Capítulo 4: Dudas

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- ¡Papá! - lo llamé entrando en la concesionaria.

- Emma, ¿Dónde estabas? ¿Por qué no volvieron a casa? Te llamé mil veces, no sé ni para qué usas ese teléfono si no respondes mis llamadas.

- Lo sé, lo siento tuvimos un inconveniente y me quedé en la casa de Amalia.

- Está bien. Pero que no se repita, o por lo menos avísanos.

Debo haber hecho una mueca demasiado rara ya que él comenzó a reír.

- Ven, aquí está tu auto.

Enrosqué mi brazo con el suyo y caminamos hasta un portón de cristal, detrás de él había un montón de autos, algunos eran de alta gama pero estaba casi segura de que no gastaría tanto dinero en mi primer auto.

Nos detuvimos en frente de un Audi R8.

Abrí mi boca y mis ojos a más no poder.

- No me digas que...

- Oh, este no es Emma, es sólo que me gusta mucho ese auto. - suspiró y yo rodé los ojos.

Seguimos caminando a través de varios autos y yo pensaba a cada rato que uno se trataba del mío, pero no. Parecía que a mi papá le gustaba hacerme sufrir con que me regalen un Audi.

- Aquí esta.

- Eh... ¿Papá?

- Si...

- Es una foto. - fruncí el ceño.

- Ya lo sé, sólo quería mostrártelo.

- ¡¿Y dónde está mi auto?!

- Cálmate Emma, tu auto lo tiene Luke pero yo aún así quería enseñarte cuál era.

Entrecerré mis ojos y fui hasta el auto de mi papá para irnos.

Genial.

No sé qué era peor; si haber estado media hora en una concesionaria para que luego el único auto que sea mío perteneciera a una foto, o que mi hermano lo haya usurpado.

Un momento...

Dejé a Liam esperándome afuera.

Me desvié del camino imaginario que tracé hasta el auto de mi papá y salí casi corriendo en busca del idiota.

Cuando llegué, el vehículo estaba aparcado a un lado de la acera pero él no se encontraba allí. Comencé a buscarlo con la mirada en cada lugar posible y coherente en donde podía estar, pero nada. Hasta que miré hacia la concesionaria y ahí se encontraba, hablando con una chica morena -no vi su rostro ya que estaba de espaldas-, muy animado a decir verdad.

Fruncí el ceño cuando Liam me vio y noté que se había tensado.

Él cambió, él cambió, él cambió...

Tenía que hacerme la idea de que era así. Hacía mucho tiempo que me prometió haber cambiado y yo estaba completamente segura de que era verdad. Ya no era el mujeriego de antes.

Saludó a la chica poniendo su mano izquierda en su hombro pero sin apartar su mirada de la mía. No me di cuenta en qué momento, pero Liam ya se encontraba frente a mí.

- ¿No te iban a entregar tu auto? - preguntó algo... ¿nervioso? Oh, eso no era bueno.

- Ugh, ni me hables de eso. Resulta que Luke lo tiene pero mi padre quiso enseñarme cuál era.

Su aspecto nervioso se desvaneció y ahora estaba riendo.

- Por cierto... ¿Quién era esa chica? - pregunté alzando una ceja.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora