— ¡Nicole! — escuché el grito de dos chicas al unísono detrás de mí reconociéndolas al instante.
— Les dije mil veces que no me digan así. — fingí estar enojada pero ellas corrieron a abrazarme. — No saben cuánto las extrañé.
— Nosotras no. — dijo Alli separándose del abrazo con cara de asco.
— Cállate, estabas tan deprimida que abrazabas el pato de peluche que te regaló Emm para tu cumpleaños.
— ¿Cómo está el señor Bob, Allison? — le pregunté con una sonrisa burlona en mi rostro.
— Cállate Ana, Bobbie no tiene nada que ver con que ella se haya ido. Y está bien Emma, te extraña. — Ana la miró con el ceño fruncido. — Bueno, te extrañamos ambos amiga. — dijo y me volvió a abrazar.
— Hola, germen. — dijo mi hermano apareciendo. Le dedicó una sonrisa a Ana al mismo tiempo que se apoyaba sobre la pared. Amaba esa pareja.
— Hola Lukie—pukie, estoy bien gracias por preguntar.
— No me digas así o vomitaré, en fin, te extrañé Nicole. — dijo fulminando con la mirada a Alli para que ella me soltara así él podía ocupar su lugar.
— Mi niña. — escuché decir a mamá. Golpeó el hombro de mi hermano y este tuvo que dejarle el espacio a ella para abrazarme. Mejor dicho, casi explotarme. — Ay hija, te extrañé tanto.
— Me—me asfixias. — fingí para que luego todos comenzáramos a reír, nunca me habían demostrado tanto afecto y es raro.
«Te da diabetes, admítelo.»
Eh... sí.
Apenas llegué a mi habitación me recosté en la cama para así pasar un rato en paz, sin tantos abrazos asfixiantes.
— Ahora, cuéntame de Liam. — Y sí, no estuve ni tres minutos acostada porque Ana entró seguida de Alli para realizarme un interrogatorio.
— ¿Qué? Liam ni siquiera es mi amigo. No molesten, bye. — dicho esto me coloqué una almohada en la cabeza dispuesta a ignorar su pregunta y dormir.
Desperté una hora después encontrándome con Luke. Tuve que restregar mis ojos para estar segura que estaba viendo bien. Mi hermano iba disfrazado de sapo.
— ¿Qué rayos estás haciendo? Ni sueñes con que te besaré para que seas un príncipe. ¿Hada Madrina qué hiciste? — dije mirando el techo de mi habitación.
— Shh cállate, estoy tratando de escapar de la sobrina de Ani.
— ¿Qué sobrina? ¿Ani?
— Tu amiga, idiota. — así que ahora se refiere a Ana con un estúpido apodo. — Tiene una sobrina. Hoy cumple siete años y quiere que me disfrace con ella de princesa y sapo.
— ¿Es la niña mimada?
— Sí, ese monstruo. — cuando dijo eso no pude evitar soltar una carcajada burlándome de su situación.
— Ay mi pequeño idiota... — me levanté a tomar su mejilla pellizcándola. — nada ni nadie te puede salvar de esa niña.
— Luke, apresúrate ya es tarde. — dijo Ana mientras entraba en mi habitación vestida de princesa. Ahí fue cuando comencé a reír sin parar logrando que mi estómago me doliera y me faltara el aire.
— Ya váyanse chicos Disney, me tengo que bañar, fushi fushi. — Se fueron y pude ver por el balcón que estaban entrando al auto del padre de Ana. Claro, con la cara de mi hermano blanca como un papel.
«Ja. Tontos.»
Luego de un largo baño decidí bajar a hablar un rato con mis padres sobre el internado pero los encontré sentados en el sofá de la sala viendo "Búsqueda Implacable".
— Sinceramente no lo puedo creer. — se dieron vuelta alarmados porque parece que no se percataron de mi presencia. — Saben que amo con locura esta película, y la están viendo a mis espaldas. — dije poniendo mi mano en mi pecho demostrando decepción.
— Ponla otra vez. — le ordenó mi madre a mi padre. Solté una risa.
— Claro que no, si llegó tarde que vea lo mismo que nosotros. — le respondió frunciendo el ceño. Me crucé de brazos.
— Sólo me tendrás este fin de semana. — hice puchero con mis labios. Lo pensó un segundo antes de agarrar el control remoto y retroceder toda la película. Sonreí triunfante y choqué las manos con mi mamá. Siempre conseguíamos todo.
Pasé toda la tarde con mis papás, la verdad es que extrañaba estos momentos, me hicieron falta.
Sentí mi celular vibrar en mi sostén.
¿Qué? Si las chicas de los libros lo guardan ahí, ¿por qué yo no?
(Brooke)
— Hola Brookie.
— Hola Emmie, ¿no moriste?
— Eh... sí, morí.
— Ya es tarde Emily, está muerta. — escuché murmullos y risas del otro lado del teléfono, sin duda eran mis amigas. — Bueno, pero ¿Llegaste bien? ¿Viste a tus amigas?
— Sí mamá, las vi y estoy bien. ¿Y ustedes?
— Ja, ¿Creíste que no encontraríamos el cajón donde guardas los chocolates, eh? Estamos mejor que nunca como verás. — maldecí en mi mente. Era algo súper secreto.
«Mierda, lo encontraron, malditas hambrientas.»
— Ugh, perras. Sabía que no lo podía ocultar por mucho tiempo.
— Somos geniales.
— No, son desesperadas.
— ¿Sabías qué? Chris vive a unas cuadras de tu casa.
— ¿Quién?
— Chris, ya te dije, duh.
— Sí tonta, pero ¿quién es?
— Chris Powell, el amigo de Liam, aprovechó el fin de semana para visitar a sus padres. Está en tu clase de historia por lo que me dijeron. — pude escuchar la voz de Emily diciendo: Es el amigo más sexy de mi hermano.
Pues sí, era muy lindo, si mal no recuerdo se sienta con él en cada clase. Pero, ¿cómo saben que él está en mi clase?
«Ugh, amigas y ese instinto por ser el FBI y saber todo sobre una persona.»
Locas.
— Ah sí, ya sé quién es.
— Espíalo por Emily, porfa.
Solté una carcajada antes de responder. — Está bien, dile que buscaré su casa, entraré a su habitación y le tomaré una foto mientras duerme. — dije sarcástica.
— Gracias, ahora discúlpame pero creo que va a matarme.
— Diles que las quiero, y a ti sólo un poco Brooke, adiós. — corté.
Así que el amigo del idiota vivía cerca de mi casa... Es momento de la investigación.
Un tono. Dos tonos.
— ¿Emma?
— Alli, necesito que tú y Ana vengan a mi casa, es urgente.
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Conocerte Es Difícil ©
Romansa«Trilogía incluida» Conocer: acción que realiza el sujeto con el fin de tener una noción o idea de algo o de alguien y, así, poder decidir y actuar en relación a ello. El conocer se basa en investigar para obtener información y conocimiento sobre un...