Capítulo 10: Necesito un tiempo

583 37 8
                                    

- Dios... - solté un quejido mientras me removía entre las sábanas. Debía admitir que eran extremadamente suaves, tanto que hasta parecían desconocidas para mí.

La cabeza se me estaba partiendo como si mil elefantes la hubieran pisoteado.

Aún con cierta pesadez, comencé a abrir los ojos hasta quedar cegada con la luz.

¿Desde cuándo mi habitación es tan blanca?

Relamí mis labios y me di cuenta que no conocía el lugar en el que estaba. Era otra habitación. La cama era más grande, con sábanas blancas y un perfume tan... masculino.

Un momento.

Abrí mis ojos como platos.

Si no estaba en mi habitación y me dolía la cabeza...

Levanté las telas que me cubrían para poder comprobar lo que estaba pensando, y sí, me encontraba desnuda.

Cerré mis ojos forzadamente tratando de que esto fuera un sueño. Pero no. Era la cruel realidad.

La cabeza me seguía doliendo de una forma sorprendente pero aún así deslicé mi vista por toda la cama hasta toparme con un cuerpo.

Su cuerpo.

La piel de este era un color bastante bronceado y, como se encontraba de espaldas, pude apreciar lo marcada que se veía debido a los músculos.

Obviamente se trataba de Liam.

Por Dios ¿Qué hice anoche?

Toqué mi frente preocupada mientras me sentaba a pensar.

A ver, Emma, tienes que recordar qué mierda pasó.

Sólo sé que estábamos bebiendo mucho hasta que nos besamos de una forma poco cohibida a decir verdad. Y cielos, este hombre sigue besando como los mismísimos dioses. Ahora entiendo por qué la resbalosa está tan aferrada a él. Teniendo a alguien así ¿Cómo no estarlo?

Me acerqué sigilosamente a su cuerpo. Tenía un tatuaje en el bíceps que no alcancé a ver bien porque comenzó a moverse, dándome a entender que estaba despertando.

Liam murmuraba cosas sin sentido hasta que se calló. Llevo su mano a su cabeza sobándola antes de sentarse. Aún sin siquiera darse cuenta que yo estaba ahí.

- Demonios. - se quejó entre dientes.

Cuando por fin alzó la vista, empezó a recorrer el lugar hasta toparse conmigo.

Sonreí preocupada mientras alzaba mi mano saludándolo.

Justo en ese momento sus ojos se abrieron como platos y pegó tal respingo que se enredó en las sábanas cayendo al suelo.

- No. - murmuró antes de levantarse rápidamente. - Esto no está pasando. Tú no estás aquí. - llevó su mano a sus ojos tapándolos mientras caminaba en busca de su ropa.

¿Qué acaso no se da cuenta que verlo desnudo provoca sensaciones no muy angelicales en mí?

- Alto. - se detuvo. - Respira. - podía jurar que se encontraba cerrando los ojos a pesar de que me estaba dando la espalda. - Estás en un sueño. - suspiró. - No estás con tu ex en una cama, los dos desnudos... a poco tiempo de tu boda, claro que no.

- En realidad sí. - susurré para mí misma.

Al instante volteó fulminándome con la mirada.

- ¿Qué hicimos? Por Dios, Emma esto no puede estar pasándome.

Rápidamente se vistió con la misma ropa de anoche que se encontraba el piso. Yo aún me encontraba como en shock además de que el dolor de cabeza era inaguantable, por lo que no moví un músculo. Sólo me dedicaba a mirar cada uno de sus movimientos.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora