguados cerré la puerta fuertemente.

Un golpe me asustó y volteé para encontrarme a la persona que creí amar rodeado con una toalla y el cabello mojado.

Sin más preámbulos salí corriendo del lugar ya que él no podría seguirme en su estado.

Oh, pero antes...

Lo miré una última vez, supongo que mis ojos deberían transmitir todo lo que estaba sintiendo resumido en una palabra: Decepción. Lentamente dirigí mi mano derecha a la izquierda quitándome el anillo. Observé el color plata de este con el diamante en el medio para dejarlo en una mesa de cristal que había en el living, y me alejé de Liam para siempre.

- ¡Emma!

Abrí mis ojos de golpe y con el ceño fruncido recorrí toda mi habitación hasta detenerme en la melena rubia.

- Te dije que no sabía qué ponerme y tú decides tomar una siesta de mil horas. Por cierto, Liam te llamó y dijo que te avisara que había llegado vivo.

Suspiré.

Sólo un sueño, Emma. Fue sólo un sueño.

- ¿Estás bien?

- Eso creo ¿Ana?

- ¿Sí?

- ¿Cuándo piensas volver con Alli a Toronto?

- Quizá en una semana ¿Por qué?

- Iré con ustedes.

- ¡¿Qué?! ¿Cómo que irás con nosotras? No entiendo.

- Me aceptaron en la Universidad y... -  un chillido me interrumpió y sentí que mi amiga me había rodeado con sus brazos emocionada.

- Yo sabía que vendrías con nosotras pero... ¿Y Liam?

- Él vendrá conmigo. -  sonreí recordando lo decisivo que estaba el día anterior.

- ¿De verdad? ¿Él es capaz de dejar todo por acompañarte a ti? -  su sonrisa de desvaneció lentamente.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora