Capítulo 5: Instructor

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Emma POV

Cuando terminó la clase de historia me sorprendió ver que el idiota se levantó y se fue corriendo.

Pero en fin, no me importa. Mientras más lejos de mí mejor.

Cuando salí lo vi hablando con Emily mientras ella lo miraba alzando sus cejas pero pasé rápidamente para que ellos no me notaran.

En el receso aproveché para hablar con Peter, el entrenador de boxeo, ya que quiero empezar cuanto antes. No les conté que en Londres lo practicaba a menudo, por eso se me hizo fácil reaccionar a Liam. Desde pequeña me habían interesado mucho las clases de defensa que daban en el colegio.

— Hola, Peter.

— ¿Cómo estás, Emma? Escuché que tuviste un encuentro violento con un estudiante ¿Es verdad? — quise rodar los ojos. Malditos rumores.

Reí levemente para luego contestarle. — No fue nada que incluyera golpes, no hubieron heridos.

— Siempre metiéndote en problemas ¿no?

— ¡No! Los problemas me buscan a mí, no yo a ellos.

— Claro. — ironizó. — A lo que viniste. Para poder comenzar necesito que ejercites lo suficiente, así que tengo preparado un instructor para ti.

— ¿Qué? Pero yo sé boxear no me hace falta.

— Lo sé, pero quiero estar seguro de que tendrás un muy buen estado físico antes de ello. Principalmente porque hablé con tu padre y me dijo que no va a permitir que pelees si no vigilo que estés bien, y como yo no puedo, pondré a alguien de mi mayor confianza a cargo de eso.

— Ugh, está bien, ¿Quién es?

Y en ese momento la entrenadora, que por lo que escuché se llama Clara, me llamó.

— Price, te presento a tu instructor.

Oh, no.

Debe ser una broma.

Mátenme.

Liam POV

Sonreí totalmente divertido al ver que la mandíbula de Emma estaba por el piso. Yo también estoy impresionado contigo, linda.

— Bueno, por lo visto va a haber que llevarnos bien. — dije y le estiré mi mano en forma de tregua a lo que ella la rechazó y me miró como si estuviera loco. No sé qué le pasa. Nunca nadie me había despreciado de tal forma y no lo voy a permitir. Si la linda loca quiere guerra, la tendrá.

— ¡Entrenador, espere! — grité saliendo del incómodo momento.

— ¿Qué ocurre, Liam?

— No sé si está enterado pero yo tuve ciertos problemas con Emma, ¿no puede ser otro su instructor?

— Lo siento, pero esto fue programado desde antes de su problema, no puedo hacer más nada.

— Está bien, pero ¿qué se supone que debo hacer? Parece que ella ya sabe boxear. — vinieron a mi cabeza los recuerdos de la clase de matemática, nunca me había dado cuenta pero se notó que sabe defenderse.

— No le tienes que enseñar a boxear, debes lograr que ella alcance un estado físico óptimo para poder comenzar con el boxeo. Encárgate de que se alimente bien y haga ejercicio. Es sólo eso, pero yo la conozco, sé lo vaga que es con respecto a esas cosas y necesito que alguien la controle. Lo haría yo mismo pero estoy muy ocupado y confío en ti, Liam.

Genial, tengo que ser niñero de una chica de 15 años.

— ¿Me quiere decir que mi trabajo es vigilar a la mimada como si fuera su guardaespaldas?

— Algo así. — río suavemente. —Tengo que irme, espero que ustedes dos puedan entenderse.

Mierda. Además me odia. Esto será muy difícil.

Cuando me di vuelta vi que Emma se estaba yendo así que corrí tras ella hasta alcanzarla y la tomé del brazo para que volteara.

— Escúchame niña mimada y violenta, el entrenador confía en mí para ser tu instructor así que deja de lado tus actitudes infantiles de "no dejaré que me conquistes" porque no tengo el más mínimo interés, sólo quiero hacer mi trabajo sin que tú tengas que arruinarlo todo.

Emma POV

Sinceramente quedé atónita ante sus palabras, fueron bastante duras pero yo no me rebajaré a sus intentos de superior.

— Mira niño bonito y hormonado... — me solté de su agarre con fuerza para continuar. —... por mí no vas a tener problemas, yo también quiero hacer bien mi trabajo y no necesito que me digas qué hacer porque sé exactamente cómo son las cosas. Adiós.

Me fui del gimnasio pensando en que me detendría pero por suerte no lo hizo y quedé libre.

De repente mi teléfono comenzó a vibrar avisándome que estaba recibiendo una llamada.

(Ana)

— Oye ¿Cómo llegaste? Tonta, no recibí ninguna llamada y terminé olvidándome ¿Conociste nuevos amigos?

— Sí, hice tres nuevas amigas, son geniales pero aún así las extraño, Ann.

— ¡Qué bueno! Nosotras también y... cuéntame, ¿hay algún chico lindo? — dijo un tono de picardía.

No sé por qué la imagen de Liam apareció en mi cabeza así que le conté todo sobre él, hasta lo que ocurrió en la clase.

— Esto me suena a cliché...

— No, claro que no. Me odia, lo odio, es mutuo. Solo hay que soportarnos un tiempo pero pasará rápido.

— Claro, como digas. Tengo que irme, luego te cuento todo acerca de la pelea de las porristas, adiós.

Y sí, mi amiga es bastante chismosa.

Seguí caminando ya que me había sentado en un banco para poder hablar tranquila con Ana cuando vi a Liam besándose sin filtros con la misma pelirroja de matemática. Si no me equivoco se llama Amber Morgan, es una de esas típicas chicas lindas pero se me hace que es algo...

Perra.

Y como el idiota es un mujeriego...

Tal para cual.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora