Capítulo 32: Verdades

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Lo seguí hasta una zona del campus totalmente desierta. Allí estaba, sentado con la espalda apoyada en un árbol y los ojos cerrados mientras respiraba pesadamente como tratando de que se pasara un poco su enojo.

- ¿Quieres hablar? - le pregunté casi en un susurro y él suspiró abriendo los ojos.

- No sabía que llegarían tan temprano ¿Escuchaste todo, verdad?

- Sí. - hice una nueva incómoda sentándome a su lado. - ¿Fue muy malo?

Suspiró antes de contarme todo.

Liam POV

- Ay, por fin llegas. Te estaba esperando, Liam. - dijo parándose de su asiento en la sala de espera apenas me vio.

- ¿Cuándo te van a atender?

- Vinieron hace un rato pero les dije que volvieran y esperaran a que tú llegues. - me sonrió y pasó su mano por mi hombro acariciándolo.

- Está bien. - dije sacando su mano y sentándome al lado de la silla en la que ella estaba.

- Estás raro ¿Te pasa algo? - me preguntó con el ceño fruncido.

- No, para nada.

- Bien. - entrecerró sus ojos seguramente sin creerme nada.

- Morgan. - dijo una enfermera cuando abrió una puerta.

Pronunció un pasen por aquí y nosotros la seguimos por un pasillo repleto de puertas enumeradas. Uno, dos, tres, cuatro y cinco. Allí era en donde le iban a realizar su ecografía. Por alguna razón mis pensamientos no estaban con Amber, sino con Emma y Elena. Cosa que me preocupa.

Le colocaron un líquido -que parecía estar frío por su expresión- sobre el vientre y ella rió provocando que yo sonriera y tomara su mano, después de todo, estábamos comprometidos y tendría que hacerme cargo aunque no quiera hacerlo.

- Muy bien, buscaremos a tu bebé. - le dijo la enfermera colocando un transductor sobre el líquido mientras miraba atentamente la pantalla que se encontraba a la izquierda de Amber.

En la pantalla se podía ver claramente una figura perteneciente al bebé que ella estaba esperando. No pude evitar sentirme extraño al pensar que el que aparecía era mi hijo, pero aún así todo esto no estaba en mis planes, y menos con Amber. Luego de unos minutos la enfermera le dio unas servilletas para que se quitara todo el resto de la sustancia y así poder irnos.

- Bueno, como pudieron ver su bebé está en perfectas condiciones, te felicito, lo has cuidado bien en tus dos meses de embarazo. - fruncí el ceño. Amber agachó la vista.

- ¿Qué? ¿Cómo que dos meses? - pregunté confundido mientras mi acompañante cerraba los ojos con fuerza y mordía su labio inferior.

La última que estuve con Amber fue hace apenas un mes, a menos que...

- Sí, el tiempo de gestación del bebé son dos meses.

Fulminé a Amber con la mirada y sólo me dediqué a salir lo más rápido posible de ese lugar. Podía escuchar cómo ella venía corriendo detrás mío mientras gritaba mi nombre.

- ¿Me quisiste ver la casa de imbécil? Ese hijo no es mío. - le dije casi gritando mientras volteaba repentinamente por lo que ella se asustó. Vi como sus ojos se cristalizaban y bajó la cabeza como aceptando lo que yo le decía. Ahí comprendí todo, quiso que volviéramos y usó la excusa de su embarazo para que permanezca de cierta manera atado a ella. Lo peor de todo era que en serio estaba embarazada, pero vaya a saber de quién.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora