Me agaché hasta apoyar mis manos y el peso de mi cuerpo en mis rodillas, exhausta. No sé cuánto tiempo llevaba corriendo alrededor del parque pero lo único que sabía era que no me iba a detener. Necesitaba pensar, y lejos de todos.
Es gracioso, puesto que a la única conclusión que llegué es mi arrepentimiento. Se podría decir que no sirvió demasiado.
Mi teléfono comenzó a sonar y lo tomé leyendo el número de mi amiga.
- ¿Brooke?
- A tus órdenes. Oye ¿Estás bien? Me preocupó el modo en que te fuiste ayer pero preferí no molestarte.
- Ahora estoy bien, ya no importa. - hice una mueca al recordarlo y comencé a caminar.
Cielos, me dolían las piernas.
- Entonces, si estás de buen humor... ¿Podemos ir de compras? Hace mucho que no vamos, por fa. - suplicó.
- ¿Tiene que ser conmigo sí o sí?
- Dijiste que estabas bien. Por ende, puedes salir a divertirte con tus amigas.
- Está bien. - acepté no muy convencida. - ¿A qué hora?
- Te pasaremos a buscar con Emily por la tarde.
Estaba a punto de responder pero Brooke ya había cortado. Bueno, tendré que resignarme.
Miré mi reloj y eran las siete en punto. Mi vida se había vuelto de cierto modo tan monótona que ya no sabía qué hacer con ella si no tenía a mis amigas, por lo que me senté en el borde de la calle a esperarlas. El auto aparcó a unos pocos centímetros de mis pies y sonreí.
- ¿Te volviste suicida o qué? Sube al auto Price.
Las cuatro se encontraban hablando de millones de cosas sin importancia mientras yo, por otro lado, me limité a escucharlas u opinar.
- ¿Qué vamos a comprar? - pregunté frunciendo el ceño. Aquello era algo que no me habían dicho.
- ¡Los vestidos para la boda! - exclamó Emily seguido de un chillido y comenzó a bailar como una loca bajo la mirada de todos los que se encontraban en el estacionamiento.
Sonreí rodando los ojos.
Después de todo, no nos tardamos tanto como yo creía. Parecía como si el vestido perfecto hubiera caído del cielo única y exclusivamente hecho para mí. Era bastante sencillo, un color celeste pastel que se ajustaba hasta mi cintura y de ahí dejaba caer una falda recta. Simplemente el ideal.
- Te ves hermosa. - Alli sonrió con ternura al verme. - Ojalá la estúpida de Ana hubiera venido con nosotras.
- Sí. - respondí cabizbaja. - Aunque todavía tengo la esperanza de que venga.
- Créeme que si no llega a venir, yo misma la... - gruñó haciendo su mano un puño por lo que reí.
Terminé de quitarme el vestido para luego entregárselo a la vendedora y pagarlo.
- ¿Y bien? ¿Cuándo nos mostrarás el vestido, Brooke? - preguntó Amalia con interés.
- Será sorpresa.
- Ugh ¿En serio?
- Así es. - sonrió. - Nadie lo verá.
Rodé los ojos mientras negaba con la cabeza cuando me entregaron la caja con mi vestido.
- ¿Qué vamos a hacer ahora?
Sin darme cuenta me quedé atrás del grupo por distraerme con mi teléfono, cada vez las voces de mis amigas se alejaban más hasta que simplemente las perdí. Alcé la vista encontrándome algo que no podía creer.
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Conocerte Es Difícil ©
Roman d'amour«Trilogía incluida» Conocer: acción que realiza el sujeto con el fin de tener una noción o idea de algo o de alguien y, así, poder decidir y actuar en relación a ello. El conocer se basa en investigar para obtener información y conocimiento sobre un...