Capítulo 3: ¡¿Sales con mi hermano?!

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- ¿Qué hacían en mi habitación, pillines? - preguntó Jace cuando entramos en la cocina mientras meneaba sus cejas de una forma impresionantemente extraña.

- Me lastimó el labio. - se quejó Liam tocándose la zona. Hice un puchero acariciando su mejilla.

- ¡Todos en la sala! ¡Ahora! - gritó Amalia por lo que cada quien salió de su lugar hasta que ya nos encontrábamos ahí.

Los chicos se reunieron entre ellos a un lado de la espaciada habitación mientras que nosotras estábamos en frente.

- Ustedes. - los señaló. - Se van a ir a dormir.

- ¡¿Qué?! - exclamaron al unísono.

- Ya oyeron; o duermen o limpian.

Se escucharon algunos silbidos y mágicamente el grupo de infantiles desapareció.

- Lo sabía. - murmuró Emily.

- Bien, ahora hay que limpiar si quieren verme durante las vacaciones. - dijo Amalia algo preocupada y levantó una alfombra que estaba llena de suciedad.

Las cuatro nos dividimos para poder limpiar todo bien, yo estaba en la cocina, Amalia en la sala, Brooke en las habitaciones tratando de no despertar a los chicos y Emily en los baños. Comencé limpiando un poco el piso hasta que quedó totalmente blanco, luego seguí con los muebles y finalmente quité todo rastro de bebidas alcohólicas. Una vez terminado, noté que mi aspecto era un asco y de seguro mi aroma igual, así que le pedí ropa a mi amiga y me bañé en el lugar que Emily ya había limpiado.

El verdadero problema era dónde iba a dormir. Eran las 3:00 am y ya no era hora para que todas volviéramos a mi casa, y dejemos a los idiotas con la probable resaca que luego obviamente tendrían.

- Pss...

- ¿Qué...? - taparon mi boca y volteé para ver a Amalia.

- Quédate a dormir en esa habitación. - señaló la segunda puerta a la derecha.

- Gracias, te amo. - planté un beso en su mejilla y me dirigí al lugar.

Lo primero que vi fue un bulto las sábanas y la persona que dormía volteó hacia otro lado entre quejidos.

Era Liam.

Como siempre, mis amigas entregándome a la estúpida tentación.

Levanté un poco las frazadas para colocarme al lado de él pero no cara a cara, sino que mirábamos en la misma dirección.

Escuché un gruñido de su parte y me abrazó por la cintura atrayéndome a su cuerpo...

¿Por qué me hace esto? Ugh, si no estuviera ebrio...

Espera, ¿Qué mierda estoy diciendo?

- Emma... - susurró muy cerca de mi oído y dejó un corto beso en mi cuello.

Estaba tan cerca que su respiración daba en el hueco entre mi cuello y hombro, provocando que se me erizara la piel al instante.

- ¿Qué pasa?

- ¿Me pasas mi remera? - ahí estaba Liam rompiendo sensuales momentos desde tiempos inmemorables.

- Ugh. - me quejé pero finalmente tomé la prenda que se encontraba a los pies de la cama y se la di.

No había notado que su torso estaba desnudo, puesto que cuando lo vi la sábanas lo tapaban hasta su cuello.

Oh ¿Por qué me hacía esto?

- ¿Prefieres que me quede así? - preguntó formando una sexy sonrisa en su rostro.

- No, duérmete. - volteé colocando ambas manos bajo mi cabeza y tratando de dormir.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora