Capítulo 36: Esto no es lo que tenía en mente

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Salí del edificio y me senté en uno de los bancos del campus. Debía esperar a que esto no fuera una broma y Liam sí apareciera. Del bolsillo trasero de mis jeans saqué la nota que él me había escrito y enviado en plena clase. Me fijé en cada detalle de su letra, como que era una de esas personas que mezcla la cursiva con la imprenta. Más específicamente al principio de la palabra, empezaba con una letra cursiva y seguía con letras en imprenta. Sonreí ante su rara forma de escribir, cuando de repente sentí un peso sobre mis dos hombros.

Volteé y allí me estaba esperando con una amplia sonrisa.

- Pensé que no vendrías. - habló sorprendido.

- ¿Cómo que no?

- Esperaba que estuvieras afuera del edificio de hombres, como hubiera hecho alguien normal, y no en el de mujeres.

- Se supone que tú tenías que buscarme. - le dije cruzándome de brazos. Amaba esa capacidad que tenía de hacerme enfadar con pocas palabras.

- Ya bastante con que te haya invitado ¿También quieres que te busque?

Lo fulminé con la mirada y mis labios formaron una línea recta.

- Era broma, hermosa. Por supuesto que yo te iba a buscar. Ahora si me permites... - dijo estirando su brazo para que yo cruzara el mío con el suyo, cosa que hice sin problemas mientras le sonreía negando con la cabeza.

Caminamos hasta el auto que nos esperaba en la entrada del internado, Liam habló unas cosas que no escuché con el chofer y luego me abrió la puerta para que entrara. El viaje fue bastante largo, al principio hablamos sobre varias cosas triviales, pero luego caí profundamente dormida. Un golpe me despertó de repente y noté que fue la puerta cerrándose, seguramente la de Liam ya que él no estaba. Seguido de esto mi puerta se abrió y extendió su mano para ayudarme a bajar.

Al principio me costó incorporarme puesto que había dormido por bastante tiempo, pero luego me desperté completamente. El lugar al que me había traído no era como yo esperaba, una zona rural con algunos relieves más pronunciados como colinas pero repleta de césped. Habían partes cercadas con vallas, fruncí el ceño al ver esto y Liam sólo rió sin siquiera explicarme. Cruzamos una de ellas y a lo lejos pude ver a dos hombres con esferas de esas que usan los hámsters, pero de un tamaño considerado para un ser humano.

- Seguramente te preguntarás por qué te traje aquí, ¿No?- me dijo parando de caminar.

- No, es sólo que me pareció raro que haya una zona como esta en donde crían hámsters gigantes. - él volvió a reír mientras me miraba con ternura.

- Eso está de más, lo que sucede es que para mi cumpleaños de diez años me regalaron excursiones con deportes extremos, pero nunca me gustaron este tipo de cosas. Hasta que se me ocurrió invitarte a salir y no había mejor idea que esta.

- Wow, nunca pensé que eras un anciano aburrido, Liam.

- Ja. - rodó los ojos y seguimos caminando hacia los dos hombres.

- Bienvenido, Liam. Estuvimos mucho tiempo esperándote. - le dijo el primero estrechando su mano.

- Sí, es que... ya sabes, quería esperar.

«Una excusa para no decir que tenía miedo de estos deportes, gallina.»

Se quedaron hablando unos minutos hasta que me hicieron una seña para que prestara atención, puesto que había entrado en uno de mis trances en los que no escuchaba nada. El hermoso paisaje tenía la culpa de ser tan apreciado por mis ojos.

- Bueno chicos, lo que van a hacer aquí se llama esferismo o sphereing, se basa en que ustedes entran en estas esferas que hay aquí y nosotros los empujamos para hacerlos rodar por la colina, unos 800 metros aproximadamente.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora